lunes, 19 de septiembre de 2011

Descenso del Amazonas y Guayana






El viaje de este año, realmente comenzó un 6 de Enero de mil novecientos sesenta y tantos, cuando mi tía Concha, madre de Ana y Carlos Remón, me regaló (bueno los Reyes ) dos libros: Robinson Crusoe y Miguel Strogoff.
Soñé, como no, con las estepas rusas, lagos helados, paisajes de nieve, tártaros y demás. Pensé que tal vez algún día haría el "Transiberiano".
A día de hoy, no lo he hecho, pero he contactado con amigos como Felipe Horcada de Alsasua que sí lo ha hecho. Yo creo que no lo haré, mi "ruso" no es muy fluido todavía...Por lo que he oído son muchos días en tren y se hace algo monótono. Ya veis, sueño no realizado.
Con el paso de los años, ya en 6º de Bachiller, cayó en mis manos, Sinuhé el egipcio de Mika Walkari y..., si que me transportó al Nilo.
A mi lo que realmente me hubiera gustado hacer, era vivir en el Egipto de los faraones, pero..., en una situación "acomodada", no iba a andar yo acarreando piedras para levantar esas figuras que luego me volvieron loco en matemáticas.
El recorrido por el Nilo, lo dejo. No me gusta mucho ver ·piedras" y en su momento no tenía la compañía femenina "adecuada" para realizar el crucero.
Otro sueño sin cumplir.
Cuando ya de maestro, trabajaba en Lesaka, cayó en mis manos "Papillón". Me atrapó desde la primera línea. Estuve 8 horas seguidas leyendo, y lo terminé al día siguiente.
Ha sido el libro que mas veces he leído, y aunque "sé" lo que va a pasar, me sigue fascinando su lectura.
En 1.985, estuve en Colombia, en la zona "caribeña", por donde anduvo Papillón en su primera fuga. Santa Marta, Riohacha, Sierra Nevada . También anduve muy cerca de La Guajira , y me transportaba pensando que en el otro lado de la " Sierra de Santa Marta",estaban esas "indias" guajiras, que tan fantásticas aparecen en la película, que por supuesto tengo y que también he visto en el cine en pantalla grande.
Imaginarme la Isla del Diablo, Royale, Cayenne, Saint Laurent, el presidio, la isla de los leproso, etc ha sido una constante en mi vida y siempre que he tenido la oportunidad de ver o leer un reportaje sobre ello, lo he hecho sin vacilar.
Este ha sido un sueño que me ha perseguido y....este año, este si, quiero hacerlo realidad.
Voy a bajar el Amazonas desde Iquitos o desde Tarapoto, siguiendo la Ruta de Orellana, pero después al llegar a Belem cruzaré por el oeste de la isla de Marajó para llegar a la Guayana Francesa.
Espero poder hacerlo y cumplir mi mi tercer sueño relacionado con uno de esos libros que han ido cayendo en mis manos.
En este trinomio, libros- sueños- realidades, hay varios casos que sí he cumplido.
Un libro fantástico de Leguineche es :" El Precio del Paraíso". Tiene como protagonista a D. Antonio García Barón, combatiente anarquista en la guerra española y prisionero en Mataussen, por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Después de 5 años prisionero salio vivo del Campo de Concentración y se refugió en la amazonía Boliviana. Hasta allí fué "Manu" y lo encontró y años mas tarde fui yo y también lo encontré, quedándome unos días con él allá en Rurrenabaque.
En el 2009, en Daramshala, en el Norte de India, tuve la enorme dicha de estrechar la mano y compartir la sonrisa del Dalai Lama, (fué una casualidad de la vida). Pero, no fue un sueño, fue real.
Por último para acabar, os cuento que en el 2009, con unos amigos, hice el recorrido del Ganges, desde Gangotri en el Himalaya hasta Ganga Sagar en el Golfo de Bengala. El recorrido lo hicimos en un coche alquilado, visitando una gran parte de las ciudades y ríos sagrados de India. Cuando llegamos al mar, los cuatro nos fundimos en un abrazo improvisado y algo emocionados diciendo: Lo hemos recorrido, hemos llegado hasta el mar. De verdad que no es algo difícil de hacer , pero el lograrlo nos satisfizo. Este sí fue un sueño cumplido.
Quedan más en el tintero, como recorrer la cadena de los Andes, o algún camino "Inca", pero esto será, si se puede para años posteriores. Ahora me voy que el día 30 parto de Bilbao hacia Lima. Ya os contaré. Daniel

