Siguiendo el consejo de mi amigo Javier Ilundaín , no va a ser esta la ultima crónica, porque no vale eso de decir ..., y cogí el avión y me fui para casa. Según él, el viaje hay que cerrarlo. lo acabaré desde Pamplona, con algunas "perlas", que tengo anotadas.
El día 10 de Agosto, era mi último día en Jaisalmer. Estuve más de dos horas en internet. Ya recordareis la crónica tan larga sobre esta ciudad. Llamé y hablé con Julián , un amigo salmantino que se casa. Después, volví a la rutina. Me fui a mi bar del dia anterior. Subí a la terraza y ya sin decir nada me trajeron mi cerveza fresca y el sastre me saludó y..., siguió cosiendo.
El niño que el día anterior me había cosido la bolsa, esta vez me cosió la sandalia. Es sordomudo y nos aclaramos a la perfección. Una maravilla, como con una aguja gorda y un hilo andaba buscándose la vida .El petacho que me cosió será su signo.
Jaisalmer, como ya os he comentado, es un pueblo precioso, pero hay dos cosas difíciles de soportar, el calor ( ya sabeís, agua, cerveza y A/C ), y las motos por las callejas.
A eso de las tres fuimos a descansar al hotel y nos dejaron una habitación gratis para tumbarnos o ducharnos. Después paradojas del destino, los dueños del hotel se ofrecieron y nos llevaron a Luís y a mi a la estación de tren , en... moto. Por segunda vez en este viaje iba de "paquete" en una moto .Antes de abandonar el desierto del Thar, y volver a la Gran Ciudad, cogí una piedrita del desierto, para llevársela a mi amigo JJ.
En la estación, esta vez, sin perdida de ningún tipo; ¡ no había mas que un tren, el que iba a Delhi !, y nuestros nombres ya estaban expuestos en una hoja pegada en el vagón. Segunda con Aire Acondicionado.
Una pareja de Sevilla y un indio, completaban nuestro compartimento.
Salimos a la hora exacta, a las 5 y cuarto de la tarde, y al principio, contemplábamos el paisaje desde nuestras ventanillas, con los cristales ahumados.
Por increíble que parezca, se ven bastantes gacelas, libres, corriendo por este desierto.
En la primera parada que hizo el tren, gente, y gente corriendo para subirse. Debía de haber una peregrinación, no se a que lugar de la zona. Unos cuantos se subieron arriba de los vagones, y ya puestos a estar arriba, caminaron por el techo hacia los vagones de primera, para luego poder contarlo.
El viaje fue monótono. Bueno, casi; el indio que compartía nuestro vagón, debió de pensar que la locomotora era silenciosa y que había que hacer el ruido de la máquina. Hasta las 5 de la mañana roncando.
A eso de las 12 del mediodía entrábamos en la estación de Old Delhi. Algo alejada del hotel.. Regateo y en un tuc-tuc, al hotel
La tarde transcurría monótonamente aburrida, cuando tuvimos un incidente por culpa de la mesa de un bar, con un indio. Yo le dije a Luís que con esa bronca nos íbamos. El indio respondió:! Que bronca, yo hablo así.! Hablaba perfectamente el castellano, y los tres compartimos mesa. Al final el nos invitó a la cerveza. Osea que cuidado con lo que se habla, que como decía mi madre: para que de una cosa no se enteren, no la hagas.
Luego fuimos al Metro, que es el orgullo de los indios de Delhi.y..., estaba estropeado por problemas técnicos. Por primera vez tuvimos que coger un ricsaw bicicleta. Luís, aunque habíamos acordado el pago en 30 rupias con el bicicletero, le dio 10 más.
Estos momentos son un poco tensos, pues durante el viaje no nos ha pasado nada y esperas que acabe así. Además el día 15, es el día de la independencia de la India. Nuestro barrio, esta totalmente engalanado y aun nos ha dado tiempo a ver el desfile de las carrozas y los "dioses".
En la tele están recordando lo del Hotel Taj Mahal de Bombay, y hay como un poco de temor estos días, a que haya algún atentado. Además en este barrio, fue donde los terroristas pusieron un coche bomba ocasionando bastantes muertos.
