BOGOTÁ
Crónica 27 de enero de 2023
Hoy he abandonado la capital de Colombia. No hay mucho que contar. Aunque es enorme, unos 10 millones de habitantes, me he movido siempre por los mismos sitios.
Durante el día se ve una ciudad segura, pero a partir de las seis hay un clima de inseguridad.
He
andado por la carrera 7 que desemboca en la Plaza Bolívar y es
peatonal. Por increíble que parezca recordaba todos estos lugares de
cuando estuve en el 82. La carrera 7 está llena de mercadillos, por
llamar de alguna manera a los puestos que hay. Hay uno que tiene
sobre la mesita un muñeco viejo de esos que de regalaban por reyes,
de plástico y que había que enroscar la cabeza con el cuerpo, unos
peines, alguna revista deshojada anterior al Hola ,5 cosas más así.
El vendedor con una voz como de pega decía; nosotros no vendemos
cosas viejas, vendemos MELANCOLÍA. Así transcurría el día. No fui
capaz ni de ir al barrio de la Candelaria
Yo estaba en la calle 10, y como ya os conté en una especie de tienda pequeña había un televisor en el que estaban echando el Osasuna-Sevilla. No me lo podía creer, pedí permiso para poder verlo y me pusieron silla y mesa. Me tomé una cerveza, claro. Muy amable el personal. Ahora, mi grito de gol cuando el 3 a 1, lo oyó hasta la estatua de Bolívar, 10 cuadras más allá
Hoy dejé mi confortable hotel y me vine a los Llanos a Villavicencio. Más de una hora para salir el bus de la capital. Luego tanques o atascos por cualquier lado. Pero llegué, y ahora me voy a comer unos filetes de res que no se los salta un gitano. De entrante, ceviche. Cuando se me acabe la pasta os pediré o os quedaréis sin crónicas, que aún estarías más pobres. Bueno, que se enfría la carne. Agur. Mañana más. Daniel
VILLAVICENCIO
Crónica 29 de enero de 2023
Desde el jueves me encuentro anclado en este pueblo "vaquero", de unos 550.000 habitantes, cerca del río Meta. Abandonar Bogotá fue una liberación. Una ciudad enorme de más de 1o millones de habitantes. Salir de la ciudad nos costó más de una hora. Yo iba en el asiento número 2, justo detrás del chófer, teniendo toda la vista de frente para mí. A mi derecha iba una madre joven con un niño de unos 3 años en las rodillas y una niña de poco más de un año en brazos. Ya me imaginé que no iba a necesitar la radio para escuchar música. Increíble, la niñita carne no tenía, pero pulmones descomunales. Llorando desde Bogotá hasta Villavicencio donde me bajé, ella proseguía.
En esta ciudad me sentí cómodo. Primero fui al hotel San Jorge que estaba en el centro centro pero.., la habitación no tenía armario. Me recordó a los primeros días en el cuartel de Carabanchel, cuando hice la mili, que al principio tampoco tenía taquilla y toda la ropa estaba en el petate. Aquí toda la ropa y demás en la mochila. Estuve una noche, al día siguiente me vine al Gran Reserva. Tras una ardua negociación me lo dejó en 60.000 pesos la noche, pero sin factura ni nada. Unos 5000 pesos es un euro... La habitación un lujo, aire acondicionado, tv con los canales internacionales y...armario.
Como estoy tan cómodo he pasado mucho tiempo aquí, leyendo y viendo la tv. Mañana domingo sin moverme de la cama veré a Osasuna.
El pueblo me resultaba muy cómodo y cuando bajaba la temperatura, a eso de las 5 ó 6 de la tarde salía a pasear. Al mediodía también salía a ver la catedral de la Virgen del Carmen y a comer a un cuchitril que se llama Astoria, aunque vulgarmente conocido como " las mamonas", unas viejitos que por 8.000 pesos te daban sopa, pata de res y limonada. Al cambio casi 2 euros. Para cebar iba a la calle principal y unas brochetas de pollo o de carne, acompañadas de cerveza y café solía ser mi cena.
Hoy sábado, (por ayer), cuando cenaba en mi taburete vino una pareja como de película. Ella negra escultural con pantalón cortísimo, botas altas, pelo largo rizado y gorra. Él apuesto, alto, con coleta y blanco ligeramente chocolatero. El caso es que ella se sentó y pidió una brocheta de chorizo. Él mientras tanto se quedaba observándolo cómo comía desde la distancia, que cada vez se fue haciendo más larga hasta que desapareció. La otra acabó la brocheta y fue a su busca (no tenía plata para pagar ) y...desaparecieron los dos. Eso mi amigo Roberto Centrno le llama, hacer un simpa.