Viaje y Lima








Un amigo me llevó a Bilbao a las tres de la madrugada, y luego se volvió a Pamplona. Estuve esperando hasta que abrieron el aeropuerto a eso de las cinco y luego hacer los trámites del embarque para salir hacia París a las 7 de la mañana. El vuelo a París sin mayor problema, pero luego en la capital francesa, empiezan mis problemas. Afortunadamente dormí casi las dos horas del trayecto, pues estaba muerto y lo que me esperaba era para estar vivo.
No se quien idealizó los aeropuertos, pero este de París es un KAOS aparente.
Primero tienes que saber a que terminal vas, no basta que llegues y salgas del mismo aeropuerto.
Una vez conseguido esto, por señas claro, porque mi macarrónico francés, no es como para hablarlo en Francia, tienes que agarrar un autobús e ir a la terminal que te corresponde, en mi caso a la terminal 2F, la cual aparecía minúscula en el billete que me dieron en Bilbao. Luego pasas varios controles de seguridad, y en uno de ellos me preguntaron si llevaba en la mochila de mano cámara fotográfica. Respondo que sí, entonces me dice si "smol" o "big" (vaya cacao de idiomas que llevaba yo). Le respondo que big, que es una palabra fuerte y sonora.
La de seguridad se sorprende y me va a hacer abrir la mochila de mano antes de pasarla por los rayos X. Yo me sorprendo de que se sorprenda y digo: "smol", "smol" . Ella se sonríe y para adelante.
Encontré mi puerto de embarque la F 51 y de aquí no me muevo hasta que me monte en el avión, no vaya a ser que me pierda y tenga que volver a utilizar mi macarrónico francés con intervalos de inglés.
Por lo demás, lo de siempre, de famosos ni uno, y de bellezas espectaculares tampoco. Todos como nosotros pero que hablan francés y se desenvuelven bien en este mundo aeroportuario. Cada vez me sorprendo y me pregunto a mi mismo cómo sobreviví y no perdí ningún avión en los aeropuertos de Bangkog, Delhi o en el de New Jersey en Estados Unidos.
Aún me queda Caracas, que como cambio de Compañía, no tengo todavía ni tarjeta de embarque. Menos mal que como allí hablan "caraqueño", me aclararé. El vuelo desde París fueron 9 horas, mas de 7.000Km. No hubo incidentes destacables, solo que daban un vino bastante bueno, e hicimos uso de él.
Pregunté a las azafatas sobre como conseguir la tarjeta de embarque para Lima, y no tenían ni idea. El caso es que al llegar a Caracas, fui a conexión con vuelos internacionales y me dieron la dichosa tarjeta, así de sencillo. El aeropuerto era pequeño, para mí mejor, así no me perdía, y pobre, había mas gente sirviendo en las tiendas, que gente comprando.
Sorprendente, el bar que mas vida tenía era el " Memphis", totalmente americano, para recochineo con Chaves. Salimos y llegamos puntuales a Lima, después de otras tres horas y media.
¿Y la mochila ?. Yo ya la daba por perdida. Estuve media hora en la cinta transportadora n° 1 y no apreció. Cuando ya iba a reclamar me di cuenta que el vuelo de Caracas, era en la cinta n° 4, y que allí había una mochila solitaria dando vueltas. La mía. Ya lo dice la ley de Murphi, las cosas funcionan mejor cuando se enchufan. Yo digo, las mochilas se recogen cuando vas a la cinta que corresponde. Con las prisas y la emoción salgo a toda velocidad pero antes hay que pasar como por un arco y apretar un botón. No sabía ni para que, y tampoco recuerdo que color me salió, pero es muy curioso. Si te sale verde, pasas sin declarar, si te sale rojo te abren las maletas. No hubo problemas y salí al exterior donde ya me esperaba Mari Paz, que me llevó a su casa.
Estos dos días en Lima han sido de Pisco Sawuer y Ceviche en Regatas (club de muy ricos a orillas del Pacífico), recorrer la Plaza de armas, contactar con los amigos que llegaban y comprar los boletos en bus para Puerto Bermúdez, parando antes en La Merced y pasando por la Oroya. Mañana domingo comenzamos "el viaje". Daniel
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Adiós Lima






