OCTAVA ETAPA:
F.- VALLE DE ANTÓN // CIUDAD DE PANAMÁ
(Crónica del 25 de julio de 2014)
En la Gran terminal se concentran
todos los buses que entran y salen de Panamá Capital para todos los
lugares del país. Siempre me ha gustado en Sudamérica el mundo de los
autobuses. Hay otros mundos que se me escapan en relación con la ciudad
en donde están; son los aeropuertos y las estaciones de tren. Sobre los
aeropuertos ya hablé al principio. Me parece un mundo muy aséptico,
formado por gente que camina con la cabeza baja y que solo tira del
"carrito". Muy bien vestida y guapa en general y que no sabe
como matar las horas tediosas de espera y el aburrimiento. Pocas, muy
pocas veces me ha pasado algo interesante en los aeropuertos, me refiero
a contacto con gente. Las estaciones de tren han sido mitificadas por
las películas y siempre están las despedidas lacrimógenas y volveré...
Aquí si he tenido alguna escena de estas cinematográficas cuando hacía
la mili en Madrid y salía con Mercedes. Las estaciones de buses son otra
cosa, la gente es como más normalita y variopinta. Si el viaje ha sido
largo, todo el mundo baja estirándose y centrándose en encontrar su maleta
o mochila. Aquí en la estación central de Albrook, venían buses de todos
sitios, con nombres curioso y sonoros: de Chiriquí, de Colón, de Chitré,
de David, de Aguafría, de Bocas del Toro, de Penonomé, de...así podría
seguir contando infinidad. Los indígenas se bajaban con una cara inexpresiva.
Las mujeres con los trajes de su etnia y unos cuantos críos y los hombres
con esas gorras yankees que no me gustan nada. Me lo pasé bien,
contemplando durante hora y media béisbol, los distintos rasgos,
vestidos, gestos andares, y saludos de esta amalgama de razas.
A
eso de las 9 vino el autobús de Las Tablas y de él descendió como
una modelo Yomaira. Fuimos a cenar al Benidorm 2 que es el hotel o
el restaurante del hotel donde están alojados Zarra y Gema y tuvimos una
velada muy confidencial e interesante o que se prolongó por largas
horas. El día siguiente iba a ser duro con el paso de fronteras y a eso
de las 7 de la mañana aparecí en casa de mi suegra me despedí de los
hijos y me fui para el aeropuerto de Albrook. Los recuerdos,
sentimientos y momentos dulces, son míos aunque ahora solo sean recuerdos.
Agur. Daniel
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