Ahora me como el tarro pensando gracias dónde iré y cómo. Creo que iré a la Nacarena a ver el caño de colores. Está un tanto lejos pero ya veré, lo más probable es que caiga. Mañana domingo me quedo en "mi" hotel para ver Osasuna y coger fuerzas para el largo viaje del lunes. Bueno por hoy vale. Agur. Daniel
VILLAVICENCIO -VILLA DE LEYVA.
Crónica 30 de enero de 2023
Todo al revés de lo que pensaba. Pensaba ir a La Macarena y poder ver el caño Colores, pero cuando he ido a la agencia de viajes pro- turismo he cambiado de opinión. A esta agencia he venido para ver si podía adelantar mi viaje de vuelta desde Quito. Ellos no podían hacer nada pero me han dado el teléfono de Iberia (ya no hay oficinas físicas) en Bogotá y he hablado con ellos. Podría hacerlo, pero me cobrarían 150 euros por la penalización o como queráis llamarlo más otros 350 euros por el precio diferencial de lo que en realidad vale un billete y lo que me costó a mí. Total 500 euros, por lo que prosigo el viaje.
Hoy
he abandonado Villavicencio después de 4 días de estadía. No
llegué a contactar con gente y me sentí un poco solo, por lo que
decido irme a sitios conocidos.
Villavicencio esta muy bien, con 475000 habitantes. Buen clima en general, aunque el sol pega estos días, y bastante buena comida. Yo recordaba un Villavicencio romántico cuando muchos vaqueros iban a caballo con su sombrero nachete y soga. Ahora ya no se ven.
El hotel donde estuve se llama Gran Reserva y se estaba bien. Me apoltroné demasiado con la tele. No hice demasiadas cosas, solo estar en un ciudad que inspiraba tranquilidad y que podías salir tranquilamente a las 7 de la tarde. Aquí para las 6 cierran todo y por lo menos en Bogotá la gente desaparecía.
Yo, por la mañana desayunaba en el hotel y después a comer comida casera a las "mamonas". El primer día sopa y pata de res . El segundo sopa y pata de res. Si sigo yendo más días me como la res entera.
Bueno, que hoy he hecho 5 horas has Bogotá. Bueno 5 horas hasta la terminal porque desde que entras en Bogotá hasta la terminal hay una hora. La gente, para nuestra mentalidad, es la pera viajando. Cada viajero lleva por lo menos dos bultos enormes más el que suben de ato. Normalmente siempre hay una familia o dos que va con niños y ya se sabe que vas a tener un viaje con chillidos hasta...que los " monstruitos", se duermen agotados.
Hoy no podía ser de otra manera. Ahora he abordado el último bus que parte para Villa de Leyva, serán otras 4 horas. Llegaremos sobre las 8 de la tarde , que aquí ya es de noche. Bueno ya salimos. Ya os comentaré desde Villa de Leyva. Agur. Daniel
VILLA DE LEYVA
CRÓNICA : 1 de febrero de 2023
Estoy en el hotel Duruelo visitándolo por fuera y lo que puedo por dentro. ¡Qué vergüenza!
Me gustaría ser rico por un año y poder hospedarme en estos sitios. Sigo en Villa de Leyva, una ciudad que me encanta. Tiene unos 24000 habitantes y entre hoteles casas de hospedaje y demás 340 alojamientos. En navidades se completan tofis y en fines de semana bastantes uu y es que es un villa superagradable.
Las casas son todas de un solo piso tanto las del pueblo como las de las barrios y alrededores.
Hoy he estado haciendo unas pequeñas volarás y el tendero me ha propuesto, es un decir, que compre un casa en Billa de Leyva, aunque es el doble de cara que en Tunja que es la capital. Una sencilla 200000 dólares. Lo pensaré.
Los días transcurren entre lectura, paseos, cervezas en la Plaza Mayor, volutas en un restaurante argentino: el menú son 3 euros y 1 la cerveza. Por la noche unas empanada y, bueno, debajo de mi hostal San Javier 2 tengo una cafetería pastelería exquisita. Hoy tazón de café negro, huevos pericos (son huevos revueltos con tomate) y un jarra grande de jugo natural de maracuyá 15000 pesos Bolivianos. Algo más de 3 euros.
Ahora he venido a pasear por los alrededores que también son fascinantes, hasta llegar a este hotel DURUELO. Siempre que entro en un sitio de estos voy al water porque duelen ser casi museo. Dejo una carta y salí aliviado y contento. Hoy no será diferente. Por la tarde he quedado con María Patricia, una señora que conocí en el bus de Bogotá a Villa de Leyva y que es otorrino. Eso me dijo. Le diré que me ausculte la garganta y ... saldremos de dudas.
