Colombia 1 from Carlos on Vimeo.
sábado, 1 de diciembre de 2012
jueves, 4 de octubre de 2012
A COLOMBIA PORQUE PUEDO
Los porqués del viaje a Colombia
Crónica
del día 29 de junio de 2012
Quizás no sea una frase de la brillantez de " Yo soy yo y mis" circunstancias", o "ser o no ser", pero es contundente y evita muchas explicaciones. Yo me voy a Colombia, ahora porque puedo. No tenemos mas que mirarnos a nosotros mismos y a nuestro alrededor y ver que nos pasa y por que no podemos viajar, si a esto contamos la crisis...
La siguiente pregunta podría ser:¿ Por que Colombia?.
Bueno, para esto tengo varias respuestas. Estuve en este país en el
1985 y me gustó, pero había un ambiente de tensión entre la guerrilla,
ejército, narcos y demás. Después el país fuera de Cartagena de Indias
no estaba preparado para el turismo, y nosotros tuvimos que buscarnos la
vida y hacernos las rutas.
Este año también viajo con Juan, amigo hasta la médula y con quien no había compartido viaje desde hace bastantes años.
Podría seguir: las colombianas,
la música, el Caribe, Botero, el café, etc... Todo esto ya lo iremos
viendo sobre la marcha. Ahora porque puedo y a Colombia.Saludos y agur. Dani
BOGOTÁ
Por qué no viajas conmigo por Colombia,¿seguro que te va a interesar?
Catorce itinerarios llenos de sorpresas que te harán conocer mejor esa tierra.
El día 30 de junio a eso de las 12 de la noche comencé mi viaje para Colombía. Primero fue el trayecto en bús hasta Madrid, y luego de pasar allí unas cuantas horas, a eso del mediodía embarcaba en Avianca rumbo a Cali.
Catorce itinerarios llenos de sorpresas que te harán conocer mejor esa tierra.
El día 30 de junio a eso de las 12 de la noche comencé mi viaje para Colombía. Primero fue el trayecto en bús hasta Madrid, y luego de pasar allí unas cuantas horas, a eso del mediodía embarcaba en Avianca rumbo a Cali.
El
viaje transcurrió sin incidentes resañables, pero fueron mas de 8.000km
hasta Cali. Allí se bajaron unos cuantos y estuvimos (tanqueando),
llenando el depósito, algo así como una hora y media. Por
fin a las 7 y media de la tarde , hora colombiana, aterrizábamos en El
Dorado. Habían sido 8.500Km, algo más de lo previsto porque en el tramo
de Cali a Bogotá, comunicaron que el Nevado del Ruiz
había comenzado a emitir fumarolas y tuvimos que variar un poco la
ruta.
Ningún
problema en la recogida de equipajes ni en el control policial, pero
cuando salgo por el espacio dedicado a los de "no declarar", un perro de
policía se pone a olisquear y a saltar sobre mi mochila pequeña, la de
mano, la que me habían regalado los alumnos. Yo estaba tranquilo porque
sabía que no llevaba nada. El "poli", me hizo apartarme un poco y al
preguntarme si llevaba algo yo le contesté que no. Pero al mencionarme
si llevaba dinero, le contesté que sí, 200 euros que había cambiado en
pesos en Madrid y 100 dólares. Increíble, los llevaba en una cartera de
tela de esas que se ponen por dentro de la cintura y la había metido en
un bolsillo interior cerrado de la mochilita y... hasta allí llegó el
olfato del perro. Más vale que esta cartera no la llevaba puesta dentro
de la cintura porque si no el
perro me hace una
dreza. Pasé sin mas problemas.
Juan
estaba afuera y en un taxi vinimos al hotel ,Dann Avenida19 ,que había
reservado por Internet. 40 euros por noche para los dos. El taxi se
contrata en una oficina para viajeros en el mismo aeropuerto y luego te
cobra lo que marca el papel. En nuestro caso 22.000 pesos colombianos,
unos 11 euros.
El
hotel esta bastante bien, pero en una zona muy ruidosa, de hecho ahora
hay un desfile por la calle del orgullo gay y está todo a tope.
El
domingo día 1 por la mañana lo hemos dedicado a la cultura. Fuimos al
barrio de La Candelaria para descubrir donde estaba el hóstel Fátima del
que teníamos referencias y lo encontramos, junto a la plazoleta Chorro
de Quevedo. Luego fuimos al museo de Botero y a mi me gustó. Aparte de
123 obras cedidas por Botero
también hay 2 Picasos, 1 Degas, y otras
obras importantes de otros pintores, incluido Miquel Barceló. De aquí
al museo del Oro, que por ser domingo era de acceso gratuito y había
cantidad de gente. También visitamos la casa de fabricación de moneda en
los tiempos del "imperio"Estaba muy bien había sido una casa colonial
muy parecida a la de Potosí, pero sin la grandeza de la boliviana.
Compramos
fruta en la calle y nos dirigimos al hotel para ver la paliza que le
metió España a Italia. Luego hemos estado pensando sobre el lugar hacia
donde dirigirnos mañana y creo que va a ser hacia un pueblo llamada Villavieja, que se encuentra cerca de un desierto y se pueden ver bien
las estrellas.Eso me parece.
Por
lo demás, poco que añadir. Bogotá es mas bien feo aunque el ambiente
por las calles es agradable,
pero... hace frío. Estamos a 2.600m de
altitud y eso se nota. También es muy grande; mas de 8 millones
de habitantes, por todo esto, hoy daremos por finalizada nuestra entrada
en la capital colombiana y mañana al calor del desierto.