El domingo 3 de Junio a eso de las 9 de la mañana abandonábamos la "Ciudad de los Reyes". El día anterior, sábado y como despedida nos fuimos todos, incluidos Mari Paz y Eduardo a tomar unas cervezas a la zona bohemia de Barranco. Había música en directo y un ambiente juvenil discotequero y también de los bohemios trasnochados como yo que se enternecen oyendo "Yolanda" de Milanés. Una cerveza más y le hacemos el dúo al cantante.
El domingo suele ser el día de la depresión, todo está cerrado y la gente va triste por las calles. Así ocurre en todos los países del mundo (si no juega Osasuna), y es por ello que elegimos esa fecha,
El comienzo del viaje fue por los barrios del extraradio como Yerbateros, nada que ver con Miraflores, San Isidro y los lugares por donde nos movimos. Iba muy despacio, como si quisiera recoger clientes como si fuera un taxi. Ya en la primera parada empezaron a subir vendedores ambulantes, pero estábamos demasiado cansados como para hacerles caso.
En un continuo duerme vela continúa el viaje, y es que yo había comprado el pasaje para ir arriba, en el primer asiento pegado a la cristalera para disfrutar del paisaje, bueno, pues a los de la empresa ni se les ocurrió mejor manera de anunciarse que poner el nombre JUNIN en letras bien grandes en la cristalera. Lo cual hizo que tuviera que mirar entre la J y la U , o entre las "piernas" de la N. El caso es que empezamos a subir el alto de Ticlio de 4.818 m. Todo es una zona minera, sobre todo de plata pero también se encuentran otros minerales. Cuando de repente, a unos 4.000m se pone a nevar ¡Increible! Todos los cerros y los alrededores blancos. Algún coche en la cuneta y sorprendidos por la nieve subiendo el Ticlio . Llegamos a la cumbre y sentí ligeramente el "soroche" o mal de altura y una pequeña opresión en el pecho, que dificultaba la respiración.
Bajamos unos pocos metros y paramos en La Oroya. Pueblo minero importante y núcleo de comunicaciones. Allí comimos, sopa y pollo guisado y ya nos recuperamos. 2 euros el menú. Dejamos el cruce que va hacia Huancayo y seguimos hacia La Merced.
Sorprendente, bajamos una hora, y ya en 3.000m nos encontramos con Tarma. Un pueblo dedicado totalmente a las verduras. Ver para creerlo: apio, alcachofas, coles, zanahoria, lechugas,etc, en grandes cantidades. En el pueblo gran cantidad de tiendas dedicadas a fertilizantes y a híbridos de espinacas y cosas de esas.
Seguimos hacia San Ramin, por una carretera en muy buen estado, asfaltada y cuidada, pero es como un cañón con un precipicio a la izquierda, que corta el hipo. Yo veía el río Tarmaunas a veces sí, a veces no, por la profundidad del cañón. Seguimos bajando y bajando y entramos en una zona de naranjales y de frutas de todo tipo.
A eso de las cinco y media de la tarde, llegábamos a La Merced. Zarra y yo, a buscar hotel y los otros a cuidar las mochilas mientras.
El pueblo está muy bien, y el hotel que pillamos, El Paraíso, muy bueno. Como ya era tarde y nos encontrábamos bien, regateamos un buen rato el precio y por 40 soles la doble, y 30 la individual, nos las dejó. Un euro son 3,80 soles, para hacerse idea.
Contratamos también un todo terreno para venir a Puerto Bermúdez y quedamos para el día siguiente a las 7 de la mañana en nuestro hotel. Los cinco iríamos en la "cabina", Zarra y yo junto al chofer y los otros tres detrás. Los demás pasajeros irían en la parte de atrás de la camioneta.
Bueno por acabar esta crónica, os diré que sin mayores problemas y después de 7 horas de viaje, llegamos a Puerto Bermúdez. Tuvimos que atravesar 7 riachuelos, poner varias veces la reductora, y convencer a un conductor de un trailer que se había quedado cruzado en la carretera por el barro, que tirara para atrás y nos dejará paso. El tipo tenía miedo y´no quería dar marcha atrás. Mas vale que estábamos unos cuantos y le hicimos entrar en razón.
Precioso el camino por toda esta ceja de selva, con cascadas a los lados y riachuelos por doquier.
Sin mas contratiempos, llegamos al albergue Humbolt, y allí nos recibió el navarro Jesús Löpez de Dicastillo, natural de Barbarin y viajero empedernido que decidió instalarse aquí. El albergue está muy bien y es casi como un consulado navarro.
Bueno, otro día más. Daniel