Por ahora sigo por aquí. Quizás mañana o pasado me vaya. Depende de la auscultación. Agur. Daniel
VILLA DE LEYVA
CRÓNICA: 4 de febrero de 2023
De Villavicencio, me vine a Leyva, donde he permanecido 5 días. Siempre digo que para conocer un lugar hay que pernoctar por lo menos tres noches. Me las prometía muy felices cuando en el bus que me trajo conocí a una señora que era otorrino (por lo menos eso me dijo) , y quedamos a las 4 en la grandiosa plaza. No apareció. Algo que en Sudamérica no me sorprende del todo, pues ya me ha ocurrido en otras ocasiones.
Mi vida aquí ha transcurrido plácidamente: lectura (estoy acabando Paraíso en la otra esquina del peruano de la pichula), ver partidos de la liga española por tv y...pasear
Uno de esos días di la vuelta a la Villa andando en pantalón corto y todavía tengo restos rojos de los picotazos en las piernas. Al día siguiente lo hice andando, pero con pantalón largo. Se está muy bien en este pueblo de 17.000 habitantes y 324 hospedajes entre hoteles, hostales, y casas. Y es que se está muy bien en la Plaza Mayor cuadrada de 120 m de lado, observando las diferentes tonalidades que va adoptando la plaza y los edificios coloniales que la circundan. Todos los edificios don de un solo piso y los de los alrededores también. Aquí conocí a Patrick, un francés de Marsella que trabaja en el puerto marsellés maneando una grúa. Hicimos buenas migas y el jueves nos fuimos en bus local a Raquira, un pueblo precioso en el que toda actividad está dedicada a la alfarería, al turismo y a la venta de ponchos y jersey de lana. Preguntamos por el clima y nos dijeron que al anochecer refrescaba bastante pues estamos a más de 2000m de altitud. Quedé con Patrick a la tarde pero... no apareció. Me mandó un wasap diciendo que había conocido a una chica en la plaza y que me había desplazado, quedando con ella.
Cerca de la plaza hay una tienda con unas estatuas o figuras hechas de aluminio que me fascinan. El precio son unos 170 euros una de ellos, pero... ¿cómo las traigo? Si aún me quedan 48 días de viaje y voy con mochila. No las mandan al extranjero, así que me quedé con pena. La última noche de viernes a sábado, la hostelera me hizo cancelar la deuda y aunque habíamos quedado a 40000 pesos la noche, sin yo decirle nada, la del viernes me la cobró a 60.000, y es que los fines de semana todo esto se llena. No hubo nada más especial, cafés, cervezas menús paseos y lectura. Lo que no hago en Pamplona, lo hago aquí. Os digo, que si venís a Colombia y queréis relax y tranquilidad aparte del café en Plaza Mayor de la Ana Botella, os vengas aquí. Hoy sábado he cogido el bus y he venido a Tunja, que es la capital. Ya llevo unas horas en la plaza visitado la catedral donde casualmente se oficiaba un entierro (son igual que allá). El discurso es el mismo, y el echar agua con el icono sobre la caja, parecido.
He venido aquí, sobre todo, porque me indicó el amigo Javier Ema que un día o dos estaba bien para ver la cantidad de iglesias y degustar un café en esta gran plaza Bolívar, ( todas las ciudades y pueblos tienen una plaza Bolívar) y para comprar el boleto y salir de aquí cara a Riohacha, en el Caribe colombiano, cerquita de Venezuela, común frontera de la Guajira. Ya lo he hecho y mañana domingo a las tres de la tarde salgo. Son solamente unas 20 horas. Ya os contaré venturas y desventuras del viaje, si los hay. Ahora son las 3 y media de la tarde y a la sombra refresca mucho. Me voy al hotel El Cid, recomendado por Javier Ena. Nos vemos. Agur. Daniel.
RIOHACHA
Crónica: 10 de febrero de 2023
Llevo 4 días en este municipio, capital de la Guajira, y de 177.000 habitantes. Según las guías no tiene nada interesante que ver. Eso es lo que ne gusta a mí, que no haya ni medio millón de iglesias, ni museos, ni historias. Tiene una temperatura media de 25 grados, ahora estamos a 27, un paseo marítimo, una gran playa, un muelle para pasear y decenas de puestecitos de artesanía Wayúu, en el paseo. Este lunes me junté con tres trabajadores de Acciona, uno de ellos de la Rioja, otro de Tafalla y el tercero no sé de dónde. Habían venido para montar una torre y tenían contrato para un año. Estaban felices aquí, y me decían: ...esta temperatura, increíble y en Pamplona helados de frío.
