jueves, 24 de julio de 2014

ESTE VERANO ... PANAMÁ (E)

SEXTA EPAPA:  E.- PENÍNSULA DE AZUERO // PEDASÍ
                                                                         (Crónica del 19 de julio de 2014)
Lunes 14, agarramos un busito y nos vamos para Pedasí. Por primera vez desde que estoy en Panamá, suena el móvil del chófer y por primera vez  se para a contestar. Era una
mujer quien conducía, porque hasta ahora, todos los chóferes se pasan el viaje, hablando por el móvil, y contanto los billetes de dólares, cambiándolos de lugar y vuelta a empezar.
En Pedasí  nos habían recomendado el Dims hostal, y a ese fuimos. Está muy bien, lo conseguimos por 60 dólares para los tres, gracias a las habilidades de Zarra. Había un grupo de 13 chicas norteamericanas, todas con su aple encendido. Luego nos dijeron que estaban haciendo un curso de fotografía. Tendrían unos 15 años, y ya ves a hacer un curso de fotografía a Panamá. El lugar donde nos alojamos, es una joya, hamacas colgantes de las que tienen dos barras, otras sillas colgantes igual que las de la película Emanuel, habitación con aire acondicionado y tv por cable. Nos hemos vuelto más exigentes, pero hasta un máximo de 25  dólares por persona. Viendo la tve, me enteré de la caída y abandono de Contador. La dueña se llama señora Mirna, y es un cerebro andante, con lo cual esta mandando constantemente a sus empleados, que si a limpiar el patio, arreglar la televisión, pintar las sillas, así todo el día. Bueno ella para las 6 ya se levanta.
Por la mañana fuimos caminando hasta la playa del Arenal, desde donde salen las lanchas para isla Iguana. El barquero o lanchero nos ha dicho que el viaje de ida y vuelta a la isla son 70 dólares, aunque pueden ir un máximo de 7 personas. Por un poco más nos lleva un poco más al interior para que podamos ver ballenas, que según él están cerca. No nos lo creemos del todo y mejor lo dejamos para otro día. Comenzamos a regresar al hotel andando, y al primer coche que pasa le hacemos “dedo” y nos para. Es un chino. Aquí todos los supermercados y tiendas pequeñas son propiedad de chinos o asiáticos, no se diferenciar, que como allá justamente  dominan las palabras castellanas del argot comercial.
Pedasí es un pueblo muy extenso que casi no tiene un centro. La leyenda dice que aquí muchos famosos tienen casa, entre ellos Sakira.  Parece ser que el que de verdad tiene casa es Mel Gibson, y los demás alquilan unas mansiones impresionantes en alguna de las playas medio escondidas que hay y ya está. Bueno un príncipe árabe, que se casó con una modelo
panameña, sí tiene casa; un castillo. Cuando bajó la temperatura fui a pasear buscando un internet. Hice  unas fotos a los “claveles del aire”, que son unas plantas que viven en los cables o tendido eléctrico, alimentándose con el polvo que desprenden los coches en la carretera y algo de agua. Luego me pudo más la vista que la cabeza, y en una marisquería pedí ostiones para cenar, recordando lo formidables que eran en Chile. Donde fueres lo que vieres, aquí no eran tan buenos. Regresé a casa y vi a Maya despidiendo los sanfermines.
 El día15 martes, como casi siempre ocurre, nada sale como prevés. Íbamos a ir a la isla Cañas,  pues bien, el único busito había salido a las 7 y cuarto de la mañana. Lo dejaremos para otro día. Vamos a coger un taxi para ir a Playa Venao, pero no pasa ni uno. Hay unos mosquitos, que no pican pero que se te ponen delante de los ojos, pienso yo que atraídos por el sudor, y parece que estás boxeando para espantarlos o nunca mejor dicho cazando moscas. Finalmente apareció un taxi pero con un pasajero dentro que iba a un lugar próximo llamado Playita. Esto era o es una finca, con casitas preparadas para turistas. Había también un ñandú, que al ver que le queríamos hacer fotos se ha lanzado corriendo hacia nosotros, y nos hemos defendido detrás de un banco. Le hemos hecho las fotos claro está. Enseguida llegamos a Playa Venao. La playa es bonita, pero es arena negra y está siendo utilizada por los surfistas. Nosotros ni tabla ni madera. Todos los que están en esta playa y en estos lugares, son de habla inglesa, menos nosotros claro está. Me recorrí los 4 Km de playa arriba y abajo. Estos 8 km andando me dieron para andar, pensar y soñar...La arena era dura, la mar estaba baja y el agua cálida. No había nadie en la playa, solamente una chica ( mayorcita), de esas místicas que hacen reverencias al sol, y   energía del suelo que toca los pies y el calor de la arena y esas cosas raras que hacen. Allí se quedó, con sus ejercicios parecidos al yoga.
Salimos al cruce para que no se nos escapara el busito y por probar hicimos “dedo”. Nos pararon dos americanas estadounidenses que estaban por la zona buscando casa para cuando se jubilaran porque en USA, era muy caro comprarse piso. Vivían en California, y nos contaron que la situación de Estados Unidos, de buena nada. Todo esto en inglés. El idioma es una dificultad, pero nunca un impedimento para comunicarse.
 Llegar al hostal y me quedé hablando con Yomaira, una chica dominicana, como diría mi amigo Roberto Centeno, espectacular en su belleza y fascinante en su interior. Hablamos de lo divino y lo humano lo dejamos para otra ocasión, porque como dice Kirmen Uribe en su Bilbao-Neuw-York Bilbao,”Algunas coincidencias se dirían que obedecen a un destino tan deseado como improbable. Pero no imposible.”Salí a tomar un café ( si no, no duermo), y me cayó un bicho en la parte trasera del cuello, yo pensando que era una mariposa, le di un manotazo. Acto seguido sentí un dolor intenso en el dedo índice y era una avispa negra la que me había picado al dar yo el manotazo. Se me empezó a hinchar el dedo como si fuese el
pulgar. En el hotel la Doña, me dio Viks Vaporuts y--, santo remedio.
Al día siguiente por fin fuimos a la Islade Cañas. El taxista nos llevó a un embarcadero donde no había nadie. Por nuestra cuenta tuvimos que ir a otro que estaba a varios kilómetros y que era la entrada a un manglar. Como la barca estaba unos cuantos metros a dentro del caño del manglar, arremángate la ropa y vete pisando barro negro hasta llegar a la barca. Montamos y nos dirigimos por el caño este hacia el mar, mientras el lanchero nos va mostrando unos mapaches que había en un árbol. También nos dijo que el día anterior había iluminado con la linterna a unos caimanes en ese trozo de manglar. Mejor que no estaban durmiendo cuando caminamos por el barro. Isla de Cañas, no tenía nada especial, una playa de arena negra enorme donde vienen a desovar las tortugas, pero por la noche, y como nosotros fuimos a la mañana, no vimos ni una. En la isla hay mucho mango tirado por el suelo que la gente ni recoge ¿De qué vive la gente? Vete a saber.
 Volvimos a Pedasí con el señor Germán y el busito se llenó. Pese a que iba lleno, paró a uno que iba con una bombona de gas. Subió claro. Suponemos que la bombona iba vacía, pero a la vuelta seguro que llena. Para acabar nuestra estancia en Pedasí, nos fuimos a cenar al elegante restaurante Pedasitos, donde nos trincamos un “chuletón” de atún con sésamos, fantástico. No hay mas que contar, Yomaira aquí se queda y yo me voy...

Agur.   Daniel

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