Puerto Bermúdez






El Lunes 5 de Julio, mis amigos decidieron irse a dar una vuelta en barca, visitando alguna comunidad selvática y tomando el primer contacto con la selva. Yo decidí quedarme en el "Humbolt". Quería leer, tumbarme en las hamacas, descansar, pasear por el pueblo,...., pero no fue posible. Jesús López de Dicastillo, lo acaparó todo.
Para los que no sepan, este es un navarro, si no universal, cuando menos interesante. En 1980 abandonó la Citroen en Vigo, donde trabajaba de ingeniero y comenzó a recorrer el mundo durante dos años.En 1980, recorrió América desde Méjico hasta Brasilia en bicicleta, con un " compa" de Cintruénigo que también se llama Jesús,volvió a Navarra, dió algunas charlas proyectando su viaje, y luego regresó a Sudamérica para recorrer los Andes a pie. De todas estas experiencias publicó varios libros. Finalmente desde hace 12 años, se estableció en Perú, en Puerto Bermúdez, en la ceja de la selva, construyendo un albergue, el albergue Humbolt, que es donde vive, y a donde fuimos nosotros a pasar unos días.
Toda la información sobre él lo podeís ver en google en: Jesús Lopez de Dicastillo, en el albergue Humbolt.
Yo, de Jesús ya sabía algo, había leído alguno de sus libros y también asistí una vez a unas diapositivas que proyectó en Lesaka.
El Jesús que me encontré ahora, había envejecido ( supongo que como todos), esa melena rubia al viento había sido sustituida por una calva, disimulada con una gorra, y la barba negra y se había vuelto canosa.Pero, para mí era una persona ilustrada. Sabía de casi todo,aunque era un poco prepotente en sus charlas conmigo. Había arrugas en su cara y fumaba sin parar. Yo estuve dos días con él, y compartimos sobre todo chismorreos. Tenía necesidad de saber lo que pasaba por Estella, cuantas fábricas de chorizos había en Navarra, como estaba Pamplona, si seguía las Bodegas Leyre y todas esas cosas.
Por la tarde me tumbé en la hamaca y..., aunque yo quería dormí , él quería hablar. Paseamos por el pueblo, donde tomamos unas cervezas y quedamos en que para cenar prepararía una paella, como así hizo.
A la hora de la paella, las conversaciones se tornaron hasta místicas, hablando sobre la existencia de Dios o de un dios general, o como quieras llamarlo. Nos contó anécdotas o mejor situaciones dramáticas que había vivido en su peregrinar por la Andes, y sus casi encuentros con la muerte, con Sendero Luminoso, y pasamos una velada entretenida.
Al final de todo dijo: me cagüen diez, ahora que os conozco y que estoy a gusto, os vais.
Esta gente que ha elegido una vida diferente a la de los demás también tiene sus contradicciones, y aunque el albergue Humbolt es una maravilla, Jesús creo que acorta su vida, poco a poco interesadamente, fumando sin parar, y siendo consciente de ello. De todas las maneras fue una experiencia entrañable.
Al día siguiente día 6 de Julio, a eso de las siete y media reemprendíamos camino hacia Tingo María.
La carretera de la selva ( de tierra), continúa hasta un pueblo que se llama Constitución, y luego prosigue hasta un pueblo llamado curiosamente Humbolt, o Repartidor o el 86, porque es el punto donde se topa ya con la carretera asfaltada que va de Pucalpa hasta Tingo María.
Yo fuí atrás en la camioneta, de pie entre unos bidones vacíos contemplando el paisaje. Así pude ver los árboles de achiote, y los árboles de aguacate, que tampoco los había visto nunca. Un mono solitario sobre un árbol también solitario, fue lo único que ví de fauna animal. La carretera a diferencia del día anterior era llana, sin subidas ni bajadas y el chófer le pisó bien al zapato.Las únicas interrupciones eran las obras. Poco antes de llegar al cruce subieron unos bachilleres y antes de sentarse uno de ellos en los bidones me preguntó ¿Hay contenido?. Curiosa expresión. Para las dos del medio dia llegábamos al Repartidor y de allí en dos taxis a Tingo María. Agur Daniel