Tiene más cosas, unos alrededores muy bonitos, como Mayapo, a donde iré mañana. Hoy he estado en Palomino, visita casi obligada para los que vienen a la Guajira. Ahí me ha parecido que no había ni pueblo. Una calle de tierra , perpendicular a la carretera general te conduce a la playa. Esta calle está llena, pero llena, de chiringuitos y restaurantes. Toda o casi toda la gente que vive o turistea por aquí van tatuados. Yo soy la excepción. Hoy, en la playa, casi contemplo una muerte en directo. Una chica se ha metido al mar y, desde la playa, todo el mundo gritando que se acercará a la orilla. La corriente es muy fuerte y no podía volver. Algún valiente se ha tirado a por ella. El policía decía que con la pistola, las esposas, las notas y demás, no podía ir a por ella. Yo quieto, lo justo sé para mí. En eso ha llegado uno de los " vigilantes de la playa", rubio, guapote, estilo hippie y con la tabla de sur . Desgraciadamente para el espectáculo, su carrera por la playa para meterse al agua en el sitio adecuado no ha servido, pues una señora que estaba en el agua ha podido acercarse, darle la mano, tirar de ella y sacarla. La chica era Argentina y jovencita. Luego me he venido para la " capi". He ido a la cooperativa de transportes y en un coche curtido, con pareja de chicas colombianas, que eran parejas, hemos emprendido el regreso. La pareja se ha bajado en un pueblo a unos 30 km de Palomino. Continuamos el viaje la conductora y yo. Bueno, pues a los pocos km el coche se ha parado. Que si el alternador o la batería ...no sé. El caso es que estábamos en medio de la nada sin saber muy bien qué hacer. El caso es que un coche que hacía de taxi ha parado para traerme, mientras la señora se quedaba con su coche haciendo gestiones. El listo, me quería cobrar 80.000 pesos, cuando yo lo había apalabrado en 20.000. Al fin lo hemos dejado en 25.000 o 5000 más si me llevaba hasta casa, como así ha sido.
En el hotel, en un balcón cielo que tengo, contemplando el mar, leyendo las travesuras de La niña mala, de Vargas Llosa, en una mecedora y con 26 grados de temperatura, ¿qué más se puede pedir? Bueno sí, una cerveza que me la he tomado enseguida. Mañana voy a un pueblo cerquita que se llama Mayapo.
De
aquí no sé cuando me iré. Es lo que tienen los viajes no
organizados, que haces los que te
da la gana en cuanto a
estancias y horarios. Lo único que tengo que acomodar son mis días
al 24 de marzo, que es cuando tengo que estar en Quito para volver.
Hasta entonces os seguiré informando con las crónicas
Agur. Daniel
Tolú
Crónica: 18 de febrero de 2023
Me da flojera escribir. Llegué aquí a esta ciudad marítima el 16 de este, jueves. Parecía un pueblo perdido del oeste, pero sin mar. Hoy viernes como no había nada en el pueblo ne he ido en un bus destartalado a Coveñas. Playa interesante, tanto como que por primera vez este año me he bañado en el mar. Cuando he salido, en la misma playa, varias mujeres perseguían a otra porque le habían pillado o intentar robar en un chiringuito. No ne he unido a la persecución.
Cuando volvíamos a Tolú en un destartalado autobús, faltando 7 km el bus se ha parado. No funcionaba la batería. Nadie se ha puesto nervioso. La gente se ha bajado y unos se han puesto a caminar. Otros nos hemos quedado donde el bus, y el chófer nos ha cobrado el pasaje. No hemos esperado mucho. Otro bus de la misma compañía ha llegado y nos ha trasladado a la terminal. Nadie ha dicho nada y lo han aceptado como cosas que pasan.
Tolú, totalmente cambiado, de no haber nadie el jueves a haber mucha gente. He preguntado a ver a qué se debía y me han dicho que como es viernes por la tarde la mayoría de gente que viene es de Coveñas, porque allí no hay iglesia ni plaza para pasear y que luego a la noche se vuelven. A una chica, que estaba sentada en el paseo, le he preguntado en qué grado va y me ha dicho que ya tiene 14 años y un niño de 2 y que ya no va al colegio.
En este paseo, y en diferentes tramos de la playa, están grabando una telenovela mejicana. He preguntado por si me necesitaban y que no, que ya tenían el cupo completo y la lista de reserva llena. Otra vez será. Me he enterado dónde puedo ver el Osasuna Real Madrid y mañana, a las 3 de la tarde de aquí, con mi camisa de Osasuna, a animar. También compré el billete de bus para ir a Medellín
Me iré el domingo a las 7 de la mañana. Creo que son 11 horas de viaje. Ya os escribiré desde la ciudad donde mataron a Escobar. Saludos y Agur.Daniel
MEDELLÍN
Crónica: 20de febrero de 2023
Como os decía, el domingo abandoné Tolú a eso de las 7 de la mañana. El patrón, un tipo soltero y un tanto estrafalario, me trajo en una moto parecida a las güici de antes, con parrilla y muelles, a la terminal. El sábado en un bar me pusieron para mí solo la tv en pantalla grande para ver a Osasuna. Lástima semejante escenario porque perdimos.