Agur. Dani
VALLE DE HUILA
A:Desde Bogotá a Neiva (Huila)
El lunes 2, nos levantamos rápido para cambia dinero y emprender viaje hacia las tierras cálidas. Sorpresa, todo estaba cerrado. Habían trasladado la fiesta de San Pedro a este lunes ( para que luego hablen de nosotros) y estaba todo cerrado. De todas las maneras pudimos sacar dinero en un cajero del Banco de Santander y con un taxi os fuimos a la terminal de buses. La terminal perfecta, separada por regiones y fácil de situarse. Cuando fuimos a comprar billete para ir a Neiva, en una compañía nos pedían 40.000 pesos y entra 26.000. la elección fue clara y nos fuimos con la barata que correspondía al expreso bolivariano, que por cierto tenía muy buen autobús y el viaje fue muy correcto. Es curioso esto, según la época hay unas tarifas u otras, y también varían según las compañías.
Crónica del día 5 de julio de 2012
El lunes 2, nos levantamos rápido para cambia dinero y emprender viaje hacia las tierras cálidas. Sorpresa, todo estaba cerrado. Habían trasladado la fiesta de San Pedro a este lunes ( para que luego hablen de nosotros) y estaba todo cerrado. De todas las maneras pudimos sacar dinero en un cajero del Banco de Santander y con un taxi os fuimos a la terminal de buses. La terminal perfecta, separada por regiones y fácil de situarse. Cuando fuimos a comprar billete para ir a Neiva, en una compañía nos pedían 40.000 pesos y entra 26.000. la elección fue clara y nos fuimos con la barata que correspondía al expreso bolivariano, que por cierto tenía muy buen autobús y el viaje fue muy correcto. Es curioso esto, según la época hay unas tarifas u otras, y también varían según las compañías.
El caso es que
abandonamos la sabana de Bogotá y sus 2,600 metro y al poco de salir,
ya estábamos bajando siguiendo el curso del río Tequendama, hasta los
600m. El famoso salto del Tequendama, fue una decepción, pues apenas si
había agua. La bajada si fue interesante,las tierras son muy fértilesy se
producen gran cantidad de flores,era casi todo el trayecto viveros de
orquídeas entre otros. Como era feriado, en todos los pueblecitos,
estaban llenas las terrazas de los bares y todo el mudo bebiendo cerveza
Poker.En el último tramo del viaje, plantaciones de arroz.
A
eso de las seis y media de la tarde, llegábamos a Neiva la capital del departamento de Huila. Llevábamos la dirección de un hostal con
parqueadero que se encontraba a dos cuadras de la terminal: El Castillo.
Bueno, a los que preguntamos por esta dirección, nos aconsejaron que
no fuéramos que nos iban a atracar por el camino. La realidad es que
estábamos al lado y un poco temerosos y
mirando para todos los lados nos encaminamos y fuimos. No pasó nada.
Después fuimos a cenar al pueblo, en plan chulo: mojarra frita, yo y
chuletón Juan. Regado con unas cervezas y unos tintos (café negro). La
broma nos salió por 40.000 pesos a cada uno, algo así como 20 euros,
tanto como el viaje en bus y el hostal junto. Esto un poco para que os
hagáis idea de como está la vida por aquí.
Al día siguiente
antes de coger la camioneta para irnos a Villavieja, enfrente de nuestro
terrorífico hostal, nos comimos para desayunar los mejores huevos
pericos comidos hasta la fecha.
Ahora nos encontramos en
Villavieja, un pueblito de unos 7.000 habitantes al lado del río
Magdalena y a unos pocos kilómetros del desierto de la Tatacoa, el mas
grande cementerio paleontológico del país.
Yo aquí me encuentro muy bien, solo una pega a las 11 de la mañana estamos a 38 grados, en el desierto aún mas.
Pero,
unas
cervezas en la plaza, una comida corriente "menú ejecutivo", lo llaman
de cachondeo la gente, unos jugos de murucuyá, lulo, o de tomate
de árbol, hace que la vida aquí sea sencilla y agradable.
Al
mediodía llega la canícula que decía García Márquez y por las calles no
quedan ni los perros.Estaremos casi a 40 grados.Solución, tumbarte en la
cama darle al ventilador y ducha, que en nuestra posada, no iba, Estamos
hospedados en Casa Rocío que es la continuación de su ferretería y es
una mujer muy agradable. Tenemos una habitación muy espaciosa, y
tratamos de solucionar el problema del agua de la ducha llamando a su
marido. Vio el tanque del agua y dijo que era problema de la presión y
que además el flotador del tanque estaba dañado. El caso es que fue a la
ferretería, trajo una vara y con tres toques hizo que fluyera el agua.
Desde entonces le llamamos Aaron porque creíamos que este personaje
bíblico fue el que
golpeó con una vara una roca y surgió agua.
Ahora al
atardecer, escribir un rato en la plaza viendo a todos estos vaqueros con
sombreros y lazos, tomar unas cervezas Poker, escuchar música tipo
rancheras aquí, disfrutar de la calle...
La vida es así de
sencilla. Comencé a leer a García Márquez, Vivir para contarla y así me
voy enterando de la vida colombiana de las últimas décadas desde el
punto de vista de Gabo.