De Puerto Bermúdez a Tarapoto









El Día 6 de Julio, abandonamos el albergue Humbolt. Con pena nos despidió Jesús. Es curiosa la historia de estos personajes como García Barón, o el mismo Jesús a los que he conocido en mis viajes. Gente “especial” que optó es su momento por otro tipo de vida diferente al nuestro. Aunque lo eligieron tienen sus contradicciones, y Jesús se lo pasó muy bien recordando en nuestras charlas todo lo que acontece en nuestra Navarra, o en nuestro mundo.
Curiosamente la camioneta llegó a su hora a eso de las siete y media. Era un cuatro por cuatro con "piso" atrás para llevar carga. Nosotros cinco nos montamos en la cabina, 2 adelante con el chófer y otros tres en los asientos traseros. Iba Yo un poco incómodo, pues o me pegaba con el chófer o con la palanca de cambios. En la primera de las múltiples paradas que hicimos decidí cambiarme a la parte de atrás y así pude ver la selva en primera línea. Solamente vi un mono subido en un árbol, pero vi como era el árbol del aguacate con frutos, El chófer cargó unos bidones de plástico vacíos en un pueblo y yo me sentaba en ellos, o iba de pie contemplando el panorama. Cuando ya faltaba poco para llegar a Repartidor, o Humbolt, o el 86, de las tres maneras se le conoce a este pueblucho que está en el cruce con la carretera de Tingo María a Pucalpa ( a 86 Km exactamente), se subieron unos bachilleres que tambin iban hasta Repartidor y uno de ellos, antes sentarse en los bidones de plástico, me pregunto: ¿ hay contenido?. Bonita expresión pára saber si los bidones están llenos o vacíos.
Desde aquí, cambio a un coche normalito y hasta Tingo María. Ahora yo iba adelante con el chófer y los otros cuatro en el asiento de atrás, es lo que se llama la ley de la compensación.
Llegamos a buena hora a Tingo María, serían como las cinco de la tarde y después de ver cuatro hoteles, nos decidimos por uno que estaba bastante bien, tras un costoso regateo.
Fui en esta ciudad a cambiar en un banco el último billete que me quedaba de 100 dolares y no me lo aceptaban porque en la esquinita estaba un pedacito roto (de llevarlo en la cartera). No me lo podía creer. Quise hablar con el director, pero finalmente opté por marcharme y cambiarlo en una casa de cambios, que aunque me advirtió del trocito roto, me lo cambió sin mayor problema. Me pareció que estaba en la India de hace unos cuantos años, donde bastaba que un billete tuviera una pequeña rasgadura, para que no lo aceptaran.
Muchas casas de cambio había en esta ciudad puerta de la zona selvática cocalera.
El 7 de Julio, otra vez a las siete y media arriba . Como somos cinco, no tenemos problemas en contratar un coche para nosotros solos. Esta vez teníamos un "busito" de 9 plazas para nosotros. El primer tramo era hasta Tocache, a un os 150 Km y carretera de asfalto. Ningún problema, pero el coche se estropeó y tuvimos que cambiar a uno normalito. A eso de las 12 comenzamos el tramo mas complicado hasta Juanjuy. Este tramos es complicado porque la carretera no es asfaltada y además se producen asaltos, pues es una zona cocalera.
No tuvimos ningún incidente, salvo tener que pagar algo de "plata" a unos ronderos, y cruzar el río en una balsa porque estaban arreglando el puente.
Desde Juanjuy hasta Tarapoto, el camino ya es asfaltado. Todo iba bien, pero... pinchamos. Bueno, a cambiar de rueda. Luego tuvimos un control de la policía antidrogas y a eso de las 6 y media de la tarde llegábamos a Tarapoto. Fin de trayecto, habíamos recorrido toda la selva central desde que salimos de Lima.
Ahora me quedo unos días descansando y viendo las dificultades o facilidades que podemos tener para coger el barco en Yurimaguas, el lunes día 11, que nos lleve a Iquitos.
Mis amigos se han ido a Chachapoyas, y yo me quedo solo en el hotel. A la hora del desayuno no había mas que una chica desayunando, y con la amabilidad que me caracteriza, le he preguntado a ver de donde era y... sorpresa, era turca y viajaba sola. Primera vez en mi vida que en uno de mis viajes me topo con una chica turca. Ella se va mañana a La Eperanza que es un pueblito que está por aquí cerca, pero venía en barco de Iquitos.
Ah, las turcas, no tienen bigote, ni usan velo, esta chica iba con vaqueros y polo, como todos.Aunque queraís, no hay intriga. Hasta otro día. Daniel.

Tarapoto














Hoy es día 10 domingo y desde el día 7 jueves por la tarde, estoy "tirado" en Tarapoto. Mis amigos se fueron el día 8 para Chachapoyas, para ver la fortaleza Kuelap. Yo ya la había visto el año pasado y no me apetecía ir, quería estar unos días solo.
Tarapoto es una ciudad que esta muy bien. Tiene unos 150.000 habitantes y está situada a 350 m.s.m. La verdad es que no he conocido mucho la ciudad, porque no he hecho ni una excursión. He estado " cargando pilas", que es una forma más fina que decir "haciendo el vago".
Tenía una pequeña habitación individual en la "Pataraska", con unas sábanas color butano, que cuando me cubrían, parecía un Hare Krisnha. Me despertaba pronto, prendía la televisión y veía el Tour en directo. Luego a desayunar, una pequeña vuelta por la ciudad, alguna compra y a leer los periódicos en Internet. Buscar una buena Cevichería y a echar la siesta. Un rato de lectura, ver algún partido de la Copa América de fútbol y a cenar.
Paseaba mientras buscaba restaurante, para hacer "algo de ejercicio". Luego vuelta a ser Hare Krisnha y un poco de lectura hasta que se me cerraran los ojos.
No ha estado mal estos cuatro días. Que conste que la lectura era "Conversaciones en la catedral" de Vargas Llosa, que requiere un porcentaje alto de concentración para su lectura.
Hoy han vuelto mis amigos, aunque todavía no los he visto. Sé que mañana,día 11, parte un barco para Iquitos. Por si acaso había investigado la posibilidad de viajar a Iquitos en avión y, sí es posible. El pasaje cuesta 142 dólares y sale desde aquí, desde Tarapoto.
Aquí termina nuestro viaje por tierra. Ahora hasta Belem va a ser todo barcos, cargueros en su mayoría. Pienso que son pocos días los que nos quedan de disfrutar del "castellano", pues a partir de Leticia, tendremos que darle al portugués.
Una cosa curiosa de Tarapoto es que no hay mosquitos y la temperatura a partir de las cinco de la tarde es muy agradable.

