CRÓNICA DE UN VIAJE ANUNCIADO

 G:Santa Fe de Antioquia – Turbo (Antioquia) 

Crónica del día 23 de julio

Dale Alonso, dale. Así estaba yo este domingo 22 de julio en la minúscula terminal de Santa Fé de Antioquia después de la jugarreta de Hamilton a Vettel, cuando nos han llamado para coger el bus. A las 7 nos habíamos levantado y como la puerta del hotel estaba cerrada con llave, hemos optado por el método de abrir, abriendo las dos hojas a la vez y funcionó sin problemas. Luego un pequeño desayuno,en el que desgraciadamente no había jugo de maracuyá ha sido nuestra reserva para unas cuantas horas. Abandonábamos la ciudad de "la pulpa de tamarindo", para dirigirnos hacia el norte.
En 1 hora ascendemos 1000m de desnivel. En este país, siempre estás subiendo y bajando como en una montaña rusa gigantesca.La subida son curvas y mas curvas. Una señora mayor, esta echando la "pota" en una bolsita negra. Paramos en un pequeño pueblo llamado Manglar, para desayunar. Nosotros ya lo habíamos hecho pero el autobús venía desde Medellín. Unos optan por desayunar en la parada y otros, los mas pobres, su propia comida que transportan Un señor sube vendiendo bolsitas de 4 mangos por 1000 pesos, osea medio euro, Ay!, quien los pillara en Pamplona.
Después de la parada, seguimos subiendo hasta los 2.000m increíble, en solo hora y media hacer semejante desnivel.Turbo marca a 240 km y comenzamos la bajada. La carretera está de pena, totalmente "bacheada", en tramos cascajo y en otros asfalto. La carretera está cortada en la montaña y hay unos precipicios enormes. Lo peor de todo es que hay muchos desprendimientos, porque como reza un cartel, Peligro, zona geológicamente inestable. Esperemos que no se hunda  ahora, pero hasta la mitad de la carretera llegan rocas, tierra, en otros tramos árboles y demás.

Pasamos por Cañas Gordas, y la del mareo vuelve a pedir otra bolsa. El ayudante debe de estar acostumbrado pues lleva un paquetón de bolsitas negras debajo del brazo.
A las once menos diez, llegamos a Uranita, aquí no baja nadie, pero sube un vendedor tratando de vender "chuzos" calientes. Aprovecho esta bajada para echar una cabezadita hasta Dababia. Aquí me despierta el movimiento de los vendedores: chuzos, gaseosas, papas, helados, etc. Turbo a 177 km  y ya estamos a 200m de altitud. Atravesamos  ahora el rio Verde, rio Sucio, multitud de pequeñas quebradas y mas riachuelos , para pasar a un paisaje de selva. Nos encontramos también con aldeas palafíticas con techumbre de paja, de comunidades indígenas, que dan pena.
La carretera sigue horrible. Unos críos de no mas de 10 años, habían arreglado un trocito de carretera por su cuenta, y cuando lo hemos pasado, el ayudante del chófer, les ha echado 1.000 pesos. El autobús, casi no coge velocidad y se bambolea de izquierda a derecha o de derecha a izquierda para pasar los baches con suavidad y claro., la señora gordita, vomitó por tercera vez. Así llegamos hasta Mutatá, donde se bajó mi compañero de asiento. Que bien, ahora los dos para mi. A partir de aquí ya no hay montañas, todo el terreno llano; plantaciones de piña y bananos, pero no se ve riqueza . La carretera sigue siendo mala. Ahora estamos en un pueblo llamado Chico Gordó, y la señora de las tres vomitonas, se bajó. Que bien. Los últimos kilómetros hasta Apartadó son enormes extensiones de banano a ambos lados de la carretera, parece que anduviéramos por mitad de la finca con el bus. Increíble, aquí se bajo todo el autobús, y hasta Turbo solamente fuimos los tres, el chófer y el ayudante. Así que como dueños del bus le dijimos que nos dejara lo mas cerca posible del hotel en Turbo en vez de llevarnos hasta la terminal, como así hizo. Nos dejó al ladito del hotel Carnaval, que es donde habíamos quedado con Juan.Un buen precio y un hotel nuevo hizo que nos quedáramos aquí sin buscar nada mas.Luego una vuelta por el pueblo y a comprar los pasajes para la lancha para mañana. No hay viaje directo, hay que ir primero hasta Capurganá y luego en otra lancha hasta Sapzurro.
El pueblo este de Turbo, no parece Colombia, es mas parecido a la zona de Colón o David en Panamá. La mayoría de la población es negra y ya se ven esos amarillos fuertes o verdes fosforitos, que a las negritas les sientan bien. También había gente tomando "raspados", y la música era como la panameña.
El agua del puerto es asquerosa. Un negro sucio y un olor nauseabundo, pero allí que están descargando tablones enormes de un barco para cargarlos en un trailer camino de Bogotá.

La curiosidad me ha llevado a una tienda de ropa y el dueño al oirme hablar con la dependienta me ha invitado a sentarme a hablar con él y también a un chupito de Wysky.
Él me ha contado que la ropa la trae de la zona franca de Colón en Panamá, y que para ello va primero en lancha hasta Capurganá, aqui le sellan el pasaporte de salida y en otra lancha se dirige hasta Puerto Obaldía, ya en Panamá donde le sellan la entrada, y luego en una avioneta de Aeroperlas, por 90 dólares, le deja en Ciudad de Panamá en el aeropuerto de Albrook.
Buena ha sido esta información, pues para mí el tapón del Darien siempre había sido un impedimento en mi intento de viajar hacia Suramerica desde Panamá.
Luego he entrado en otra tienda con la intención de comprar una " guayabera", y la dependienta me ha dicho:" usted, ha tomado". Increíble, era el aliento del chupito de wysky,¡ vaya olfato que tenía la chica!. No he comprado nada por supuesto, pero sobretodo, porque no tenían guayaberas. Y ahora cuando estoy escribiendo esta crónica aparece Juan. Os dejo que tenemos mucho de que hablar, si ..., quiere él claro.
Bueno mañana al paraíso de Sapzurro, donde no hay ni bancos ni internet, conque..., hasta cuando vuelva de estas playas. Agur. Daniel