Me
las prometía muy felices para pasar el miércoles día 4 entre lectura
y jugos, pero...., a eso de las cuatro de la mañana me levante para ir
albaño¿la edad? o?la próstata?y sentí que me mojaba la cabeza. Pensé
que me habría dejado la ducha abierta, cuando descubrí que el agua caía
del techo y que se iba deslizando por las paredes. Era la del tanque. ¡
Aarón se pasó con la vara!. Rápidamente desperté a Juan y a Aarón y a su
esposa Rocio y entre todos a poner
nuestras pertenencias en alto y sacar el agua a la calle a escobazos a
eso de las cuatro y media. La señora nos dio otra habitación y mientras
Juan tiraba de escoba, yo trasladaba trastos. Me resbalé como
si estuviera en una pista de espuma con el agua que salía a la calle y
pensé:¡ que manera mas tonta de pegarse una torta! ¡ ay, que no me
golpee la cabeza!. Todo esto pasó por mi mente mientras me iba al suelo,
afortunadamente de culo y de cadera.
Pasados todos estos
incidentes, me eché a dormir y..., apareció Juan con una bicicleta un
guía y..., que nos íbamos al desierto, que ahora me traían la
bici.Conclusión, las seis de la mañana pedaleábamos cara al desierto de Tatacoa, con un guía de edad indescifrable que en las cuestas arriba, se
bajaba de la bici y las subía andando. Genial elección la nuestra.
Fueron unos 40 kilómetros dando la vuelta a un desierto parecido a las
Bardenas Reales, donde disfrutamos un montón.
A mí porque me gusta la bici y a Juan porque le va todo lo de los árboles
y el guía..., bueno, a ese lo veiamos en la distancia y le esperábamos
en los altos para que nos indicar por donde teníamos que seguir. La última
parte del viaje fue dura por los kilómetros y el calor pero a las once y
media entrábamos en Villavieja dispuestos a bebernos medio pueblo, como
así hicimos Luego una siesta y a buscar un zapatero porque como todos
los años se me rompió la sandalia. Por 2.000 pesos, un euro, me la
arreglaba y mela llevaba a casa
Mañana será otro día de autobuses para ir hasta La Plata y luego hacia San Andrés de Pisimbala en Tierra Adentro.
Agur Daniel.
SAN ANDRÉS DE PISIMBALÁ EN TIERRADENTRO
B: Desde Neiva - a La Plata – a San Andrés de Pisimbalá (Cauca)
El jueves 5 de julio, con un poco de pena abandonábamos Villavieja. En una camioneta de pasajeros ( 4) vinimos hasta Neiva. Sin salir de la estación agarramos un minubús con dirección a La Plata. No fue posible hacer todo el recorrido, el puente que une las dos orillas del río Magdalena se ha hundido por un desprendimiento y el bus nos lleva mas allá de Hobo, pasado el embalse de Betania hasta uno de los lugares mas estrechos del río. Bajar, cruzar a la otra orilla en canoa y proseguir con otro minibús hasta La Plata. Aquí nos quedamos en la terminal esperando que saliera nuestra camioneta para llevarnos a nuestro destino. Comimos una bandeja pésima y montamos en la parte de atrás de la camioneta para ir hasta La Plata, recoger a mas pasajeros y finalmente proseguir. Aquí en el pueblo vimos una escena curiosa. Una señora que quería trasladar tres gallinas, las había metido en un saco, les había hecho tres agujeros, por donde los animales sacaban la cabeza y lo había colgado de la camioneta. No se si llegaron con bien a su destino y si pudieron con todo el polvo del camino colgadas como iban en el exterior.
Crónica del día 8 de julio
El jueves 5 de julio, con un poco de pena abandonábamos Villavieja. En una camioneta de pasajeros ( 4) vinimos hasta Neiva. Sin salir de la estación agarramos un minubús con dirección a La Plata. No fue posible hacer todo el recorrido, el puente que une las dos orillas del río Magdalena se ha hundido por un desprendimiento y el bus nos lleva mas allá de Hobo, pasado el embalse de Betania hasta uno de los lugares mas estrechos del río. Bajar, cruzar a la otra orilla en canoa y proseguir con otro minibús hasta La Plata. Aquí nos quedamos en la terminal esperando que saliera nuestra camioneta para llevarnos a nuestro destino. Comimos una bandeja pésima y montamos en la parte de atrás de la camioneta para ir hasta La Plata, recoger a mas pasajeros y finalmente proseguir. Aquí en el pueblo vimos una escena curiosa. Una señora que quería trasladar tres gallinas, las había metido en un saco, les había hecho tres agujeros, por donde los animales sacaban la cabeza y lo había colgado de la camioneta. No se si llegaron con bien a su destino y si pudieron con todo el polvo del camino colgadas como iban en el exterior.
La carretera era horrible, polvorienta, sin
asfaltar bordeando el río Paez, unas veces por arriba del precipicio y
otras rozando el río.
Los seis que vamos en el "cajón"de la
furgoneta entablamos conversación, en la que como no surge el tema de
los conquistadores, los espejitos, el oro y todos esos tópicos.
En
un alto en camino paramos para estirar las piernas y tomamos "guarapo",
que es el líquido que sale al prensar la caña de azúcar en el trapiche,
y claro está es dulzón.
Por fin a eso de las 4 de la tarde llegábamos al " paraiso", San Andrés de Pisinbalá. Pueblo de 960 habitantes, situado
a 1.500m de altitud y con una temperatura media de 18 grados centígrados. Con unos paisajes formidables y sin apenas turistas.
Primero
entramos en un hóstel del Estado, "El Refugio". Una maravilla con
piscina, habitaciones con tv de plasma, climatizadas, etc. El precio no
era muy caro, tras un pequeño regateo nos la dejaba en 50.000 pesos
para los dos, osea unos 12 euros cada uno, pero como íbamos a estar aquí
varios días y resulta que en este pueblo no hay bancos ni cajeros, no
nos iba a alcanzar el dinero que teníamos, por lo que nos fuimos al lado
al Rubicart, regentado por un viejito y a 10.000 pesos la habitación.
