viernes, 2 de enero de 2009

Salitreras


Después de nuestra estancia en San Pedro de Atacama henos venido a Iquique. Palabra sonora donde las haya con dos qu en tres sílabas.

Dejando a un lado la sonoridad, nos encontramos con una ciudad moderna, con grandes rascacielos y superficies de venta monstruosas ( Zofri), zona franca internacional. Es puerto franco, y por la calle se ven una gran cantidad de 4 X 4, y coches de gran cilindrada. Ha crecido esta ciudad desmesuradamente. Pero..., nosotros asociamos a Iquique con la Cantata de Santa María de Iquique, genialmente interpretada por Quillapayún, con las salitreras y el nitrato de chile, comercializado en esos sacos donde aparecía en negro un tipo a caballo con un sombrero ancho, con Neruda, con Pinochet, con las reivindicaciones obreras, con....

De todo esto nos quedamos satisfechos y además, parte de mi viaje de este año era rememorar todo esto. Como ya dije anteriormente, no pudimos ver la mina de Chuquicamata, por estar uniendo dos explotaciones y permanecer cerrado al público. De todas las maneras el bus nos trajo hasta Calama, que no tiene mayor sentido que el de la mina. Tambien pasamos `por la oficina salitrera Maria Elena. Fué una oficina ( pueblo ) salitrera, pero que ahora se ha reconvertido gracias a otras minas, y sigue siendo un pueblo habitado. Se conservan todas las construcciones del periodo del salitre, habitadas en su mayor parte por estos nuevos pobladores. A mí me sorprendió porque pensaba que había desaparecido.

Ya en Iquique, contratamos una excursión para ir a ver las oficinas salitreras de Humbeston y santa Laura.

El día en que llegamos, fuimos a dar una vuelta por la Escuela Santa María y El Mercado Central, lugar donde ocurió la masacre de los mineros, hace ahora 100 años. Unas pintadas y algún mural en la escuela recuerdan la tragedia.

Las salitreras, si son muy interesantes de ver. En Santa Laura, se desmontó todo el pueblo cuando cayó el auge del salitre, pero se mantuvo en pie el lugar donde se martilleaba y partía el "caliche", así como los hornos de coción de donde se obtenían los famosos nitratos, utilizados como fertilizantes. Se mantiene todo esto en un estado digamos digno, y con un buen guía se pueden visitar y trasladarte en el tiempo. Acto seguido vimos la oficina de Humbeston, que se encuentra enfrente de la otra. Aqui, se ha conservado y reconstruido el pueblo tal como era, con la piscina, el teatro, las pulperías, las casa de los obreros y de los químicos, las escuelas, el hospital y todo lo que formaba el pueblo. La piscina hecha con planchas de metal y aprovechando agua salobre que luego se reutilizaba para la coción, es de los más interesante. Y tambien lo es el teatro. Aquí cuento una anecdota. A mí me encanta el humor negro, bueno, pues en la excursión, venía acompañado de su señora, un tio cojo, pero cojo ,cojo, tan cojo como que le faltaba una pierna desde los muslos. Bueno, iba con muletas claro está y se desenvolvía bien. Para que no le faltara de nada tambien tenía el labio leporino. Bueno, pues en el teatro, se subió al escenario y se puso a hacer equilibrio para todos los presentes sobre una pata y abriendo los brazos. Yo en mi inconsciente grité, .. y ahora ..cambio de pierna, hale hop.Mas vale que la voz fue mas prudente que el pensamiento. Luego estuvimos viendo unos petroglifos, que como todo los demás que se encuentran por el mundo, su significado es un misterio y dan pie a multitud de interpretaciones. Yo la que mas creo ,es que en este lugar eran los indicativos de paso de los pueblos que comercializaban con los incas y tenian que atravesar estas montañas áridas que comunican con el desierto mas dura que conozco.

El " cojo" tambien quería hacer las fotos ,claro esta, pero ¿ como va a armar la cámara, apuntar y sujetarse ?. Pues muy fácil, su mujer (cielo de mujer ), le sujetaba por la cintura mientras el hacía de paparacci.Mi curiosidad con esta pareja aunque daba para mucho mas, se quedó muda.Luego compartimos mesa, pero sin hacer chistes.

El desierto de Atacama, de verdad impresiona por su aridez y tambien por su extensión. Lo que en el mapa vemos como una manchita en el Norte de Chile, en autobus son mas de dos dias el recorrerlo. Impresionante de verdad. No se como demonios el Diego de Almagro, pudo atravesarlo.

Estuvimos tambien en un oasis que se llama Pica, y que destaca por la cantidad de cítricos que produce y por un pueblo dedicado a la Virgen del Carmen, llamado Tirana, en el que estaban celebrando las fiestas patronales y era gente y gente y gente. Mas de 150 comparsas con su grupo de música, sus danzantes y su virgen, venidos tambien de Perú y Bolivia. Puestos de pollos, como en sanfermines o mas.

De vuelta a Iquique, ver en las paredes versos de Neruda, ( fué elegido representante por esta región). De Pinochet, no se ve nada y eso que aquí reprimió duramente a los dirigentes sindicales y a los disidentes con su regimen, pues antes del "golpe" habia sido comandante en jefe de esta región militar.

Ahora curiosamente quien es recordado con una preciosa plaza, un gran hotel y y una avenida, es el General Prat, que se mantuvo fiel a Allende y fue hecho asesinar por Pinocho ,en Buenos Aires.

La avenida Baquedano, da imagen de lo que tuvo que ser los tiempos álgidos del salitre. Una avenida inmensa, con el suelo de madera, con mansiones señoriales todas de madera, a ambos lados y por donde discurría un tranvia tirado a caballos, con farolas cada pocos metros y desembocando en la Plaza de Prat, donde se ubica el Centro Español.Ahra es un restaurante fino, decorado con azulejitos, espejos, armadauras, don quijotes y sanchopanzas,y arcos árabes. ( Todo mezclado)

La contemplación de todo esto te transporta a otra epoca.

Pero Iquique tambien ha sido para nosotros las parrilladas de mariscos y los paseos por el mar.

Después de tres noches en un hostal de la calle Gorostiaga, nos fuimos para Santiago. En vez de hacer un trayecto de 1600km, decidimos llegar hasta la Serena, 400 km antes de Santiago. Lugar bellísimo donde se produce el famoso pisco.

Mañana 15 de Julio, proseguremos viaje hacia Santiago, con pena de haber dejado el Norte de Chile, y el calor. Ahora nos adentramos nuevamente en el invierno.

Hasta la próxima crónica. Sigan ustedes bien. Daniel

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