En Tolú no había nada más que hacer, unos paseos por la playa y baño en el mar. Hacer todos o casi todos los días la mochila es un poco rollo. Me leí la Mala hora de Gabo y en verdad que fue en mala hora, pues no me gustó nada
El viaje duró 13 horas, con un puerto por medio en el que alcanzábamos la velocidad de 5 km por hora.
Al llegar a Medellín, un retraso de dos horas de entrada. Llegar y todo sigue igual, aunque más decrépito. El hotel, La Bella Villa, va perdiendo a pasos agigantados. Me han dado una habitación con una bañera inmensa de jacuzzi que no se puede utilizar. Hace las veces de armario, aunque luego, para coger un calzoncillo, me tengo que agachar, y a estas edades, duele el esfuerzo. Voy a comer en “la cocina de Juan”. Sitio elegante. Compré billete para Popayán para mañana. Hoy, paseo por el parque Berrío y el paseo de Botero, para ver si todo sigue igual o ha cambiado. Ya os contaré. Agur. Daniel
POPAYÁN
Crónica: 23 de febrero de 2023
Hoy miércoles, tras un viaje en bus de 13 horas llegué a Popayán. Llegar y todos estamos marcados. Me explico, iba yo por el parque Caldas y la mayoría de la gente iba marcado con una cruz negra en la frente, menos una persona negra que la llevaba blanca. He preguntado a ver qué pasaba y me han contestado que era miércoles de ceniza y que en esta ciudad eran muy católicos. Por eso estábamos todos marcados con cruz los que han ido a misa, y con la frente en blanco los que no hemos ido.
El viaje fue bien, pero un poco cansón, además para este miércoles 22 se había convocada huelga de transportes, así que no sabía muy bien qué iba a pasar. No pasó nada, pero para ir al hotel en moto con la mochila a la espalda me tiraba lo suyo. Me recibió la lluvia y también el frío. Fui a hospedarme a los Balcones, pero esto es como un hostel en el que la gente cocina y todo eso. No es para mí, mañana me cambio.
La ciudad es preciosa, es la ciudad blanca colombiana por tener cierto parecido con la Arequipa peruana. Paseando por la plaza Caldas una chica Me preguntó a ver dónde estaba el supermercado para profesores. A mí, que casi no sé ni llegar a casa. Se llama Laura, es profesora y es una chica, perdón, madre, muy interesante. Sabía mucho de la guerrilla y me regaló el libro Pa* que se acabe esta vaina. La primera mujer que conozco que tiene hijo de dos y marido. Ya me indicó por dónde es peligroso moverse y por dónde no. Tres noches estaré aquí. Como es una ciudad todo cuadrículas, no tengo manera de aclararme de donde estoy. No es como Medellín que es una ciudad con una vida impresionante, como también me impresionaba la cantidad de indigentes que buscan en las vacunas o los que en pleno día están durmiendo en la calle. También me gusta pasear por el barrio de las mariposas porque el morbo me gusta, sobre todo si no me ocurre nada.
Bueno por hoy nada mas. Si necesitáis saber algo de por aquí hacérmelo saber, sobre todo Javier Ema y Juan Echegoyen, que anduvieron en otros tiempos por aquí. Agur. Daniel.
FIN DE POPAYÁN
Crónica: 25 de febrero de 2023
Hoy amanecí con un orzuelo. Afortunadamente en la farmacia me entendían perfectamente y me vendieron un colirio. Es la ventaja de viajar por Sudamérica, hablas y casi siempre te entienden.
Por salir de Popayán he ido a Coconuco, donde hay unas aguas termales. Después de más de dos horas de bus, por una carretera infame, llegué al pueblo. Las termales están a 7 km, conque una moto y hasta los baños.
Cuando llegué me pregunté a mi mismo ¿qué hago yo aquí si no me gustan las termas? Vi cómo eran, mi pituitaria aspiró ese olor a huevos podridos (igual que las termas de Tiermas) y... con la misma otorrino que había venido me volví al pueblo. Allí, casi sin bajar de la moto, monté en el mismo besito que me había traído. El chófer, como ya me conocía, me dejó ir adelante, en la cabina de copiloto. Todo bien menos la carretera, como todas las de Colombia en algún tramo están en obras. Hoy nos han retenido en un tramo en obras 50 minutos. Yo me subía por las paredes, pero nadie del bus decía nada. Por fin reemprendimos el viaje. Llegar a Popayán y lluvia. Yo con pantalón corto y sandalias. En fin, empapado a casa. Era buena forma de acabar el día. Todavía cené dos cafés, un croissant y mango cortado en tajadas, en la Plaza. Luego necesitaba café. Una vendedora, se empeñó en que tenía agua de pamela, también tenía pamela con no sé qué. Yo diciéndole que lo que quería era café. La señora siguiéndome con la matraca de que tomará panela. Finalmente, le di el esquinazo y pude tomar el consabido "tinto". Mañana dejo la señorial Popayán y me voy acercando a la frontera, recalando un par de días en San Agustín. Seguiremos en contacto. Agur. Daniel
POPAYÁN-SAN AGUSTÍN
Crónica: 25 de febrero de 2023
Lo que en el mapa son unos pocos centímetros, en la pura realidad se traducen en unas cuantas horas de viaje. Es lo que me ha pasado hoy. Parecía que había muy poco entre Popayán y San Agustín, y hemos tardado 5 horas.