Bueno,como veis esto no da más de sí. Me voy a mis sábanas color butano, que mañana hay que hacer muchos trámites. Primero ir hasta Yurimaguas en bus y, una vez allí, localizar el barco, hablar con el capitán para comprarle los pasajes y luego vendrá la intendencia: comprar hamacas, quizás comida, agua embotellada, etc..
Si puedo la próxima crónica será desde Iquitos y trataré de narraros esta primera etapa en barco. Agur. Daniel

De Tarapoto a Iquitos







El Día 11 de Julio, comienza nuestra aventura. La aventura comenzó en el propio hotel (La Patarhasca), cuando a las 7 de la mañana me voy a levantar las lumbares (lumbago), me dan un dolor que no puedo ni ponerme los calcetines. Ibuprofeno en seco y a ver que pasa.
Agarramos a las 8 de la mañana el bus para Yurimaguas, que son 127 Km por carretera asfaltada y..., cuando llegamos al puerto resulta que el barco que estaba anunciando su salida para este lunes 11 de Julio, no sale, lo hará el martes.
No hay problema, compramos pasaje de camarote, dejamos nuestras mochilas y vamos a comprar la hamaca, el tapex y los cubiertos, amén del agua para el viaje. Como soy bastante torpe con las manualidades, un empleado del barco, me ató la hamaca a los barrotes, le pagué como 30cts de euro, así tenía la seguridad de que no me caería.
Por ahora tengo camarote para mi solo aunque tenga dos mini camas. Calculamos en dos metros cuadrados la superficie del camarote.
Viajan también dos chicas andaluzas, que viven en Málaga y que acaban de hacer un seis mil en la cordillera Blanca. Mi camarote es el número cinco, y durante todo el viaje iré solo.
El chófer del bus de Tarapoto a Yurimaguas, cuando empezamos el trayecto nos dio a elegir: película, canciones o cómicos. La gente elegió película y nos tragamos una del Arnold Schwzerneger, que para mas inri ya la había visto el año pasado en el mismo bus. felizmente cuando acabó este héroe americano, nos pusieron un video con actuaciones en directo de Maná y disfruté.
Pasado el efecto del Ibuprofeno, busco en mi farmacia y veo que también tengo buscapina, todo vendrá bien.
Estamos tirados en el barco, viendo llover, leyendo, escribiendo, charlando,...A eso de las 7 de la tarde nos vamos al pueblo a cenar, a "La Olla de Barro", y así ver el Argentina- Costa Rica, que terminó con victoria de los primeros y una gran actuación de Messi.
Volvimos andando hasta el barco, porque la temperatura es muy buena, no hay mosquitos y además caminando cinco, tienen que venir a por nosotros por la menos seis.
Por fín el día 12 de Julio, a eso de las 2 del mediodía sonaba la sirena del barco indicando el momento de zarpar.
Para celebrar la salida, nos bebemos dos "tetrabric", de vino chileno que esta francamente bien. Las malagueñas, entienden un montón de vinos. Para las cinco de la tarde ya estamos cenados: arroz, y un poco de pollo. Subimos al tercer piso y charlamos con el capitán o armador del barco y así nos enteramos de que el GILMER V, tiene capacidad para 1.500 Tm y que en estos momentos llevamos de carga 900 Tm, incluidas 60 vacas vivas que van en la parte delantera del barco, en la plataforma, y para las cuales les han construido un pequeño corralito, con tablas de madera. De todas maneras estos bóvidos, pagan 100 soles cada una por pasaje.
La velocidad del GILMER V es bestial, 5 nudos la hora que son entre 9 y 10Km por hora (creo). Como desde Yurimaguas hasta Iquitos hay solamente 777 Km por el río, ya me contarás...
20 empleados tiene el barco, 8 de ellos encargados solamente de la mercancia: vigilar, cargar, colocar y demás. Una persona se encarga de mantener limpio nuestro piso, muy eficazmente.
