lunes, 19 de septiembre de 2011

Macapá

















Ya estamos en la última fase del viaje. El sábado salimos en barco de Belem para llegar a Macapá, desde donde nos desplazaremos en bús para alcanzar la Guayana Francesa.
El viernes 5 de agosto, como os contaba, fuimos a la isla de Marajó y pasamos un día agradable. Por increible que parezca, en el pueblo que estuvimos nosotros, Salvaterra, había búfalos de agua. Se cuenta que un barco inglés iba con un cargamento de búfalos a la Guayana Inglesa, naufragó,y los búfalos que sobrevivieron se adaptaron perfectamente a esta isla y ..., allí están como en el sudeste asiático.
Este mismo viernes, por la noche, para despedirme de Belem, fui a ver el Mercado O~Peso, pues tenía que comprar unos colgantes y me quería despedir con buen sabor de boca. Bueno el caso es que el puesteciillo de los colgantes estaba cerrado, pero el ambiente del mercado seguía en plena juerga. En esas, que una de esas "locas", a las que nadie hace caso, totalmente desnuda, se tira debajo de las ruedas de un autobús urbano que estaba detenido en un semáforo, Boca abajpo y la cabeza en la misma rueda, pero..., gritando.
La gente no corríó a toda velocidad o en tropel, sino que unos pocos vieron lo que pasaba, hablaron con el conductor del bus y..., este tiró marcha atrás sin tocar para nada a la mujer, que salio por sus pies tranquilamente de lo que había sido su "cama de muerte". La vida en el mercado y alrededores siguió tranquilamente, y esta mujer aún se subió corriendo y desnuda a otro autobús por la puerta de atrás. Por lo que se al día siguiente sábado, seguía por el mercado.
El sábado día 6, teníamos el barco para Macapá. Salía a las 12 ( teóricas), y para las 9 de la mañana ya estábamos en el muelle. antes que nosotros había un montón de personas más. Se hacían dos filas, una para todos los "normales" y la preferencial, para pesonas con niños pequeños, embarazadas, discapacitados, etc. Osea que para cuando subimos al barco ( con cerca de dos horas de retraso), eramos los 143,44,45,46.47. pasajeros. Claro, todo el mundo había colgado su hamaca y nosotros estuvimos unos minutos, despistados a verlas venir. Los que venían detrás nuestra, subían y también colocaban las suyas. Finalmente aunque separadas unas de otras, pudímos colgar las nuestras. La mía estaba entre dos parejas: un matrimonio reciente, que sí que cabían los dos en la misma hamaca y una joven madre con su bebé. No podía ni abrir los codos, pues chocaba o con unos o con otros.
Como en el barco no hay mucho que hacer, después de la puesta de sol, a eso de las 6 y media me fui a mi hamaca. Repasé mi vida infantil, desde los lejanos recuerdos de Tiermas, pasando luego por mi llegada a Sangüesa y el parvulario con sor Jesusa. Después le tocó el turno a mis recuerdos del Luis Gil. que no son nada buenos. De los cuatro años en las escuelas nacionales, 3 con Don Francisco y el famoso verbo.Solo recuerdo con cariño, el juego del" perro pepe" y las partidas con bolas,llamadas finamente "canicas".
Acabados estos nefastos cuatro años, le siguieron otros cuatro gloriosos en los" capuchinos ". De estos si que tengo buen recuerdo, y me regodeaba con ello, volviendo a ser el portero del colegio y todo eso. A continuación el año mas negro de mi vida, en el colegio de Jesuitas de Javier; nefasto y negro. No voy a comentar nada sobre los "jesuitas" o los "cuervos", como les llamábamos nosotros, porque los describe genialmente Blasco Ibañez en su inolvidable novela "LA ARAÑA NEGRA". Creo que hasta aquí llegaron mis recuerdos antes de que me venciera el sueño. El domingo día 7 de agosto, para las 6 ya estábamos en la cubierta del barco, viendo el amanecer y como abajo no tenía mucho sitio, me quede cuatro horas viendo el rio~mar, y no dando crédito a semejante extensión de agua. Navegábamos entre canales, pues ahora el Amazonas discurre entre un sin fín de islotes y canales. No se como Orellana o Lope de Aguirre, o Pinzón, consiguieron orientarse por aquí.


A eso de las tres de la tarde llegábamos a Macapá. Bueno a la ciudad no, al muelle de Santana, como a 22 kilómetros de la ciudad. En un taxi alternativo ( osea un coche particular), llegábamos al centro de la ciudad.
Macapá tiene un 350.000 habitantes, y es muy extensa. No hay rascacielos, todo son casas bajas, sin un centro históricoque te ubique.Yo, la ciudad la encontré limpia, aunque es verdad que sin muchos atractivos.
Cenar donde el malecón del río, habiendo cogido antes los billetes del bus y poco ma fue lo que dio de sí el día.

Hoy día 8, me he levantado pronto, y me he ido solo a ver el descomunal complejo Marco Zero. Un monumento instalado en la mismísima línea ecuatorial. He hecho algunas fotos con eso de ahora estoy en el norte, ahora en el sur, ahora en medio, y todas esas cosas. Luego he visitado El estadio Zerao, que tiene una particularidad única. Como el Ecuador pasa por el centro del campo, tiene una portería en el hemisferio Norte, y la otra está en el Sur. Eduardo Galeano, en su : PATAS ARRIBA, LA ESCUELA DEL MUNDO AL REVÉS, cuenta que solo existe en el mundo un lugar donde el sur y el norte, se encuentran en igualdad de condiciones: < una cancha de fútbol en la desembocadura del Amazonas >. La línea del Ecuador, corta por la mitad el estadio Zerao, de modo que cada equipo juega un tiempo en el Sur y otro en el Norte.
Lo estaban arreglando y no me dejaban pasar, pero siempre hay alguien que se apiada y te ayuda. Eso si he tenido que pasar por una apertura en la tapia muy estrecha Lo he podido hacer porque había bajado unos kilos, que si no me quedo sin poder pasar y sin foto.Esto no da mucho mas de sí, a las 7 de la tarde agarramos el autobús nocturno que nos llevará a Oiapoque desde donde nos dirigiremos a la Guayana, después de haber atravesado un río frontera. Espero sea mi último paseo en barco. Desde Guayana, si se puede ya escribiré y cerraré estas crónicas. Agur. Daniel
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