jueves, 4 de octubre de 2012

SALENTO EN EL QUINDÍO

 E: San Agustín – Salento (Quindío) 
Crónica del 18 de julio

Cuando estuvimos en San Andrés, la pareja italiana, nos habló muy bien de Salento, y hacia aquí que nos hemos venido.Salimos de San Agustín el 13 por la noche y pasando por Neiva, llegamos a las 6 de la mañana a Ibague . Desde aquí, hasta Armenia (pueblo que debe su nombre a su homónimo de Turquía), hay pocos kilómetros, pero un puerto que te mueres.Curvas, pendientes, tráfico pesado ,estrechez del camino que obliga a los camiones a invadir por fuerza el otro carril, y además volvimos a pasar los 3.200m en la Cordillera Central. Por ahora siempre que cogemos un bus, estamos en un sube y baja que no veas.
De Armenia, capital del Quindío, hasta Salento en otra buseta. El pueblo es una maravilla. Creo que es el segundo mas antiguo de Colombia y lo han conservado fantásticamente bien.
Habíamos concertado un hostel por internet, La Serrana; pero cuando fuimos a verlo comprobamos que se encontraba alejada del pueblo, por lo que anulamos la reserva. El problema era Juan, que no había venido con nosotros y no sabíamos por donde andaba. Suponíamos que aparecería por La Serrana y le dejábamos mensajes comunicándole nuestro nuevo alojamiento; será  en el pueblo y..., cuando volvíamos en el jeep, por la carretera, Juan venía caminando por la misma.¡ Arriba Juan! y le comentamos todo.
Aquí hay mucho turismo interior, y como es fin de semana, saben que se les van a llenar todos los hospedajes, y no es posible regatear el precio. Hay una calle. Calle Real, que es la arteria principal del pueblo. Todas las tiendas de artesanías y restaurantes están aquí, pero también encuentras lo auténtico. En el café-billar, hay una cuadrillo de cuatro ya mayorcitos, con sombrero y ponchito que llevan más de 20 botellas de cerveza sobre la mesa. Uno se duerme, y el de bigotito es clavado a Cantinflas. Aquí vendremos todos los días. Para cenar, lo típico de la región, trucha al ajillo con patacón gigante.
Al día siguiente  15, nos levantamos pronto para ir a ver el Valle de Cocora. En una camioneta recorrimos los 11 Km que hay hasta la entrada del valle, atravesando por un puente el río Quindío que da nombre al departamento.
Comenzamos a andar siguiendo el cauce del río y hubo momentos de pasos complicados por resbaladizos. Era no mas que una senda que discurría paralela al río. Zarra, Gema y yo, decidimos volver sobre nuestros pasos y seguir una senda mas grande que habíamos dejado antes. Juan decidió seguir, hasta que lograra ver la niebla.
La senda grande, acababa en una finca con una valla y un cartel que advertía del peligro de pasar púes había toros bravos entre las palmeras. Creiamos que no era verdad del todo, y ademas somos navarros y..., a la noche Juan se había informado y dijo que eran miuras, introducidos en su tiempo por los jesuitas para que los indios no se acercaran a las fincas sin  permiso. No se si es del todo cierto, pero "la cosa" queda bien. De todas las maneras los vimos de lejos entre palmeras, porque aquí crece ( nunca mejor dicho) el árbol representativo de Colombia, La Palma de Cera, que es un tipo de palmera que llega a alcanzar hasta los 50 metros de altura.
Sacando fotos a estos árboles y a algún pájaro picatroncos que encontramos, recorrimos los 12 km de vuelta andando.Al principio eran unos 8 km de cuesta abajo (para nosotros), pero para los pobres ciclistas que iban hasta la entrada al valle era peor que el Tourmalet. Luego venían 2 km de llano y al final otra vez 2 km de subida. Bueno, el caso es que unos chavales que habían hecho la bajada, cuando llegron al pie de la subida, se pararon. Allí les esperaba un coche que con un sistema, que no pude ver bien, enganchó los manillares con cuerdas a la vaca del coche y..., subieron haciendo trampa, remolcados. 
Era el día del Carmen y había Cabalgata. Desde el Valle del Cocora, caballistas, hombres y njers recorrían los 11 km a caballo, transportando la virgen. Unos iban muy dignos, pero otros dándole al aguardiente. En la plaza del pueblo les esperaba el cura, que hizo una misa en honor de la virgen..Luego los del aguardiente, se dejaron notar por el pueblo, pues los caballos iban hacia adelante , hacia atrás, se subían a las aceras, y nos reíamos de ellos , dentro de la precaución que tuvimos que tomar para no ser o coceados o arrollados por estos caballos mas listos que sus jinetes. La fiesta terminó, con los fuegos artificiales y los cohetes que los lanzaba un "Avelino" de Salento prendiéndoles la mecha con un cigarro mientras sostenía los susodichos cohetes con el índice y el pulgar.
Nosotros nos retiramos al bar Quindío a tomar unas cerveza y ver la final de la liga colombian ganado por 1 a 0 por el Santa Fe de Bogotá frente al Pasto de Nariño.
Al día siguiente, día 16, nos despierta la "alborada", una especie de diana nuestra que comienza como no con cohetes.Con este despertar, para las 7 ya estábamos camino de "El Parque del Café", situado a unos cuantos kilómetros en la población de Montenegro. Íbamos con temor. pues resultaba ser un parque temático y para eso ya tenemos Senda Viva.. El recorrido desde Armenia hasta la entrada al parque, fue muy bonito, con grandes plantaciones de banano, con su saco azul de plástico en cada racimo, a ambos lados del recorrido.Luego, "el parque", no nos decepcionó, pues las atracciones eran pocas y estaban en la parte final del parque. Había un recorrido precioso por un bosque de bambú, y luego la senda seguía por los cafetales ( café arábigo en su mayoría), intercalados por áreas de descanso, donde unas guías nos fueron explicando los diversos procesos para la elaboración del café. Aprendí que Colombia lo exporta en "verde " y aquí se realiza " el tueste" y se le ponen las marcas al café.A eso de las dos de la tarde volvíamos a nuestro "refugio" de Salento y..., todavía había mucha gente. Por la tarde mientras paseaba por la calle principal haciendo algunas compras, me sorprende un gran estruendo. Hoy tocaba pasear a la virgen del Carmen, a los automovilistas y abría el cortejo, el cura en un cuatro por cuatro, mas sonriente que el patín. Motos, mas motos y luego coches, incluidos bomberos y ambulancias. Cerraba la  comitiva el cohetero que nos deleitaba con sus habilidades de índice pulgar, llenando el cielo de ruido y color.
Ya estamos casi en el ecuador del viaje y mañana partimos hacia la segunda ciudad mas grande de Colombia, Medellín, patria de Escobar. Seguiremos las crónicas desde allí. Agur. Daniel








3 comentarios:

VENERABLES ÁRBOLES dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

hola Daniel!!!muy chulo el blog

Anónimo dijo...

Hola Daniel. Me encanta este blog y me estoy preparando un viaje 3 semanas a Colombia en junio del 2015.has publicado tu segunda parte del viaje ?y si es así dónde está. Muchas gracias