OCTAVA
ETAPA: GUAYAQUIL Y …. VUELTA A
CASA
(Crónica del 17 de agosto de 2014)
El jueves día 14, comienza la aventura en
bus. Antes tengo que contar otra "ventura", el día anterior en
Guayaquil, estuve en la plaza Bolívar o plaza de las Iguanas, por la
cantidad de iguanas que hay paseando tranquilamente y subidas a los
árboles para dormir por la noche. Bueno, pues para que Zarra me hiciera
una foto haciendo como si le diera de comer a la iguana, me moría del
miedo o del asco. Son feas, feas, feas. No me extraña el famoso libro de
Vázquez Figueroa, La Iguana, y la repulsión que creaba dicho personaje.
Volviendo al día 14, con mis
amigos compartí taxi , ellos para ir al aeropuerto y yo a la terminal de
buses. Para que os hagáis una idea de los precios, el taxi nos costó 7$
y mi billete de bus para atravesar todo el país, 14$. A las 7 y media
iniciamos el viaje. Los periódicos dicen que el día anterior se produjo
un terremoto en Quito, pero nosotros ni nos enteramos. En un principio,
todo el paisaje son plantaciones de arroz. En Babahoyo, suben de golpe 7
vendedores que vociferan: seco de gallina, tajadas, coco, choclo, yuka,
12 lápices a dólar, 10 plumitas 11 $, agua, cola, limonada,...Ahora
estamos atravesando una zona bananera y maicera. Vamos por la E 25 hacia
Quevedo. Desde aquí nos vamos a dirigir a Santo Domingo de los Colorados.
Aprovecho la parada para preguntarle al chófer a ver cuando llegaremos a
Tulcán y me dice que sobre las 10 de la noche. Me hace pensar si acierto
con este viaje y estos horarios o no. Aprovecha la ocasión para subir
también un "charlatán", que nos cuenta su penosa vida. Tiene
una hija enferma y se le hace duro pedir, porque el tiene un trabajo de
albañil con el que gana 60$ a la semana, pero para el tratamiento de su
hija no le alcanza y....cuando se despide nos dice esta frase lapidaria:
"algún día ojalá no les toque pedir". De todas las maneras
todo los charlatanes se despiden con:"el Señor los bendiga".
Hasta aquí todo ha ido bien, la
carretera es buena y llana. Ahora tenemos que cruzar los Andes para
dirigirnos a Quito. El paso es bestial, es un alto de unos 4.000 m , pero nadie me supo
decir como se llamaba, cuando bajábamos nos cruzamos con los raíles del
ferrocarril, "El tren de los Andes". A las 4 de la tarde
entrábamos en Quito, en la terminal de Quitumbe. Nada mas salir de
Quito, se ven perfectamente dos volcanes con el cono nevado. Como no
estaba Zarra, no supe que volcanes eran. El resto del viaje se tornó
increíble. No me acordaba yo de que a las 6 de la tarde ya era todo
oscuro, y claro está nos oscureció enseguida. A eso de las 8 de la noche
pasábamos por Ibarra y aquí me entraron las dudas de si bajarme o no,
porque a la frontera iba a llegar muy tarde. El recuerdo del hotel de
"psicosis", donde estuve anteriormente y la película que estaba
viendo en el autobús: Mi nombre es Kjan y no soy terrorista", pesaron
en mi decisión y decidí seguir. Pese a lo que me dijo el chófer a las 10
seguíamos de marcha y..., pinchamos. Imaginad lo que es a esas horas y
con el frío que hacía, cambiar la rueda gigante de un autobús. Bueno,
pues entre el chófer y su ayudante lograron cambiar la rueda en menos de
media hora. Yo salí a ver cómo la cambiaban y me quedé helado. Iba con
pantalón corto y sandalias, pues bien, en el bus me puse las perneras
esas que se acoplan a un pantalón con cremalleras, pero que no eran del
que llevaba, unos calcetines y luego las sandalias, más el pijama
haciendo de manta y el bolso encima de las rodillas para amortiguar el
frío. Unas pintas de película.