Estaba muy bien aunque no hubiera ni tele ni piscina.
Desde
aquí hasta el pueblo hay 2 kilómetros que nos los pateamos bien. Como yo
había estado aquí hace 27 años fui a ver los lugares que recordaba. El
campo de fútbol, estaba tal cual, con sus porterías hechas con tubos de
fontanería. Pregunté por la
señora Guillermina, que fue la señora que nos hospedó en el 1985,
y...vivía. Estaba igual, si le pongo un sombrero y se monta en una mula
pensaría que el tiempo no había pasado. No me reconoció por supuesto,
pero se alegró muchísimo que pasados tantos añoso fuera alguien a
llevarle recuerdos.
Al día siguiente nos levantamos pronto para comenzar el recorrido por el parque Tierradentro y ver sus famosas tumbas.
Presentamos
el carnet de docentes y..., muy bien, en el libro de registro donde
pone profesión pusieron docente y nos cobraron la entrada como a lo0s
demás.Nos podía haber salido mas barato si hubiéramos dicho 62 años de
edad, pero..., tampoco es plan, aun tenemos dignidad.Así, sin
calentamiento previo comenzamos la ascensi´on al alto del Aguacate a
2.000m de altitud. en menos de una hora subimos hasta arriba superando
los 500m de desnivel. Cuando llegué recordaba muy bien la canción de
Maná "Vivir
sin aire".En una planicie del alto había un hipogeo(tumba),
policromado con colores rojo y negro y varias figuras que representaban
al sol , la luna, salamandras, etc. Los demás hipogeos estaban
"crudos". Yo la explicación que le dí, fue de que hacían uno muy bien
adornado para el "jefe", y otros por si acaso algunos de los del cortejo
llegaba justito arriba y la palmaba, si no no tenia sentido hacer unos
cuantos juntos.. Después entre cafetales, naranjos y mucho bambú,
comenzamos el descenso hasta el pueblo.
Como llevaba las
uñas de los pies largas, al bajar el monte se me clavaban por la forma
de apoyar el pie. También se me hizo una rozadura, ( las agujetas
vendrían mas tarde). Osea que fue una bajada dura.
Llegar a nuestro hostal y: ducha, corta uñas y a la cama, con unos jugos de naranja.
Por
la noche ya con mas fuerzas subimos a cenar al pueblo, a La Portada, y
allí cayeron una pareja de italianos
encantadores. Llevaban 10 me3ses viajando y desde Alaska habían bajado
hasta México en una caravana que compraron por 3000 euros y que luego
vendieron por 3.5000. Fue una charla agradable que terminó bebiéndonos
una botella de vino de coca entre los tres, pues ella no bebió. Dijo que
tenía un sabor de vinagre de manzana y nos la tuvimos que "trincar"
entre los tres.
El sábado día 7 pensábamos hacer la segunda
parte del recorrido, pero mejor cambiamos de planes. En un bus lleno
hasta el techo de indígenas nos fuimos a la capital Inzá donde había
un mercado indígena.Antes preguntamos en la entrada del parque si la
entrada nos servía para otro día, y nos contestaron que sí. En la
entrada se encontraba un pareja de chicos, uno de ellos alto, con el
pelo recogido en un moño, tatuado piernas y brazos totalmente( lo que se
veía del cuerpo), y con unos pendientes de los que hacen agujero
circular en medio del lóbulo y luego se va
agrandando. El "maorí", le llamé yo. Pues resulta que era de Gerona y
un tipo muy majo.
En Inzá
nada especial, compré música andina que no encontraba el año anterior en
Perú y me quedé contemplando el "bautismo" de una chiquita. Un chamán,
sanador o curandero , le sopló una especie de agua sucia en la nuca,
luego le maeajeó un poco la cabeza y le colocó la pulserita ahora ya
bendecida. Total 5.000pese, una pasada. Estuve por comprarme un collar
para ver que ceremonial hacía conmigo, pero mejor lo dejo para otra
ocasión en que me encuentre desesperado.
De vuelta al pueblo
fuimos a comer a La Portada y..., allí nos juntamos con el "maorí". Se
llama Carlos y es el jefe de cocina restaurante Eskquiro en Baqueira Beret,
propiedad de sus padres Cuando acaba la temporada de esquí viaja por el
mundo y en vez de traer figuras decorativas, se va tatuando el
cuerpo.Ahora iba a ir a Perú, Patagonia, Chile y después a Isla de
Pascua. Luego supongo que a la cocina.Nos dijo que este restaurante es
famoso por el pescado y el marisco. Le faltó decir venir cuando queráis
que os invito a comer.
El domingo 8 de julio es nuestro último
día de estancia en este paraiso de San Andrés. Fuimos a hacer la
segunda parte del recorrido . Subimos a los altos de Segovia para ver
los hipogeos. El camino es mucho mas suave que el primer día, pero en el
sendero se nos cruzó una serpiente coral. No nos dio tiempo a
fotografiarla, pero si a ir con mas cuidado y mirando donde pisábamos.
En
el alto de Segovia hay como unas 30 tumbas. Yo visité 9 porque si veo
una mas, aprovecho el agujero y..., me quedo allí.Además tienen unos escalones para bajar y luego subir desde el nivel tierra hasta la tuba
que casi hacen falta escalas, y los pequeños supongo que tendrán que
utilizar las manos para subir estos escalones. Aquí varios de los
hipogeos eran policromados, y en
otros había vasijas donde dejaban los huesos de los fallecidos después
de que e3l cadáver se había "limpiado".De aquí pasamos a otro alto
(1.700m) denominado El Tablón donde había estatuas en piedra que me
recordaron a las que había visto en Tiahuanaco en el altiplano boliviano.
