Nuestro ultimo día en Udaipur, no ha estado mal. Tomar una cerveza fresca al la orilla del lago, mientras escuchas a Chambao, es un pequeño placer, pero Udaipur, no da mas de si. Aquí es para venir en pareja y saborear cervezas a la luz de las velas contemplando el lago y el Lake Palace.
El hotel estaba bien ( Kumbha Palace), y la joyería de mi amigo también. Lo mejor de Udaipur, ha sido su agradable temperatura, y los paseos por las callejuelas .
Nos vamos en bus a Jodhpur.
Por la mañana tempranito a la estación, un café con galletas saladas y a la "cafetera".
Era un bus con 24 asientos y literas para viajar de noche, supongo que corresponderían a los asientos, no lo sé. Pues bien, como era de día, nosotros teníamos los asientos 17 y 18, pero las literas la usaban gente que no compraban billete en taquilla, y la capacidad de capacidad de dichas literas con indios, casi era ilimitada, por lo menos 7 en cada una.
En el bus, iban cambiando los personajes, a nosotros nadie nos movió y después de 5 horas, llegamos a Jodhpur. La primera parte del recorrido, fue sorprendente pues discurrió entre montañas y con un paisaje totalmente verde. Es en la segunda parte, cuando se vuelve árido y desértico.
Vinimos al Gopal Guest House, que es una casa familiar donde alquilas las habitaciones mientras ellos hacen la vida en el pasillo interior de la casa y duermen o en la terraza o en dicho pasillo.
La habitación estaba bien, con fotos de recuerdos de los tiempos de la dominación inglesa, y algunos juguetes infantiles. El precio fue genial, 2 euros por persona.
Luego todo ha consistido en callejear, sobretodo alrededor de la torre del reloj, que es el centro neurálgico de la ciudad. Aquí había un gran mercado callejero , supercolorido . La mercancía era de lo mas sencillo, pantalones, cuentas de colores, brazaletes de plástico, hasta había dos puestos de hilos y agujas.
También aquí había poliomelíticos , que montaban el "numerito". Uno, estaba tumbado en mitad de la carretera, y giraba sobre si mismo como si fuera una salchich., A cada vuelta, empujaba el plato donde esperaba recaudar dinero. Unos pasos mas adelante, su compinche, un tipo con muletas al que le faltaba una pierna. era el encargado de "parar" el plato hasta que llegaba el otro. Todo esto entre gritos y chillidos. ( No le atropelló ningún coche).
El otro "polio", estaba calle abajo, y tenía las dos piernas vendadas, totalmente abiertas como si hiciera eternamente el "spagat". Avanzaba apoyado en su culo, reforzado con un trozo de neumático. A este casi había que echarle dinero, pues en esa postura, ocupaba toda la calle, como en la canción infantil de " a tapar la calle, que pasa mi.... "
Un mundo cruel el de los poliomelíticos, pero es parte de este mundo que hay en India.
El día 7 de agosto, lo dedicamos en su totalidad a ver el Fuerte. Fantástico , Grandioso.
Yo no soy de ver estos monumentos, pero este es diferente. Pese a que tienes que pagar 300 Rp, unos 5 euros, no decepciona. A la entrada te dan junto con el tikek
un "audio-guía", y puedes seguir a tu ritmo todas las explicaciones sobre cada uno de los rincones del fuerte cuantas veces quieras, basta con darle al numero que marca dicho
rincón. En español, claro está. Aunque también puedes coger en chino o japonés.
Por la tarde pasear, hablar con un tipo que me vendió un cargador de baterías Sony, y a cenar al Kalinga. Es importante, allá donde vayas encontrar un buen restaurante, y este lo era. La cerveza estaba fresquísima, y el chiken tandoori, aunque les costó sacarlo, estaba sabroso.
Hice algunas compras, como camellos (de cuero) para los amigos, al por mayor, sin posibilidad de regateo y a descansar que mañana nuevamente en autobús, vamos para Jaissalmer, donde dicen, hace un calor terrible. Pues ya se sabe: agua, cerveza, y hotel con A/C.
Cuando después de preparar las mochilas, subíamos a la terraza a desayunar, nos hemos juntado con 4 aragoneses que venían de Jaissalmer, y nos han dado la dirección del hotel donde han estado. Uno no llevaba bien el turistear por India, sobretodo por la suciedad. En Jodhpur, el alcantarillado va canalizado por fuera y claro huele, pero es India, no la Plaza del Pilar.
