miércoles, 23 de julio de 2014

ESTE VERANO ... PANAMÁ (F)

SÉPTIMA ETAPA:  F.- PEDASÍ // VALLE DE ANTÓN
                                                                         (Crónica del 21 de julio de 2014)
Hoy 17 jueves sí que es de los días que merecen crónica. Nos levantamos tarde como a las 8 y media, ya con las mochilas preparadas. Cuando estamos desayunando, doña Mirna, nos dice que ella tiene que ir a Panamá en su carro y que si queremos podemos ir con ella, que va sola. Aceptamos, pero teniendo en cuenta que eran las 9 de la mañana y que se había levantado a las 4 para prepararse y aún no se había duchado, ya veremos a que hora salimos. Bueno, no fue excesivamente tarde, para las 12 del mediodía nos pusimos en marcha. Resulta que el carro lo tenía arreglando y en un taxi fuimos hasta Chitré, donde ya había apalabrado el alquiler de un coche.
 El viaje hasta Chitré, fue como el antiguo periódico "El Caso", pero hablado. El taxista contaba como hace ahora 4 años, tres sujetos le asaltaron y le pusieron un cuchillo en el cuello. Después de robarle el "jefe" ordenó que lo mataran para que no los reconociera. Imagina al taxista suplicando que su mujer estaba embarazada de 5 meses, que él no iba a delatar a nadie y que además a ninguno le había visto la cara. Tuvo suerte y en eso debió de llegar otro taxi y los atracadores salieron huyendo, pero él se quedo con marcas en el cuello del cuchillo y se cambio de zona o de pueblo de trabajo. Doña Mirna a su vez comenzó que a Ariel el mecánico, le habían apuñalado el otro día por increpar a unos que iban borrachos en un coche que se había saltado un semáforo y estaba en el hospital. Ya no sabíamos si decirles que cambiaran de tema de conversación o contemplar el paisaje con los oídos taponados.
En eso ya llegamos a Chitré y en un coche de alquiler y conduciendo la doña que en el camino ya no habló), nos trajo hasta el cruce para ir al Valle. Como aún teníamos 26 km hasta el pueblo, mientras esperábamos al busito hicimos dedo nuevamente y..., a la primera nos para una furgoneta. Es un andaluz de Huelva que se llama José Carlos y con el que estuvimos los tres días. Nos estaba contando que era aparejador pero que a él el tema de la construcción le hizo primero el boom y luego el bam. Era un cachondo. En esas estábamos cuando..., pinchó o mejor reventó la rueda. Allí que estábamos todos cambiando la rueda mientras el seguía con su peculiar lenguaje: que si hubiera sido mejor que hubiéramos esperado al busito, que si pinchó a propósito porque íbamos cuatro y así todo el rato. Llegamos a su casita y por video conferencia le contaba a su hermano como había cogido a tres españoles y les había hecho cambiar la rueda y todas esas risas.
Tras bastante mirar, fuimos a un hotel dirigido por un "seboso" inglés que no hablaba ni una palabra de castellano. Gema y Zarra a una habitación por 30 dólares, y yo al dormitorio comunal de 6 camas por 15 dólares la noche. Compartía dormitorio con un israelí llamado Tal.
Para celebrar nuestro buen día nos fuimos a cenar al Camino del Inca, ceviche, cerveza cuzqueña y pisco sower. Cojonudo todo. Vuelta al hotel y un poco de charla con el israelí, sin recordarle para nada la incursión en Gaza y los muertos ocasionados. Ahora los dos somos trotamundos que compartimos una habitación de seis. Para el día siguiente teníamos planeado ir a ver los .árboles cuadrados.
Así hicimos, el sendero es precioso, pero los árboles cuadrados decepcionan un poco. Cuando acabamos el recorrido, empezó a llover y llover y llover. Nos refugiamos como pudimos, primero yo detrás de unas cañas de bambú, pero luego me metí en una finca colindante, sin preocuparme si había perro o no. Solo parapetarme del agua. En el pueblo se fue la luz, pero en Panamá capital había sido tan fuerte el temporal de agua y viento que habían cerrado el aeropuerto internacional de Tocumen por cuatro horas. José Carlos nos contó que en la carretera que conduce a Panamá había hasta neveras además de árboles cruzados. En el Valle aparte de la falta de luz no ocurrió nada más, y es que estamos en un antiguo cráter, rodeados y protegidos por montañas. Por la noche con nuestro amigo el "andalú", fuimos a cenar a una pizzería de un amigo suyo muy especial, no tenía mas que tres mesas y cuando se llenaban se acababan las cenas. La verdad es que yo que no soy amante de las pizzas, tengo que admitir que cenamos muy bien. Quedamos para el día siguiente en su casa para comer en una barbacoa que había comprado para impresionar un tanto a su "casero", pero que no sabía como funcionaba eso.
 El 19 viernes fue un gran día que empezó con un gran susto. Alquilamos unas bicis y Zarra, Gema Tal y yo fuimos hasta un parque con una cascada que se llama El Chorro. El camino para llegar allí era empinado. Cuando llegamos, nos
sentamos y estábamos hablando de qué hacer, pues nos querían cobrar 5 dólares a cada uno, cuando de repente, Zarra, empieza a caer para  atrás sufriendo un pequeño desmayo. Todos apurados y un tanto asustados, pero felizmente se repuso si tener que ir al centro médico. Fuimos a casa de José Carlos, con Zarra ya recuperado y Tal y yo nos fuimos otra vez hasta el Chorro. Esta vez si entramos, pero pagando 5 dólares para los dos. Había una cascada muy bonita y una piscina natural de agua trasparente y muy limpia y además dulce. Disfrutamos un rato con el baño y luego a por la barbacoa. La habían preparado muy bien. Una maravilla de comida.
Lo mejor de un viaje, es la gente que conoces y así el autoestop, nos llevó a José Carlos (aparejador prejubilado por un derrame cerebral de 53 años), a Tal el israelí y a mí al hotel. Enseguida estábamos los cinco a mandíbula batiente en una "casita" en el Valle de Antón fantástica. Yo me reía a más no poder con la forma de hablar del onubense. Nos contó la diferencia entre los de Sevilla normales y los sevillillas  ( señoritos de presencia venidos a menos y sin un euro). Todas estas cosas se aprenden viajando y como decía el grupo Viva  la Gente: Viva la Gente. Ah! Los hijos bien, gracias a Doña Flora (mi suegra).
Hoy compramos 24 cervezas domingo 20  como se hacía antes, nos hemos ido en la furgoneta de J.C a la playa., y allá en la playa en un chiringuito, que casualmente no vendían cervezas, nos comimos un pescao y estuvimos los 5 ( Tal también) de charla, bebida e incluso baño en el mar. Por la mañana hablé con Ekaitz (mi hijo ), que me dijo que en Panamá en el día de hoy se celebraba el día del niño y que según eso podía hacer lo que quisiera. Por lo tanto me "ordenaba", que regresara a Panamá Citi. Ya le hice ver que regresaría el lunes como así haré. Se me olvidaba, con Tal también hablé del conflicto palestino israelí, pero claro, su visión es diferente a la mía. Bueno mañana a Panamá Citi, que el 23 nos vamos para Colombia.
 Agur. Daniel


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