Seguimos la vuelta y como era domingo, la gente vestida de fiesta y a
misa. Nosotros estuvimos un poco en la iglesia, vimos como el fraile
tocaba la guitarra y..., a echar unas cervezas y comer la sopa nuestra
de cada día. Mientras comíamos entró un colibrí, pero también fue mas
rápido que nuestras cámaras y nos quedamos con las ganas.
Agur. Dani
POPAYÁN
C.-San Andrés de Pisimbalá – Popayán (Cauca)
Crónica del día 11 de julio
A las 6 horas y 10 minutos del 9 de julio, cogíamos el autobús y
dejábamos San Andrés de Pisimbalá. Esta vez sí, con asiento y en primera
línea.
El bus, baja del pueblo y vuelve al cruce de la Plata,
para desde allí encaminarse hacia Inzá para a continuación dirigirse al
paso de la Cordillera Central. En esta primera parte del recorrido, el
bus va lleno; los que vamos a Popayán en asientos y los que van a los
caseríos cercanos, en el pasillo. Todo el mundo sube con su saquito de
maíz, o de verduras o de lo que sea, la consecuencia es que el pasillo y
hasta las escalerillas de la puerta, se convierte todo en una pista de
obstáculos. Pero existe una gran solidaridad entre la gente, al que sale
le van pasando la carga de mano en mano entre los pasajeros de mas
adelante y así cuando llega a la puerta ha
podido pasar los "obstáculos" y llegar de vacío para recoger allí su
saquito. El que sube con un niño y tiene que ir se pié, también recibe
la ayuda de los de los asientos que se hacen cargo del niño hasta el
final del recorrido o hasta que el niño rompe a llorar.A un "cojo", con
pierna ortopédica y que no podía subir, el ayudante del chófer, lo cogió
con las dos manos por las cintura y en volandas le subió los dos
escalones hasta dejarlo en el pasillo. Además todo el mundo lo agradece
con expresiones que nosotros ya hemos perdido.El viaje se convierte así
en parte del propio viaje.
La carretera después de Inza se
torna horrible, todo barro, puro barro deslizante , y así durante unos
cuantos kilómetros. El conductor es un fenómeno, y conduciendo despacio,
consigue que el bus no deslice apenas. Superamos los 3.200m de altitud,
en un término denominado "El Páramo", donde crecen unas plantas estilo
Puyas Raymondis, pero
pequeñas y todas iguales. También aquí se encuentra el restaurante
"Delicias del Páramo", que a 3.300m de altitud, y con el frío que hace,
ya me contarás que delicias puede haber.
Comenzamos a bajar la
Cordillera Central y al poco paramos para desayunar o almorzar, según
cada cual. Por primera vez en 9 días no desayunamos " huevos pericos" y
le damos un descanso al "higadillo". Café arepa, queso y luego un par de
hojaldras, ( como en Panamá), fue nuestro desayuno. También había
trucha dorada frita, que tenía muy buena pinta.
A eso del
mediodía llegábamos a Popayan. Ciudad de unos 250.000 habitantes situada
a1.700m de altitud y que pasa por ser junto con Cartagena de Indias la
ciudad colonial mejor conservada de Colombia.
Agarramos
un taxi y. a "La Casona del Virrey", en pleno centro en el parque de
Caldas. Aquí estuve yo en el 1985, pero la vida no es un "pause" y un
"play", la ubicación era la misma pero el
hotel no es el mismo. Ahora desde el jueves hasta el domingo se
convierte en un centro de convenciones con discoteca, osea parranda
juerga y lo que salga. El jueves es 2 x1, el viernes cantante, el sábado
noche de las mujeres, donde según el recepcionista, vienen casi todo
mujeres muchas maduras y según él muy "buenonas", el domingo
discoteca. Los demás días funciona como hotel pero prácticamente no hay
nadie, de hecho somos los únicos clientes que ocupamos habitación, eso
sí con el compromiso de irnos antes del jueves que las utilizarán para
otros menesteres.De todas las maneras, la habitación es grande,
espaciosa, con un balcón que da al Parque Caldas, que es una delicia.
Después
de llegar, pasear por la ciudad.Al cabo de 4 días de naturaleza
"vegetal ", necesitábamos un "sembrao" de farolas y asfalto.
Popayán es una ciudad preciosa, la ciudad blanca la llaman y tiene un cierto
parecido con Arequipa en Perú.
Hay una vida en la calle increíble. Al haber mucas universidades, hay
mucha población estudiantil con lo que eso conlleva de cafés,
restaurantes, lugares de ocio etc hay multitud de iglesias y
una enorme catedral que se derrumbó con el terremoto de 1983 y que ha
sido reconstruida. Comer, pasear, tomar cafés y cervezas, sentarse en la
plaza o sacar la silla de la habitación y ponernos en el balcón a leer a
García Márquez es lo que ha sido nuestro vida aquí estos días.La noche
del día 9 llegó desde Bogotá la pareja de amigos que esperábamos, Zarra
y Gema. Al día siguiente, pasear, hacer algunas compras y observar a la
gente. Descubrí un restaurante interesante y allí fuimos a comer, pues
en el menú ejecutivo, entraba pollo al curry. El caso es que por dejar
sitio en la terraza a otras seis persona, algunas mayores, nos quedamos
sin comer en la terraza y tuvimos que bajar a planta, pero lo mas
curioso es que cuando pedimos el
pollo al curry, nos dijeron que no quedaba porque los de la terraza se
habían pedido los últimos. Ahora, a pedir otra cosa por educaditos.De
aquí fuimos a tomar café a una sala de billares, como las que existieron
en nuestro país hace tiempo, con el billar ese de carambola a tres
bandas, sin agujeros.