El viaje no ha estado mal. En la estación de Popayán, mientras esperaba al bus, que salió con 50 minutos de retraso, me entretuve leyendo, la obra en prosa de Neruda, Confieso que he vivido.
En el bus, un joven me ha visto leer a Neruda y me ha pedido el libro para ir leyenf9 durante el trayecto. Nunca había visto a nadie leer con tal avidez. El final, ya os lo podéis imaginar, le he regalado el libro y así lo podrá leer con más calma.
El trayecto era bonito, lo que es fatal es la carretera. Volví a pasar por Coconuco, pero esta vez, al tener la suerte de tener menos retenciones, se me ha hecho más corto. Luego de un paisaje tropical, hemos subido al páramo y hemos visto "los frailejones”, que tanto le gustaron a Juan en el viaje del 2012. La carretera era de ripio, pero como era ya cuesta abajo y el chófer un lanzado, pues hemos adelantado a todo el que teníamos por delante y nos hemos plantado en San Agustín.
He venido al hotel que estuve antes, que se llamaba precisamente San Agustín y estoy a la espera de que venga el jefe para regatear un poco el precio porque la empleada tenía la orden de cobrar 50000 PC y yo tengo la intención de pagar 40000 PC. Ya veremos en qué quedamos.
Voy a ver por el pueblo si venden libros de segunda mano, porque con mi buen obra me he quedado sin lectura. Agur. Daniel.
Contento porque ha ganado Osasuna. Eso me da subidón. También porque me he pesado y la báscula me ha dado 72,5 kg, que está muy bien.
Como ya os dije, San Agustín es un pueblo chiquito, pero que está muy bien. Mañana iré a recorrer el parque San Agustín y sus figuras antropológicas y esas otras que representan dioses o criaturas extrañas. De lo feliz que estaba, he ido a una barbería y me corté la barba. Lo que echo en falta ahora es la lectura. Magnánimo gesto de regalar el libro de Neruda estuvo, muy bien pero, al ser un pueblo pequeño, no hay librerías que tengan libros usados. Veremos pasado mañana cuando me dirija hacia Pasto, última ciudad colombiana en la que pienso estar.
Hoy he ido a vomitar el billete de bus a Pitalito, pueblo a unos 30 Km y cuyo nombre me produce entre risa y estupor
Me voy a casa a ver si puedo ver por la tele el resumen de Osasuna. Agur. Daniel
PASTO
Crónica: 1 de marzo de 2023
El 27 de febrero, a eso de las 7 de la mañana, dejaba mi confortable pensión del San Agustín, en San Agustín, para comenzar mi periplo de viaje hasta Pasto. El primer tramo en bus fue hasta Pitalito, sin nada reseñable, en una hora estábamos en esta ciudad de nombre cuando menos curioso. Aquí empiezas un poco los problemas. Yo tenía viaje hasta Mocoa con una empresa a las 9 de la mañana y me presenté a las 8 y cuarto. Pues bien, no había viaje, el autobús había salido a las 7 y la taquillera me había vendido mal el billete. Bueno, me cambian a otra empresa previo nuevo billete y fotocopia del pasaporte. Cuando voy a subir al bus, un sexto sentido me hace mirar la cartera y...,me faltaba el pasaporte. Correr hacia atrás y ver que el pasaporte se había quedado en la fotocopiadora. Yo no fui muy listo, pero la taquillera menos. El viaje hasta Mocoa, sin incidencias reseñables.