Bueno finalizo esta crónica apresuradamente porque van a cerrar Internet, y yo voy a prepararme para ir al aeropuerto. Agur. Namaste. Daniel
El día 10 de Agosto, era mi último día en Jaisalmer. Estuve más de dos horas en internet. Ya recordareis la crónica tan larga sobre esta ciudad. Llamé y hablé con Julián , un amigo salmantino que se casa. Después, volví a la rutina. Me fui a mi bar del dia anterior. Subí a la terraza y ya sin decir nada me trajeron mi cerveza fresca y el sastre me saludó y..., siguió cosiendo.
El niño que el día anterior me había cosido la bolsa, esta vez me cosió la sandalia. Es sordomudo y nos aclaramos a la perfección. Una maravilla, como con una aguja gorda y un hilo andaba buscándose la vida .El petacho que me cosió será su signo.
Jaisalmer, como ya os he comentado, es un pueblo precioso, pero hay dos cosas difíciles de soportar, el calor ( ya sabeís, agua, cerveza y A/C ), y las motos por las callejas.
A eso de las tres fuimos a descansar al hotel y nos dejaron una habitación gratis para tumbarnos o ducharnos. Después paradojas del destino, los dueños del hotel se ofrecieron y nos llevaron a Luís y a mi a la estación de tren , en... moto. Por segunda vez en este viaje iba de "paquete" en una moto .Antes de abandonar el desierto del Thar, y volver a la Gran Ciudad, cogí una piedrita del desierto, para llevársela a mi amigo JJ.
En la estación, esta vez, sin perdida de ningún tipo; ¡ no había mas que un tren, el que iba a Delhi !, y nuestros nombres ya estaban expuestos en una hoja pegada en el vagón. Segunda con Aire Acondicionado.
Una pareja de Sevilla y un indio, completaban nuestro compartimento.
Salimos a la hora exacta, a las 5 y cuarto de la tarde, y al principio, contemplábamos el paisaje desde nuestras ventanillas, con los cristales ahumados.
Por increíble que parezca, se ven bastantes gacelas, libres, corriendo por este desierto.
En la primera parada que hizo el tren, gente, y gente corriendo para subirse. Debía de haber una peregrinación, no se a que lugar de la zona. Unos cuantos se subieron arriba de los vagones, y ya puestos a estar arriba, caminaron por el techo hacia los vagones de primera, para luego poder contarlo.
El viaje fue monótono. Bueno, casi; el indio que compartía nuestro vagón, debió de pensar que la locomotora era silenciosa y que había que hacer el ruido de la máquina. Hasta las 5 de la mañana roncando.
A eso de las 12 del mediodía entrábamos en la estación de Old Delhi. Algo alejada del hotel.. Regateo y en un tuc-tuc, al hotel
La tarde transcurría monótonamente aburrida, cuando tuvimos un incidente por culpa de la mesa de un bar, con un indio. Yo le dije a Luís que con esa bronca nos íbamos. El indio respondió:! Que bronca, yo hablo así.! Hablaba perfectamente el castellano, y los tres compartimos mesa. Al final el nos invitó a la cerveza. Osea que cuidado con lo que se habla, que como decía mi madre: para que de una cosa no se enteren, no la hagas.
Luego fuimos al Metro, que es el orgullo de los indios de Delhi.y..., estaba estropeado por problemas técnicos. Por primera vez tuvimos que coger un ricsaw bicicleta. Luís, aunque habíamos acordado el pago en 30 rupias con el bicicletero, le dio 10 más.
Estos momentos son un poco tensos, pues durante el viaje no nos ha pasado nada y esperas que acabe así. Además el día 15, es el día de la independencia de la India. Nuestro barrio, esta totalmente engalanado y aun nos ha dado tiempo a ver el desfile de las carrozas y los "dioses".
En la tele están recordando lo del Hotel Taj Mahal de Bombay, y hay como un poco de temor estos días, a que haya algún atentado. Además en este barrio, fue donde los terroristas pusieron un coche bomba ocasionando bastantes muertos.
Bueno finalizo esta crónica apresuradamente porque van a cerrar Internet, y yo voy a prepararme para ir al aeropuerto. Agur. Namaste. Daniel
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