Aquí, como ciudad colonial, en todo el
casco histórico en el que nos encontramos, la arquitectura es igual.
Casas de un solo piso, blancas, y con un precioso patio interior. Las
calles en cuadrículas todo rectas perpendiculares y paralelas, que hacen
que no me aclare en donde estoy.
El mejor escaparte de la
ciudad es sentarte en en un banco del parque y observar, que es lo que
esoy haciendo mientras escribo en el cuaderno estas notas.
Hay
fotógrafos ambulantes, uno con una "llama", y otros con caballitos de
cartón. Pasan mas mujeres que hombres, ( me parece a mí), la mayoría
vestida con un pantaloncito corto muy
ajustado y blusa. Las de clse superior, van con vestidos, largos o
cortos pero con zapatos de tacón de aguja. Muchas mujeres los llevan,
mas que en nuestra tierra.
Intenté fotografiar a unos indios
guaiminos, que viven en comunidades cercanas a Popayán y van vestidos
con unas faldas azul eléctrico, pero no me dejaron. ( De todas formas lo
hice).
Ayer dos niñas se nos acercaron a Juan y a mi,
queriendo vacilarnos pero se fueron enseguida al darse cuenta que
podíamos ser sus abuelos.
Los viejos como en todos los
lugares, sentados en los bancos y conversando por el placer de
conversar. Cuando uno de ellos se va, la riqueza de expresiones del
lenguaje para la despedida es espléndida, no solamente el adiós. El
lenguaje de la gente y su manera educada de hablar me admira. Todos
teníamos que dar una vuelta por aquí para aprender a hablar mejor.
Expresiones como: gracias, a la orden, como le fue, mucho gusto, que le
vaya bien,etc..., son expresiones del argot coloquial, del cual
tendríamos mucho que aprender
Bueno, hoy día 11 de julio, nos
vamos los cuatro para San Agustín, después de haber visto por la tv las
medidas de Rajoy. Sin comentarios, que estamos de vacaciones. Agur.
Daniel
SAN AGUSTÍN, PARQUE ARQUEOLÓGIGO
D.-Desde Popayán – a San Agustín (Huila)
Crónica del día 14 de julio
La mañana amaneció bien, con la medida drástica de Rajoy hacia los
funcionarios, y yo soy uno de ellos. De todas las maneras desayunamos en
la enorme habitación de Gema y Zarra en La Casa del Virrey, fruta que
habíamos comprado el día anterior, y también vimos el encierro en la televisión.
Yo me escabullí y busqué un restaurante de " pericos" y " tinto".
Para
las 10 de la mañana ya estábamos en la terminal y con eso de la
competencia entre las compañías y nosotros que somos un poco
"negociantes", conseguimos un buen precio para el billete del autocar.
El
bus va otra vez por unos paisajes espectaculares, sobre todo cuando
asciende hasta los 3.200m y atraviesa la zona de "páramo". Aquí también
hay esas plantas parecidas a las puyas raimondis , se llaman frailejones
y forman un paisaje
espectacular.
Con nuestra afición a separarnos en los
asientos, yo comparto asiento con Natalí, una chica, bueno ya madura que
vive en Popayan y trabaja de psicóloga para la gente embarcada en
diversos proyectos comunales.
Sabía escuchar y sabía hablar.
Con ella aprendí expresiones colombianas como : gallinacear, o boca de
seda rabo de paja. Estuvimos agusto dándole a la " hebra ", y para
cuando nos dimos cuenta ya habíamos llegado al cruce de San Agustín y
Pitalito.
El bus nos dejó aquí , con el consiguiente
enfado de mis amigos por no meternos hasta el pueblo que estaría a unos 5
Km. La situación se solucionó,; una furgoneta cuyo conductor dijo que
trabajaba para los autobuses, nos llevaba a los cuatro hasta el pueblo.
Natalí siguió en el bus hacia su trabajo, sin apenas tiempo de
despedirnos ni de intercambiar direcciones de correos.
Ya los
cuatro en la camioneta reemprendimos el camino
hacia el pueblo. El chófer iba haciendo de guía y nos iba explicando lo
que veíamos. Total que al final, fuimos a su hotel, aunque eso sí nos
lo dejó a buen precio.
Este pueblo está totalmente preparado
para el turismo, tanto interior como exterior. Pasear, cerveza, cenar,
planes para el próximo día y a la cama. Como teníamos televisión vimos
televisión nostálgica y allí nos apareció Mocedades con Plácido Domigo
cantando Maitetxu Mía.
Al día siguiente, día 12, nos
levantamos a eso de las 8 y fuimos al parque arqueológico, que cómo no,
se encontraba en un alto a 3 km del pueblo. ( fuimos andando). Cuando
subíamos , había 3 niños en bicicleta subiendo como podían y un señor
mayor en moto dándoles consejos. Después arriba del todo había una
esplanada y aquí estaba el "motorista", entrenándoles series y marcándoles ritmo. Era la primera vez que veía yo entrenar a ciclistas
Del parque o
de la zona se cuenta lo siguiente: hace unos 5.000 años, dos culturas primitivas vivían en los valles fluviales
del Magdalena y el Cauca, próximos entre sí pero separados por montes
poco transitables por lo que los ríos se convirtieron en importantísimas
vías de comunicación. Cerca de ambos ríos esta San Agustín, el lugar
donde el comercio, la religión y los hitos funerarios reunían a ambas
civilizaciones.