Así
llegué alas 11 y media a Tulcán. Decidí quedarme allí, no coger taxi e ir
a la frontera. Pequeño problema, a las 11 y media no es buena hora para
buscar hotel. Los dos primeros que miré estaban completos, en el tercero
había sitio. No estaba muy bien, pero no estábamos en condiciones de
exigir. Aún pille un sitio de esos que hacen pollo con patatas abierto y
comí un poco pues desde el desayuno no había probado bocado. Claro, así
lo de mis 73 kilos de ahora. Intentaré aprender bien esto de los
horarios para otros viajes.
El día 15 a las 10 de la mañana
cruzaba primero la frontera ecuatoriana de Tulcan y a los pocos minutos
la Colombiana de Rumichaca. No tuve ningún problema, sí el impedimento
de las colas. Agarré un taxi colectivo y me vine a Ipiales a la terminal
de buses. Compré un billete para el último trayecto hasta Medellín, pero
desde Pasto que está a 80Km de Epiales y es la capital del departamento
de Nariño. Cuando me dijo que el precio eran 100.000 pc, casi me da un
infarto, hasta que me situé hice los cálculos y eran como 40$, pero es
que el paso en un cuarto de hora de un país a otro y de una moneda a
otra me descoloca un poco. Como venía solo tiré de la "biblia
" de los viajeros la Loney Planet y me indicó el hotel San
Sebastián. Aquí vine y había una pequeña estatua del santo con una placa
alegórica a su vida. Así supe que no murió a flechazos, porque de esa se
curó, sino mas tarde. Por la tarde, compré tres libros: Suecia, Infierno
y Paraiso ( por nostalgia, lo leí a los 17 años); Alí Bey, viajes por
Marruecos ( por seguir completando mi biblioteca de viajes); y La
velocidad de la Luz de Javier Cercas ( porque me gusta el autor). En
total creo que fueron 2 euros. Ah, también compré ropa interior, y así
renuevo la vieja y la tiro y de paso no lavo.
El día 16 sábado, amaneció frío y
lluvioso. Aproveché para leer algo sobre Pasto. Así sé que es la capital
de Nariño, que tiene algo más de 400.000 habitantes y esta situada a 2.527 m y con una
temperatura media de 14°, o sea que fresquita. En 1.537, Sebastián de
Benalcazar fundó la villa según el diseño tipo de todas las fundadas por
los españoles. En 1559, la corona española la elevó al rango de Ciudad (como
Sangüesa), pasando a denominarse definitivamente San Juan de Pasto. Como
los conquistadores españoles, venían con los misioneros católicos, aquí
trabajaron bien. En este momento, en la ciudad de Pasto hay: 56
parroquias, 10 seminarios, y 22 conventos. Todo esto es santidad, pero
cuando yo llegaba en el busito desde Ipiales, poco antes de Pasto había
3 moteles lujosamente montadas y nada de camuflados. Las
"pajaritas", mas pobres y menos agraciadas por la belleza
pululaban al lado de la plaza Carnaval y cerca de alguna de las
iglesias. Lo pude ver en mi recorrido de hoy por la ciudad, porque no he
hecho otra cosa. También vi una "cosa " cerca de esta plaza Carnaval:
había una señora con tres cabras con las ubres bien llenas ( las cabras,
no la señora), las tenía atadas a un árbol. Se acercó una niña, y la
señora, cogió un vaso ordeñó a una de las cabras y le vendió el vasito
de leche bien fresca. Acto seguido cogió a las cabras y prosiguió su
camino hasta otro lugar de la plaza para repetir la operación. Y esto es
todo por hoy. Ahora me voy a autobuses pues a las 5 y media cojo el bus
para Medellín. Se supone que mi hora de llegada será sobre las 3 de la
tarde del día 17. Ya os contaré.
Agur, Daniel .
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