En Maciá empiezan los problemas. Estamos en el Putumayo, que ya es selva, lloviendo como siempre llueve en la selva y...no hay bus para continuar viaje. De hecho no bajan buses, solamente furgonetas, pues la carretera o camino no permite el tránsito a buses. Había habido un desprendimiento y solo se circulaba en un sentido y casualmente este día correspondía al que yo hacía. Como al día siguiente no se podía viajar, las pocas furgonetas estaban completas. Ya me veía dos días tirado en este pueblucho. En el último momento apareció una furgoneta que tenía un sitio en la cama y...no desaproveché la oportunidad y allí que me subí. El viaje por toda la selva por el departamento del Putumayo fue épico. No se lo deseo a los que tengan problemas de corazón, vértigo o se acojone. La carretera, es un decir, mejor el camino de ripio, va pegado al borde de las laderas de las montañas dejando el precipicio en el otro lado. Además todo el rato aparecen carteles de zona de derrumbes, vía angosta, maneje con cuidado, etc. Los chóferes son héroes, yo no quería narrar, veía que más furgonetas de estas estilo ranchera hacían el mismo recorrido. Felizmente solamente había tráfico en una dirección, pero había que atravesar auténticas riadas que bajaban del monte y cruzaban la carretera para seguir su camino. Todo lo que cuente es poco. También hubo derrumbe y estuvimos parados, algo así como media hora. Fila interminable de vehículos. Yo me bajé y el chófer me contó que hace unos pocos años se derrumbó la montaña un poco más abajo de donde estábamos, y arrasó con todos los vehículos. Algo más de 200 muertos. Y me lo cuenta cuando estábamos parados. Afortunadamente pudimos reanudar el viaje, no pasó nada y ya oscurecido, como a las 8 de la noche llegábamos a Pasto, en el departamento de Nariño. Taxi y a un buen hotel (para mí), el San Sebastián, el cual tiene una escultura del santo igual que la de la procesión de Sangüesa. Buena habitación y a dormir. Me quedaré dos días, ya estoy a unos 40 km de la frontera y pasado mañana, por Ipiales la cruzaré rumbo a Ecuador. Agur. Daniel.
Cuando escribo es 2 de marzo y ya me toca hacer la mochila para salir hacia hacia Ecuador. Me he tirado 3 noches en esta ciudad tranquila de Pasto. Situada a 2551m y con unos 400000 habitantes, capital del departamento de Nariño y a dos horas del paso fronterizo de Ipiales. No pensaba estar tres días, pero es que el día 28 de febrero me levanté normal, fui a desayunar y... me pasé. Pedí un desayuno, ya estándar, que incluía huevos fritos envueltos con una especie de queso fundido y patatas fritas, además del café, mantequilla, mermelada y el pan (el de aquí). Ya me di cuenta que algo no le estaba cayendo bien, cuando acabé directo a la habitación y a la cama. Dolor terrible de tripas. Aguanté como pude hasta que no pude más e hice lo que tenía que haber hecho: ir a la farmacia y decirles lo qué me pasaba. Me dieron 4 pastillas de dos productos diferentes, no como allá que me tendría que haber comprado dos cajas y..a esperar. Toda la tarde tumbado, tratando de ver a Osasuna y disimulando el dolor. Por fin, a la noche remitió y dormí bien.
Hoy día 2 he ido a un sitio precioso, se llama La Cocha y está como a una hora de Pasto. Parece el Tirol, todo casitas de madera con balconada grande, llena de flores. Un pequeño canal comunica esta población con la laguna. No he paseado en canoa, me he conformado con ver la laguna, las preciosas casas, y comer una trucha con la consabida cerveza Club Colombia.
Jugando con el lenguaje es curioso que se llame La Cocha, porque Cocha quiere decir Laguna y decimos, vamos la laguna de La Cocha. Bueno, allá también vamos al Valle de Arán, y aran en euskera es valle. Sería como decir vamos al valle valle, como si fuéremos de Badem Badem.
La vuelta a Pasto tranquila, aunque ya se sabe, con las buenas cuesta un rato salir y cuando sales a los cinco minutos para el chófer a comprar cualquier tontería. A algunos les he mandado algunas fotos de esta "Suiza" colombiana. Parece ser que la explicación a esta construcción aquí se debe a que un suizo construyó un hotel aquí, donde la laguna, siguiendo las directrices de las construcciones suizas, y luego todos los hospedajes, tiendas, casas y demás se construyeron a imagen y semejanza del hotel. Así nos lo han contado y así lo cuento. En los restaurantes sirven cuy que es el plato ecuatoriano por excelencia.
Quiero mandaros un saludo a dos de mis lectores: para Jokin Azketa y para la india Chuku. Ambos me han escrito. Chuku, desde su Kerala querido, una carta preciosa. Ha utilizado un traductor hindi español, porque si no, no se entenderían esas expresiones tan bonitas que ha escrito. Gracias también a ti Jokin, con quien tengo o tenemos una conversación pendiente que se va dilatando en el tiempo.
Después de semejante rollo os dejo pues voy a aprovechar mis últimas horas en Pasto. Presumo que mañana será un día duro por el paso de frontera. El gran Manu Leguineche decía... en las fronteras buena cara y sonrisa.