Agur. Daniel
El hotel estaba bien ( Kumbha Palace), y la joyería de mi amigo también. Lo mejor de Udaipur, ha sido su agradable temperatura, y los paseos por las callejuelas .
Nos vamos en bus a Jodhpur.
Por la mañana tempranito a la estación, un café con galletas saladas y a la "cafetera".
Era un bus con 24 asientos y literas para viajar de noche, supongo que corresponderían a los asientos, no lo sé. Pues bien, como era de día, nosotros teníamos los asientos 17 y 18, pero las literas la usaban gente que no compraban billete en taquilla, y la capacidad de capacidad de dichas literas con indios, casi era ilimitada, por lo menos 7 en cada una.
En el bus, iban cambiando los personajes, a nosotros nadie nos movió y después de 5 horas, llegamos a Jodhpur. La primera parte del recorrido, fue sorprendente pues discurrió entre montañas y con un paisaje totalmente verde. Es en la segunda parte, cuando se vuelve árido y desértico.
Vinimos al Gopal Guest House, que es una casa familiar donde alquilas las habitaciones mientras ellos hacen la vida en el pasillo interior de la casa y duermen o en la terraza o en dicho pasillo.
La habitación estaba bien, con fotos de recuerdos de los tiempos de la dominación inglesa, y algunos juguetes infantiles. El precio fue genial, 2 euros por persona.
Luego todo ha consistido en callejear, sobretodo alrededor de la torre del reloj, que es el centro neurálgico de la ciudad. Aquí había un gran mercado callejero , supercolorido . La mercancía era de lo mas sencillo, pantalones, cuentas de colores, brazaletes de plástico, hasta había dos puestos de hilos y agujas.
También aquí había poliomelíticos , que montaban el "numerito". Uno, estaba tumbado en mitad de la carretera, y giraba sobre si mismo como si fuera una salchich., A cada vuelta, empujaba el plato donde esperaba recaudar dinero. Unos pasos mas adelante, su compinche, un tipo con muletas al que le faltaba una pierna. era el encargado de "parar" el plato hasta que llegaba el otro. Todo esto entre gritos y chillidos. ( No le atropelló ningún coche).
El otro "polio", estaba calle abajo, y tenía las dos piernas vendadas, totalmente abiertas como si hiciera eternamente el "spagat". Avanzaba apoyado en su culo, reforzado con un trozo de neumático. A este casi había que echarle dinero, pues en esa postura, ocupaba toda la calle, como en la canción infantil de " a tapar la calle, que pasa mi.... "
Un mundo cruel el de los poliomelíticos, pero es parte de este mundo que hay en India.
El día 7 de agosto, lo dedicamos en su totalidad a ver el Fuerte. Fantástico , Grandioso.
Yo no soy de ver estos monumentos, pero este es diferente. Pese a que tienes que pagar 300 Rp, unos 5 euros, no decepciona. A la entrada te dan junto con el tikek
un "audio-guía", y puedes seguir a tu ritmo todas las explicaciones sobre cada uno de los rincones del fuerte cuantas veces quieras, basta con darle al numero que marca dicho
rincón. En español, claro está. Aunque también puedes coger en chino o japonés.
Por la tarde pasear, hablar con un tipo que me vendió un cargador de baterías Sony, y a cenar al Kalinga. Es importante, allá donde vayas encontrar un buen restaurante, y este lo era. La cerveza estaba fresquísima, y el chiken tandoori, aunque les costó sacarlo, estaba sabroso.
Hice algunas compras, como camellos (de cuero) para los amigos, al por mayor, sin posibilidad de regateo y a descansar que mañana nuevamente en autobús, vamos para Jaissalmer, donde dicen, hace un calor terrible. Pues ya se sabe: agua, cerveza, y hotel con A/C.
Cuando después de preparar las mochilas, subíamos a la terraza a desayunar, nos hemos juntado con 4 aragoneses que venían de Jaissalmer, y nos han dado la dirección del hotel donde han estado. Uno no llevaba bien el turistear por India, sobretodo por la suciedad. En Jodhpur, el alcantarillado va canalizado por fuera y claro huele, pero es India, no la Plaza del Pilar.
Agur. Daniel
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