Las rocas volcánicas lanzadas a gran distancia
por los volcanes cercanos ( hoy apagados), hicieron que los escultores
del lugar, con un entusiasmo "febril", tallaran la roca y esculpieran
mas de 500 figuras que salpicaban las verdes montañas del valle. Ahora
todas reunidas en el Alto de San Agustín algunas en sus lugares de
origen y otras colocadas en un bosque, como estatuas silenciosas,
llamado el bosque de las estatuas.
Muchas de estas figuras son
antropomorfas, otras realistas y otras parecen
monstruos enmascarados. Algunas representan animales sagrados como el
águila, el jaguar y la rana. Una figura mide 7m. La explicación a todo
esto del porqué las hicieron , sentido que tenían, etc. etc..., la dan
como en todo los lados. Una receta que vale para las cuevas de Altamira y
para Machu Pichu : CARACTER MAGICO-RELIGIOSO.
Lo
mas interesante ha sido "La fuente de Lavapatas" , un pequeño
laberinto de canales y figuras tallados en el lecho rocoso del río.
Desde aquí hemos subido hasta el "Alto de Lavapatas", para ver mas
estatuas y regreso. En total 4 horas al sol, que con la portección que
nos solemos dar ( ninguna), ha hecho que todos nos quememos en distinta
medida.
Ya en la carretera hemos visto una larga culebra
verde, muerta, era una sabanera, pariente de la que nos salió en el
desierto de la Tatacona y que
cuando le preguntamos al guía a ver si era peligrosa , me contestó que
si le pasaba la bici por encima la mataba. Vaya que el peligroso era yo,
no ella
Después de semejante "esfuerzo", nos hemos pegado la
"bilbainada" y en un restaurante de carne y pescado, nos hemos puesto
"morados".
En casa hacemos planes para el día siguiente. Juan
se quiere volver al Páramo a contemplar los "Frailejones". Zarra y Gema
dar una vuelta por todo el parque en jeep, y yo quedarme en el pueblo e
ir a Pitalito.Si todo sale bien nos reuniremos con Juan el 14 por la
noche en un pueblo llamado Salento en plena zona cafetera. Por internet
reservamos hostal
Nuestro último día en San Agustín hicimos
como habíamos previsto. Juan se levantó a las 5 de la madrugada y se fue
en bus para el "Páramo". Los tres que quedamos después de un abundante
desayuno con : ensalada de frutas, café, jugo de papaya, queso arepas
pan, pericos y mermelada,
emprendimos el plan pactado el día anterior.
El camino hasta
Pitalito, muy chulo. Todas las laderas suaves de las montañas están
llenas de sembrados o plantaciones de café y banano, compartiendo suelo y
espacio. La zona llana la dejan para viveros de plantas.
En
Pitalito, apelé a la casualidad para ver si veía a Natalí, pues quería
hacerle alguna foto para ponerla en el blog, y que me diera su correo
electrónico. Pero la casualidad solo funciona cuando te juntas
casualmente con alguien que no habías visto hace tiempo y Ay, que
casualidad, tú por aquí, etc etc etc. Pero cuando quieres que se de un
encuentro "casual", con quien quieres, no se da. Yo me prometí a mi
mismo estar una hora sentado en un banco en la plaza, para ver si
aparecía "casualmente" Natalí, pero la casualidad siguió sus normas y no
apareció. Yo cogí una furgoneta a la 1 y media y para las 2 y media ya
estaba de vuelta a casa. Bueno, a casa no, aún me
dio tiempo de comer el menú ejecutivo en el restaurante El Fogón. Luego, siesta y a
escribir esta crónica. Son las 6 y diez de la tarde y Gema y Zarra aún
no han vuelto del paseo en Jeep. Espero que aparezcan pues a las 7
y media salimos en un viaje de 10 hora para Armenia.
Bueno, que tengan ustedes buenos encuentros casuales. Agur. Daniel.
SALENTO EN EL QUINDÍO
E: San Agustín – Salento (Quindío)
Crónica del 18 de julio
Cuando
estuvimos en San Andrés, la pareja italiana, nos habló muy bien de
Salento, y hacia aquí que nos hemos venido.Salimos de San Agustín el 13
por la noche y pasando por Neiva, llegamos a las 6 de la mañana a Ibague
. Desde aquí, hasta Armenia (pueblo que debe su nombre a su homónimo de
Turquía), hay pocos kilómetros, pero un puerto que te mueres.Curvas,
pendientes, tráfico pesado ,estrechez del camino que obliga a los
camiones a invadir por fuerza el otro carril, y además volvimos a pasar
los 3.200m en la Cordillera Central. Por ahora siempre que cogemos un
bus, estamos en un sube y baja que no veas.
De
Armenia, capital del Quindío, hasta Salento en otra buseta. El pueblo
es una maravilla. Creo que es el segundo mas antiguo de Colombia y lo
han conservado fantásticamente bien.
Habíamos
concertado un hostel por internet, La Serrana; pero cuando fuimos a
verlo comprobamos que se encontraba alejada del pueblo, por lo que
anulamos la reserva. El problema era Juan, que no había venido con
nosotros y no sabíamos por donde andaba. Suponíamos que aparecería por
La Serrana y le dejábamos mensajes comunicándole nuestro nuevo
alojamiento; será en el pueblo y..., cuando volvíamos en el jeep, por la
carretera, Juan venía caminando por la misma.¡ Arriba Juan! y le
comentamos todo.