El barco va navegando por una especie de "canal", que ya conocen, pero cuando el cauce se estrecha, o creen que los bancos de arena se han movido y hay peligro de encallar, una lancha rápida que va amarrada al barco sale con dos operarios y, con una vara, comprueban la profundidad en varios puntos, comunicándolo por radio al piloto para marcarle el camino.
No llueve, no hace frío, no hay mosquitos, pero... el atardecer no ha sido muy espectacular, de todas las maneras, hice varias fotos. Como hay luna llena, creo que navegaremos toda la noche sin detenernos.
El día 13 a eso de las 6 de la mañana, el Huallaga, se ha unido al Marañón, y ahora navegamos por este último, a la misma velocidad de 5 nudos.
El amanecer con tintes rojizos y amarillentos ha sido precioso
De los pueblecitos de la orilla hacen señas con un trapo blanco, y si hay carga, el barco se acerca y atraca, si solamente hay pasajeros con poca carga, la lanchita que va con el Gilmer, sale y trae a los pasajeros, lo mismo hace para dejar a otros.
Sigue el viaje silencioso, pues el barco no mete ruido. Cargan y cargan plátanos en los poblados de las orillas.
Yo leo "Pantaleón y las Visitadoras", porque la acción transcurre en Iquitos y es fácil de leer. La tarde transcurre monótona y plácida. La misma cena y la misma comida: arroz con... lo que sea. La cerveza del barco se terminó, y el agua tiene poco éxito. Yo compré 7 litros y me parece que me van a sobra 6 litros.
Como la lumbalgia no se me pasaba y estaba hasta el moño del ibuprofeno, tomo por mi cuenta la buscapina y a ver que pasa.
El barco con tanto plátano anda ya por las 1.400 Tm.
En un pueblito subieron unas vendedoras y pude volver a degustar el sabor de la "cocona", que tan bien hace mi suegra en Panamá.
El día 14 es nuestro último día de viaje. Nos hemos levantado a las 5 y media y hemos fotografiado el amanecer.
A las 6 llegábamos al pueblo de Nauta, y comienzan nuestras dudas, pués desde aquí podemos ir en autobús por una pista en la selva hasta Iquitos, y son solamente 2 horas.
Un poco por vagancia o por comodidad, decidimos seguir en el barco. Serán 8 horas hasta Iquitos.
A las 8 de la mañana, pasados unos pocos kilómetros de Nauta, el Marañón se junta con el Ucayali y, a partir de aquí ya se denomina Amazonas en los libros de texto. El viaje sigue siendo igual, pero más agua o más ancho el camino.
Por fín a las 3 de la tarde del día 14 llegábamos a la ciudad de Iquitos. Habíamos hecho 777km por río con el Gilmer V.
No tuvimos mayores problemas al bajar, y eso que una gran cantidad de gente está esperando al barco en el puerto para subir y bajar las pertenencias de los pasajeros que deseen a tierra, pagando claro, hay que tener cuidado porque también cogen las pertenencias de los que no desean que se las bajen.
Fuimos raudos al hotel "La Casona " y... estaba completo. Empezábamos bien. Sin perdida de tiempo fuimos a otro llamado El Rincón Cauchero y... fantástico, con habitaciones con aire acondicionado y televisión por cable.
Esta noche cené ceviche y luego me apetecía tomar un pisco sawer. Había un café que ofertaba 2 x 1, eso que los ingleses llaman el Hapy Houers o algo parecido. Estuve dudando, pero salio el empleado y me dijo que por 12 soles, 3 euros, me daba dos. Yo le contesté que estaba solo y no me apetecía mucho. No te preocupes me dijo, allí hay también uno que esta solo. Me senté donde él, comenzamos a hablar y... era el marido de Mila Ojer una chica de Sangüesa, que vive aquí. Casualidad de las casualidades.
Creo que ya teneís bastante crónica para seguir con vuestros mapas. Beste egun arte (hasta otro día). Daniel

