jueves, 29 de octubre de 2015

PANAMÁ - NICARAGUA- COLOMBIA 2015


Hola a todos. Este año vuelvo a viajar. Me voy, como en estos momentos no podía ser de otra forma, a Panamá. Como ya lo conocéis, creo que este año las crónicas serán más espaciadas, además el viaje es diferente. Voy solamente con mis hijosy digamos que es un viaje más interior que físico. Ya os contaré a los que contestéis.
  Este año como veis tengo dificultades. Todo se debe al famoso 11-S que activa seguridad para todo. No puedo entrar en mi correo de gmail y me las he visto  complicadas para poder escribiros. El viaje aunque comenzó físicamente el 30 de junio, ya empezó mucho antes, cuando en enero compré los billetes.
 Hay algo que todavía no asimilo y es que ahora viajo con dos niños, no solo, como antes , y en 6 meses antes de coger el avión puede ocurrir cualquier cosa.
 Los días fueron pasando y en la última semana me entraba el tembleque de que pudiera pasar algo, son los días de la basura que llamo en los viajes. Un accidente mío con una moto el domingo 21 pudo cambiar toda la historia. No entro en mas detalles porque bastantes de vosotros ya lo sabéis, pero...  tú no manejas tu vida sino que la vida te maneja a ti.
 Bueno, el día 29 llevé las maletas al aeropuerto para que me dieran las tarjetas de embarque y..., me dieron las de los tres tramos del viaje de Ekaitz y Enara pero no el tramo Miami -Panamá correspondiente a mi persona. Los amigos te dicen que eso no es nada que al día siguiente te lo darán pero...., el mismo día del embarque no me lo dieron, me dijeron que sería problema de impresora y que fuera en el aeropuerto de Madrid a la ventanilla de American Airlines y que allí me lo darían. Tras una serie de carreras de uno a otro logré, conseguir llegar a la ventanilla de A.A. y efectivamente me lo imprimieron y ya tuve en mis manos la famosa tarjeta de embarque.
 Después de este cansancio nos fuimos por primera vez en nuestra vida a una sala VIP, la de AENA y allí pasamos las tres horas que nos faltaban hasta la salida del avión.
Esta sala no es una maravilla, pero puedes descansar, tomar todo lo que quieras, utilizar los ordenadores y hasta hay sala para dormir y otra de máquinas. Esto como comprenderéis fue un regalo de la Caixa, porque cuando tenga que pagar por su uso, ya no voy.
 De famosos o famosetes por allí, nada de nada , solamente un judío ortodoxo de esos de tirabuzones.
 En la entrada al avión o un poco antes en el control de pasajeros, mucho control estadounidense pero al único que registraron, fue a mí. A Ekaitz que llevaba una tablet nada de nada. Bueno, sería casualidad. Sorprende los maletones, dícense que de mano los que sube la gente al avión. Nosotros con unas pequeñas mochilitas y otros con unos maletones que casi no caben ni en el compartimento y lo tienen que llevar debajo del asiento.
No tuvimos buena suerte con los asientos, tres centrales que es un rollo. De la sala VIP, Ekaitz se trajo patatas fritas y Enara bandejitas de jamón que sorprendentemente las llevó hasta Panamá en su equipaje de mano.( No se acordaba que las llevaba) El viaje largo y cansón. Son 7.400 Km , casi 9 horas. Aunque llevaba dos días durmiendo poco, tampoco pude dormir. L pesadilla empezaría después .     !  De locura ¡ Increíble el paso por Miami. Primero tienes que ir a una sala con un montón de ordenadores y escanear el tuyo siguiendo una serie de instrucciones. No me digáis porqué, pero el mío no se pudo escanear. Pregunté al poli de turno y afortunadamente , Fernández o Rodríguez) y me dijo que tenía que pasar por el control manual ( nosotros estábamos solo en tránsito). Bueno, en el control manual después de una larga cola, también hubo problemas con el mío, no así con los de mis hijos a los que les pusieron el cuño y en teoría ya podían proseguir viaje. Pregunté el por qué y me dijeron que tenía que estar con un policía de orden superior. Este vino, me cogió el pasaporte y me llevó a una sala pequeña en donde había más gente como yo. No entendía nada, lo único que sabía es que iba a perder la conexión del vuelo o me iban a dejar allí. Afortunadamente solo pasaría un cuarto de hora cuando me devolvieron el pasaporte, pero sin sellos ni nada. Fuimos otra vez a conexión con vuelos internacionales y..., para morirte, unas colas kilométricas. Yo nervioso perdido, Ekaitz y Enara tranquilizándome. Pasamos el control, no me lo podía creer después de esas colas kilométricas que llegáramos a tiempo y que lo pasáramos. A continuación corriendo a buscar tu puerta de embarque, que claro está estaba  fuera de esa parte del aeropuerto y te transportaban con una especie de trenecito. Encontramos la puerta con10 minutos de adelanto sobre la hora de embarque. No me lo creía. Entramos y..., como en la ley de Murphi, si algo puede salir mal, saldrá ...peor. Pues se cumple.
Después de todas las carreras, sudores y apuros para llegar a tiempo, resulta que en la carretera que conduce al aeropuerto se produjo un accidente en el que indirectamente se vio  involucrado el piloto que debía pilotar nuestro avión. Como vio que ya no llegaba a tiempo, tuvieron que buscar a otro piloto que estaría de reserva o algo parecido y..., que llegó, pero una hora mas tarde. No quería ni pensar en la familia que me esperaba en Panamá.
 Bueno, por fin llegamos a Panamá y como dice la ley de Murphi, después de dar vueltas y mas vueltas la cinta transportadora, nuestros equipajes no salieron. Vete a  reclamar y cuando llegué a la oficinita el tipo ya me estaba  esperando. Me dijo: Señor Pérez?. Sus equipajes están en Miami, no sabemos si porque no ha habido tiempo de hacer el traslado de Iberia a A:A., si por seguridad, por sospechosas , o... Un presentimiento me decía que eso iba a ocurrir. La familia estaba esperando, fue lo positivo de esa jornada. Al día siguiente llamé al seguro que había contratado y que incluía lo de las maletas y me dijeron que podía disponer de 100 euros para gastos de primera necesidad. Fui y gasté algo así como 60 euros, porque no me fiaba mucho. Cuando vi el email que me mandaron diciéndome la cantidad de papeleo que tenía que hacer para que me devolvieron ese dinero, me di cuenta de que había hecho el primo y que no podría recoger todos esos papeles que me demandaban. Mas vale que fueron solo 60 dólares, pero vaya que ya los doy por perdidos. Esta ha sido la crónica de un viaje en avión que ha seguido fielmente la ley de aquél que decía: si una cosa   puede salir mal..., saldrá mal.
 Mañana intentaré escribir sobre estos días en Panamá City en casa de mi suegra y de mis salidas por otras partes de la ciudad... agur. Daniel

No hay comentarios: