El miércoles 12 de agosto, a las 5 de mañana, me llamó Robin, el dueño de La Red, diciéndome que tenía ya el café preparado. Luego me acompañó a la plaza desde la que salía mi bus para Montería. En esta plaza, a eso de las 5 y media, ya había un grupo de mujeres preparadas para clase de
educación física, con el mismo profesor que ví el día anterior dar clase a sus hijos. Ah! Se me olvidaba decir, que el día anterior me bañé en el Pacífico, enfrente del hotel. El agua estaba como decimos nosotros, "caldo", y no me atreví a alejarme mucho, pues ya vi que voy perdiendo facultades natatorias, sobre todo porque no suelo ir nunca a nadar.El paisaje hasta Montería era llano, dedicado a la crianza de ganado vacuno. Esta zona es la zona de la Sabana Nueva. Poco a poco el bus se va llenando y cuando llegamos a Montería, estábamos completos. Desde aquí podía haber ido a Medellín directo, pero me apetecía ir a Turbo y luego..., ya seguiría a Medellín. En Montería no estuve apenas tiempo, pues en seguida salía una furgoneta-taxi, con capacidad para 12 personas y con aire acondicionado, para Turbo Ahora van a subir a un minusválido, pero de los de verdad. Viene en silla de ruedas, pero lo suben como si fuera paja en un mandil (los de campo entenderán esta expresión), y lo sientan sobre su asiento. Después cargaron su silla, en la baca del taxi. La carretera estaba muy bien, pero un cartel que decía Desvío, nos mandó por más de 20 Km por un camino de cabras. Entonces me di cuenta de lo que se bota en un bus, cuando vas en la parte de atrás. Llegamos a Turbo y de cabeza al Hotel Carnaval. Al principio todo eran amabilidades y cuando me piden la cédula, les entrego el pasaporte y..., no me puedo alojar por ser extranjero, me recomiendan otro hotel cercano. Luego me entero de la historia: no tiene la categoría de hotel sino de Residencia y los extranjeros no se pueden registrar. El ser Residencia significa que los nacionales si se pueden registrar por días completos, pero también alquilar las habitaciones por horas... Aclarado ahora el entuerto y lo del Versalles en Medellín del año pasado. Me dijeron que en una revisión de la policía vieron que habían inscrito a un extranjero y les cerraron el local por tres días. Una pena, porque me gustaba el ambiente que había y ya había estado alojado en dos ocasiones otros años anteriores.
Turbo ha cambiado mucho y para bien. Tiene ya más de 120.000 habitantes y se han asfaltado muchas calles. Ya no es el pueblo sucio y polvoriento de antes. La población sigue siendo negra en su inmensa mayoría. Hay una actividad febril en torno al puerto, no solamente las lanchas que salen para Capurganá, sino todo el descargue y cargue de materiales de los barcos a camiones y viceversa. Creo que es puerto franco o algo parecido. Encontré un lugar llamado El Pollo Árabe, que daban una carne a la parrilla espectacular. Allí comí los dos días, uno de ellos Punta de Anca. No hice nada especial. Pasear por sus calles, ver sus tiendas y la cantidad de productos que se venden siendo este un lugar tan alejado en Colombia .No hay monumentos ni lugares emblemáticos y a qui lo mas curioso son su gentes y ya que no voy a África, me vine a Turbo, para ser el paseante mas blanco de todos. Los alrededores de Turbo están llenos de plantaciones y plantaciones de bananos. Como lo describía "Gabo", en sus Cien años de Soledad cuando la fiebre del banano
se apoderó de Macondo. Al día siguiente, el jueves, a eso de las 9 salía para Santa Fe de Antioquia. Este será mi último viaje largo en bus. No hay muchos kilómetros, pero aquí eso no cuenta, sino lo abrupto del terreno. No deja de ser chocante que aquí en Colombia cuando he ido a desayunar a una panadería antes de coger el bus, me han dado ¡café instantáneo! O sea el
Nescafé que tomo todos los días en casa. Paramos en Apartado y compré mandarinas que la verdad sea dicha no estaban muy buenas, pero por eso de que hay que comer fruta.... La carretera está bien, el tramo es llano y recto, pero por cada pueblo que pasamos, el bus tiene que parar totalmente porque tanto a la entrada como a la salida hay unos " guardias dormidos", que aquí llaman "realtos" y que hacen mas justicia que lo que en realidad son.Antes de llegar a Uranita, hay un alto de armas tomar. Tiene unos precipicios de aúpa, tanto cuando subes como cuando bajas. La carretera además esta sin asfaltar y las señales de tráfico prohíben ir a mas de ..30. El conductor del bus ha sido prudente, ha ido despacio y lo hemos pasado
tranquilamente. Bueno tranquilamente cuando hemos llegado a Uranita.
Al puerto este le laman "La Llorona", debido a los muertos que han
ocurrido y que han ido terraplén abajo. Después de pasar la "Llorona", y cuando estamos a punto de llegar a Santa Fe, nos para la policía. Curiosamente no sube al autobús a pedirnos la identificación, sino que manda abrir las bodegas de los equipajes y allí se pasan más de media hora, dando vueltas a maletas, mochilas y demás enseres. No encontraron nada, pero dejaron todo patas arriba como pude comprobar cuando llegué a mi destino y el ayudante del chófer al abrir la bodega para darme la mochila, juró en hebreo contra los polis. Siete horas clavadas de viaje, lo que me habían dicho cuando cogí el billete. Ahora me dirijo hacia la plaza principal y me voy al hotel de siempre al Plaza. El dueño es nuevo, es un negro que quiere ser todo amabilidad, y al que no le pude regatear mucho. Ha cambiado para mejor el hotel, pero aún deja mucho que desear. A mi me han dado una cabaña con tres camas, así tengo para elegir en cual duermo, en cual extiendo la ropa y cual dejo vacía, por si acaso... (era broma). Veo mucha gente en la plaza y es que se prepara para la fiesta del fin de semana. Son las fiestas del Tamarindo. A algunos les sonará esto por la canción (solo a los más viejos). Pero no me quedaré, el sábado partiré a mi etapa final, Medellín a tan solo 67 Km.P.D. Gracias a todos los que respondisteis a los Comentarios. Ya veo que os menosprecié y que sois muchos los que seguís los escritos. Así me siento menos solo. Agur. Daniel
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