viernes, 11 de julio de 2014

ITINERARIOS POR ... 2014 (VUELTA A CASA 1)

OCTAVA  ETAPA:    GUAYAQUIL Y …. VUELTA A CASA

(Crónica del 17 de agosto de 2014)

El jueves día 14, comienza la aventura en bus. Antes tengo que contar otra "ventura", el día anterior en Guayaquil, estuve en la plaza Bolívar o plaza de las Iguanas, por la cantidad de iguanas que hay paseando tranquilamente y subidas a los árboles para dormir por la noche. Bueno, pues para que Zarra me hiciera una foto haciendo como si le diera de comer a la iguana, me moría del miedo o del asco. Son feas, feas, feas. No me extraña el famoso libro de Vázquez Figueroa, La Iguana, y la repulsión que creaba dicho personaje.
Volviendo al día 14, con mis amigos compartí taxi , ellos para ir al aeropuerto y yo a la terminal de buses. Para que os hagáis una idea de los precios, el taxi nos costó 7$ y mi billete de bus para atravesar todo el país, 14$. A las 7 y media iniciamos el viaje. Los periódicos dicen que el día anterior se produjo un terremoto en Quito, pero nosotros ni nos enteramos. En un principio, todo el paisaje son plantaciones de arroz. En Babahoyo, suben de golpe 7 vendedores que vociferan: seco de gallina, tajadas, coco, choclo, yuka, 12 lápices a dólar, 10 plumitas 11 $, agua, cola, limonada,...Ahora estamos atravesando una zona bananera y maicera. Vamos por la E 25 hacia Quevedo. Desde aquí nos vamos a dirigir a Santo Domingo de los Colorados. Aprovecho la parada para preguntarle al chófer a ver cuando llegaremos a Tulcán y me dice que sobre las 10 de la noche. Me hace pensar si acierto con este viaje y estos horarios o no. Aprovecha la ocasión para subir también un "charlatán", que nos cuenta su penosa vida. Tiene una hija enferma y se le hace duro pedir, porque el tiene un trabajo de albañil con el que gana 60$ a la semana, pero para el tratamiento de su hija no le alcanza y....cuando se despide nos dice esta frase lapidaria: "algún día ojalá no les toque pedir". De todas las maneras todo los charlatanes se despiden con:"el Señor los bendiga".
Hasta aquí todo ha ido bien, la carretera es buena y llana. Ahora tenemos que cruzar los Andes para dirigirnos a Quito. El paso es bestial, es un alto de unos 4.000 m, pero nadie me supo decir como se llamaba, cuando bajábamos nos cruzamos con los raíles del ferrocarril, "El tren de los Andes". A las 4 de la tarde entrábamos en Quito, en la terminal de Quitumbe. Nada mas salir de Quito, se ven perfectamente dos volcanes con el cono nevado. Como no estaba Zarra, no supe que volcanes eran. El resto del viaje se tornó increíble. No me acordaba yo de que a las 6 de la tarde ya era todo oscuro, y claro está nos oscureció enseguida. A eso de las 8 de la noche pasábamos por Ibarra y aquí me entraron las dudas de si bajarme o no, porque a la frontera iba a llegar muy tarde. El recuerdo del hotel de "psicosis", donde estuve anteriormente y la película que estaba viendo en el autobús: Mi nombre es Kjan y no soy terrorista", pesaron en mi decisión y decidí seguir. Pese a lo que me dijo el chófer a las 10 seguíamos de marcha y..., pinchamos. Imaginad lo que es a esas horas y con el frío que hacía, cambiar la rueda gigante de un autobús. Bueno, pues entre el chófer y su ayudante lograron cambiar la rueda en menos de media hora. Yo salí a ver cómo la cambiaban y me quedé helado. Iba con pantalón corto y sandalias, pues bien, en el bus me puse las perneras esas que se acoplan a un pantalón con cremalleras, pero que no eran del que llevaba, unos calcetines y luego las sandalias, más el pijama haciendo de manta y el bolso encima de las rodillas para amortiguar el frío. Unas pintas de película.