Iquitos









El otro día se me olvidó hacer algún comentario sobre la gente curiosa del barco. En tres días se puede conocer a bastante gente, pero como íbamos en camarote, nuestras relaciones con los "nativos" fueron mas bien escasas.
Mencionaré al capitán como "tipo" singular. Andaba con bermudas y camisas a cuadros, sentado en un sillón de esos de plástico de las terrazas de los bares, junto al piloto, manejando un poco todo.
Tenía un hablar suave y fue muy agradable con nosotros. Nos permitía subir al tercer piso sin ningún impedimento y ver como era el manejo del barco, así como contemplar los amaneceres y atardeceres desde esa altura. Pero, cuando llegamos a Iquitos, "nuestro " capitán se transformó. Se puso un uniforme marrón claro, con galones y una gorra militar, que le daba un aspecto singular. Hizo la entrega de los papeles del barco, con un porte y gallardía que nos sorprendió a los que le habíamos tratado durante la travesía. Existían también los cocineros, que nos traían los platos al camarote, con unos guantes de plástico y un meneito que delataba sus "plumas". Después también se montó "El Padre Jony", así le llamábamos nosotros a uno de esos americanos jefe o gurú de esos grupos evangélicos, que con sonrisa ficticia y una guitarra reunía en su entorno a un grupo de "discípulos" para hacer terapia de grupo y hablar de las cosas positivas del viaje. Para ello nos quitaban el sitio de nuestras hamacas y se establecían ellos, hablando de uno en uno cada miembro del grupo como si fueran las confesiones de alcohólicos anónimos que he visto en tantas películas. También estaba el barrendero de nuestro piso. Yo creo que le faltaba un "algo", pero era un tipo muy majo y "currela". Para él fueron mi tapes, mis cubiertos y la botella de tres litros de agua (llena). Nunca hice mejor inversión, me costó todo 10 soles y sin utilizar nada, los "traspasé".
A Iquitos llegamos a eso de las tres de la tade del día 14 y, al estar completo "La Casona", nos vinimos a "La Posada del Cauchero". Un muy buen establecimiento, con unas fotos gigantescas de la época de esplendor y decadencia del caucho. Había fotos del amigo Roger Casament, de Julio C. Arana, de Fermín Fitzcarraldo, y de los campamentos de los caucheros, así como escenas de la vida de "esplendor" en Iquitos por aquellos años.
Después de tanto arroz, comí ceviche y Pisco Sawer, pero, sería la falta de costumbre o algo así porque el caso es que me fui a casa con un dolor de cabeza bastante grande. Siguiendo el consejo de mi amigo Antonio Asiain, un omeoprazol, dos ibuprofenos, y a la mañana siguiente nuevo. Siempre me había mosqueado a mí porque los médicos después de una tarde-noche mágica, al día siguiente tenían buen cuerpo. La solución va por lo que os cuento.
Iquitos ha crecido mucho desde la última vez que lo vi. Una pena el deterioro de los casones azulejados en el paseo Tarapacá. Barrio curioso de Iquitos es el palafítico barrio de Belem.
Belén es un gran mercado, pero cuando iba a ver las casas "palafíticas", un señor desde la ventana me dijo: " te van a robar". Proseguí mi marcha y un segundo me aconsejó: " ten cuidado amiguito". Seguí unos veinte metros mas, pero cuando ya el tercero me dijo "cuidado con la máquina de fotos", di media vuelta y volví sobre mis pasos, totalmente entero. En este barrio, al atardecer, la prostitución se ejerce en las barquitas que se mecen sobre el río. No tengo ni idea como se hacen los trámites y ni si la posición es cómoda. Creo que la "prestación", económicamente es barata.
No hubo nada de especial estos días, bueno algo sí. Estaba comiendo en un restaurante con Zarra y Gema, cuando la camarera se me acercó y me dijo: ¿Es usted de Sangüesa?. Me quedé a cuadros y es que la casualidad de las casualidades era que allí estaba también comiendo, Mila Ojer, la chica de Sangüesa que vive en Iquitos. Charlamos un rato y nada más, cada uno a lo suyo.
En el barrio de Belen no me atreví a comprar "ayahuasca", y eso que lo vendían como en paquetes de cigarrillos. Compré sin embargo un ungüento para la lumbalgia que arrastraba desde Tarapoto.
También busqué la canción de Ojos Azules entre todos los vendedores "piratas" que había por aquí, pero pese a que todos la tatareaban, ninguno la tenía. Quise comprar un "polo " de Iquitos para mi hijo y... tú entras a un sitio cutre, preguntas por el precio de la prenda y es más caro que en La Plaza de Armas. Esto ya lo había observado en otros viajes. No te fíes de las apariencias.
Los días transcurrieron entre ver las etapas pirenaicas del tour de Francia desde la cama a eso de las 8 de la mañana (que gozada) y los partidos de la Copa America por la tarde. Por cietro hoy ganó Uruguay a Argentina. Mi amigo Pereyra estará de celebraciones.
Mañana, domingo día 17, (siempre procuramos viajar en domingo por lo de la "depre" de los domingos en las ciudades), nos vamos en una lancha deslizadora rápida hasta Santa Rosa, en Perú, y de allí pasar el río en otra lanchita, y presentarnos en Leticia, ya en Colombia. Ciudad de recuerdos agridulces para mí, pués su gran vitalidad y alegría contrastó con la angustia que me supuso que en el año 1986 me metieran en la cárcel por no llevar el pasaporte y me tuviera que sacar un cura. Esperemos que no se repita semejante acción y todo transcurra con normalidad.

En el viaje se pasa por San Pablo, un pueblo en donde estan los leprosos sin recursos de varios países y administrado por unas monjas canadienses. En este lugar trabajó desinteresadamente Ernesto Guevara de la Serna, mas conocido como el "Che", cuando hizo el viaje por sudamérica en compañía de Granados y que lo marcaría para siempre. El discurso que pronuncia el dia de sus cumpleaños ante todos los sanitarios de la leprosería es sencillamente "genial". Lo podeís ver en la fantástica película " Diarios de Motocicleta".
Como para estas "cosas" soy muy sentimental, me gustaría poder ver este lugar y hacer algunas fotos. Si lo consigo, ya os las enseñaré.
Bueno, por hoy ya es bastante, que mañana tenemos que estar en el puerto de embarque a las cinco y media de la madrugada. Agur. Daniel