Aquí
hay mucho turismo interior, y como es fin de semana, saben que se les
van a llenar todos los hospedajes, y no es posible regatear el precio.
Hay una calle. Calle Real, que es la arteria principal del pueblo.
Todas las tiendas de artesanías y restaurantes están aquí, pero también
encuentras lo auténtico. En el café-billar, hay una cuadrillo de cuatro
ya mayorcitos, con sombrero y ponchito que llevan más de 20 botellas de
cerveza sobre la mesa. Uno se duerme, y el de bigotito es clavado a
Cantinflas. Aquí vendremos todos los días. Para cenar, lo típico de la región, trucha al ajillo con patacón gigante.
Al
día siguiente 15, nos levantamos pronto para ir a ver el Valle de
Cocora. En una camioneta recorrimos los 11 Km que hay hasta la entrada
del valle, atravesando por un puente el río Quindío que da nombre al
departamento.
Comenzamos
a andar siguiendo el cauce del río y hubo momentos de pasos complicados
por resbaladizos. Era no mas que una senda que discurría paralela al
río. Zarra, Gema y yo, decidimos volver sobre nuestros pasos y seguir
una senda mas grande que habíamos dejado antes. Juan decidió seguir,
hasta que lograra ver la niebla.
La
senda grande, acababa en una finca con una valla y un cartel que
advertía del peligro de pasar púes había toros bravos entre las
palmeras. Creiamos que no era verdad del todo, y ademas somos navarros
y..., a la noche Juan se había informado y dijo que eran miuras,
introducidos en su tiempo por los jesuitas para que los indios no se
acercaran a las fincas sin permiso. No se si es del todo cierto, pero "la
cosa" queda bien. De todas las maneras los vimos de lejos entre
palmeras, porque aquí crece ( nunca mejor dicho) el árbol representativo
de Colombia, La Palma de Cera, que es un tipo de palmera que llega a
alcanzar hasta los 50 metros de altura.
Sacando
fotos a estos árboles y a algún pájaro picatroncos que encontramos,
recorrimos los 12 km de vuelta andando.Al principio eran unos 8 km de
cuesta abajo (para nosotros), pero para los pobres ciclistas que iban
hasta la entrada al valle era peor que el Tourmalet. Luego venían 2 km
de llano y al final otra vez 2 km de subida. Bueno, el caso es que unos
chavales que habían hecho la bajada, cuando llegron al pie de la subida,
se pararon. Allí les esperaba un coche que con un sistema, que no pude
ver bien, enganchó los manillares con cuerdas a la vaca del coche y...,
subieron haciendo trampa, remolcados.
Era
el día del Carmen y había Cabalgata. Desde el Valle del Cocora,
caballistas, hombres y njers recorrían los 11 km a caballo,
transportando la virgen. Unos iban muy dignos, pero otros dándole al
aguardiente. En la plaza del pueblo les esperaba el cura, que hizo una
misa en honor de la virgen..Luego los del aguardiente, se dejaron notar
por el pueblo, pues los caballos iban hacia adelante , hacia atrás, se
subían a las aceras, y nos reíamos de ellos , dentro de la precaución
que tuvimos que tomar para no ser o coceados o arrollados por estos
caballos mas listos que sus jinetes. La fiesta terminó, con los fuegos
artificiales y los cohetes que los lanzaba un "Avelino" de Salento
prendiéndoles la mecha con un cigarro mientras sostenía los susodichos
cohetes con el índice y el pulgar.
Nosotros
nos retiramos al bar Quindío a tomar unas cerveza y ver la final de la
liga colombian ganado por 1 a 0 por el Santa Fe de Bogotá frente al
Pasto de Nariño.
Al
día siguiente, día 16, nos despierta la "alborada", una especie de
diana nuestra que comienza como no con cohetes.Con este despertar, para
las 7 ya estábamos camino de "El Parque del Café", situado a unos
cuantos kilómetros en la población de Montenegro. Íbamos con temor. pues
resultaba ser un parque temático y para eso ya tenemos Senda Viva.. El
recorrido desde Armenia hasta la entrada al parque, fue muy bonito, con
grandes plantaciones de banano, con su saco azul de plástico en cada
racimo, a ambos lados del recorrido.Luego, "el parque", no nos
decepcionó, pues las atracciones eran pocas y estaban en la parte final
del parque. Había un recorrido precioso por un bosque de bambú, y luego
la senda seguía por los cafetales ( café arábigo en su mayoría),
intercalados por áreas de descanso, donde unas guías nos fueron
explicando los diversos procesos para la elaboración del café. Aprendí
que Colombia lo exporta en "verde " y aquí se realiza " el tueste" y se
le ponen las marcas al café.A eso de las dos de la tarde volvíamos a
nuestro "refugio" de Salento y..., todavía había mucha gente. Por la
tarde mientras paseaba por la calle principal haciendo algunas compras,
me sorprende un gran estruendo. Hoy tocaba pasear a la virgen del Carmen,
a los automovilistas y abría el cortejo, el cura en un cuatro por
cuatro, mas sonriente que el patín. Motos, mas motos y luego coches,
incluidos bomberos y ambulancias. Cerraba la comitiva el cohetero que
nos deleitaba con sus habilidades de índice pulgar, llenando el cielo de
ruido y color.
Ya
estamos casi en el ecuador del viaje y mañana partimos hacia la segunda
ciudad mas grande de Colombia, Medellín, patria de Escobar. Seguiremos
las crónicas desde allí. Agur. Daniel
Suscribirse a:
Entradas (Atom)