 Así llegué alas 11 y media a Tulcán. Decidí quedarme allí, no coger taxi e ir a la frontera. Pequeño problema, a las 11 y media no es buena hora para buscar hotel. Los dos primeros que miré estaban completos, en el tercero había sitio. No estaba muy bien, pero no estábamos en condiciones de exigir. Aún pille un sitio de esos que hacen pollo con patatas abierto y comí un poco pues desde el desayuno no había probado bocado. Claro, así lo de mis 73 kilos de ahora. Intentaré aprender bien esto de los horarios para otros viajes.
  El día 15 a las 10 de la mañana cruzaba primero la frontera ecuatoriana de Tulcan y a los pocos minutos la Colombiana de Rumichaca. No tuve ningún problema, sí el impedimento de las colas. Agarré un taxi colectivo y me vine a Ipiales a la terminal de buses. Compré un billete para el último trayecto hasta Medellín, pero desde Pasto que está a 80Km de Epiales y es la capital del departamento de Nariño. Cuando me dijo que el precio eran 100.000 pc, casi me da un infarto, hasta que me situé hice los cálculos y eran como 40$, pero es que el paso en un cuarto de hora de un país a otro y de una moneda a otra me descoloca un poco. Como venía solo tiré de la "biblia " de los viajeros la Loney Planet y me indicó el hotel San Sebastián. Aquí vine y había una pequeña estatua del santo con una placa alegórica a su vida. Así supe que no murió a flechazos, porque de esa se curó, sino mas tarde. Por la tarde, compré tres libros: Suecia, Infierno y Paraiso ( por nostalgia, lo leí a los 17 años); Alí Bey, viajes por Marruecos ( por seguir completando mi biblioteca de viajes); y La velocidad de la Luz de Javier Cercas ( porque me gusta el autor). En total creo que fueron 2 euros. Ah, también compré ropa interior, y así renuevo la vieja y la tiro y de paso no lavo.
El día 16 sábado, amaneció frío y lluvioso. Aproveché para leer algo sobre Pasto. Así sé que es la capital de Nariño, que tiene algo más de 400.000 habitantes y esta situada a 2.527 m y con una temperatura media de 14°, o sea que fresquita. En 1.537, Sebastián de Benalcazar fundó la villa según el diseño tipo de todas las fundadas por los españoles. En 1559, la corona española la elevó al rango de Ciudad (como Sangüesa), pasando a denominarse definitivamente San Juan de Pasto. Como los conquistadores españoles, venían con los misioneros católicos, aquí trabajaron bien. En este momento, en la ciudad de Pasto hay: 56 parroquias, 10 seminarios, y 22 conventos. Todo esto es santidad, pero cuando yo llegaba en el busito desde Ipiales, poco antes de Pasto había 3 moteles lujosamente montadas y nada de camuflados. Las "pajaritas", mas pobres y menos agraciadas por la belleza pululaban al lado de la plaza Carnaval y cerca de alguna de las iglesias. Lo pude ver en mi recorrido de hoy por la ciudad, porque no he hecho otra cosa. También vi una "cosa " cerca de esta plaza Carnaval: había una señora con tres cabras con las ubres bien llenas ( las cabras, no la señora), las tenía atadas a un árbol. Se acercó una niña, y la señora, cogió un vaso ordeñó a una de las cabras y le vendió el vasito de leche bien fresca. Acto seguido cogió a las cabras y prosiguió su camino hasta otro lugar de la plaza para repetir la operación. Y esto es todo por hoy. Ahora me voy a autobuses pues a las 5 y media cojo el bus para Medellín. Se supone que mi hora de llegada será sobre las 3 de la tarde del día 17. Ya os contaré.
 Agur, Daniel .  


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