Eso trataré de hacer y haber si no me es muy engorroso esta frontera de Ipiales
ECUADOR
Crónica: 4 de marzo de 2023
Hoy día 3, abandonaba Pasto para dirigirme a Ecuador. Pasto ha sido la ciudad más tranquila y más limpia de todas las de Colombia. Ni un papel por el suelo, ni un indigente durmiendo en las aceras, ningún mendigo pidiendo. ¿Cómo lo han conseguido? No lo sé. El caso es que a las 6 y media me levantaba, ducha y abandonaba mi hotel San Sebastián. Cómodo, buena atención y muy buen de precio, 9 euros diarios.
Con un taxi a la terminal de buses y desde allí con una buena, hasta Ipiales unas 3 horas. Yo, como siempre, si puedo, me monto adelante con el chófer. Me encanta ir viendo todo el paisaje, la carretera, adelantamientos, en fin, todo. Hoy había dos asientos junto al chófer, uno lo he ocupado yo y el otro una señora joven (40 años). Muy agradable al hablar y al reírse. Resulta que era maestra en un pueblo pequeño a 90 km de Ipiales. No hemos hablado mucho porque ella se ha pegado una parrafada con el móvil de 50 minutos. En Ipiales nos hemos bajado todos y yo he cogido un taxi hasta Tulcán.
Por mi cabeza rondaba todo tipo de ideas sobre lo del paso de fronteras y las, en teoría, dificultades para entrar en Ecuador. El taxista me ha dejado donde la emigración colombiana y... no había nadie para pasar, solamente yo. Mucho rollo con que había que hacer colas inmensas, que si llevarse un libro para aguantar la cosa, que si la fila de venezolanos que pasan la frontera es kilométrica, etc etc etc. Nada de naja. He ido yo solo a emigración colombiana. En dos minutos tenía el sello de salida. He cambiado los pesos Colombianos y 100 euros a dólares y andando por tierra de nadie, se atraviesa el puente de Rumichaca y llegas a la aduana ecuatoriana. Me habían comido el tarro con que tenía que llevar el certificado de vacunación del covid, llevar una cantidad de dinero y muchas cosas más. Total que he presentado el pasaporte y... nada de nada. Solamente me ha preguntado si era la primera vez en Ecuador, y, al decirle que no, ha visto en el ordenador que estuve en el 2017. Bienvenido, sello y adelante. 3 minutos me ha costado. Luego ya, en la zona ecuatoriana, un bus y hasta Ibarra.
El paisaje volcánico, espectacular, pero estamos ya en Ecuador y aquí los controles funcionan de otra bajera. 3 veces hemos tenido controles del ejército, que suben al bus, abren los equipajes y registran. En uno de estos controles, el que estaba al mando ha subido al bus preguntando a ver de quién era la mochila verde que estaba en el guarda equipajes. Al responderle que mía, me ha hecho bajar y decirme que la abriera. Cuando estaba a punto de abrirla me ha preguntado a ver qué profesión tenía, le he respondido que profesor y me ha dicho: deje , deje, no la abra, suba al bus y prosiga viaje.
Llegar a Ibarra y he ido al hotel o casa de hospedaje el ejecutivo. Ha salido una señora mayor con bastón y al decirle que yo había estado allí antes, me ha dicho que lo sentía en el alma, pero que por su enfermedad no hospedada a nadie ya. Bueno, pues a otro lado. He venido a un hotel que está junto a la terminal de buses. No me gusta mucho y mañana me iré. El precio es de 12 dólares, sin posibilidad de regateo. En Pasto, el San Sebastián me costaba 9 euros. O sea que esto es algo más caro. El cambio aquí es un euro, un dólar. Por lo menos ahora los precios no acaban en mil como en Colombia. Creo que me haré fácil al manejo del dólar. Una cerveza grande, 2 dólares. El menú básico, el ejecutivo que llaman, 2 dólares y medio. Lo que son muy caros son los libros, tanto aquí como en Colombia. No es de recibo que cualquier libro moderno, de Ana Dueñas o de Isabel Allende, valgan el doble que la habitación de hotel. Bueno, pues no compraremos. Os dejo, que mañana me iré para Atacames. Hoy toda la tarde he estado pateándome la ciudad, sus plazas, su catedral y no sé cuántas iglesias más. Mañana a la playa del Pacífico. Ya contaré, pero eso será, como dice José Mota ... mañana. Agur. DANIEL
ATACAMES
Crónica: 6 de marzo de 2023
Es un pueblo turístico, con playa en el Pacífico. Llevo ya dos noches en Atacames. En un viaje anterior también estuve aquí y tenía un buen recuerdo. No pude encontrar el hostal en el que me alojé antes y he venido a uno que se llama la Aldea, que tiene salida directa a la playa, y también piscina. He disfrutado de la piscina y también me he bañado en el mar, con el respeto que le tengo. Este pueblo vive de los turistas, especialmente ecuatorianos, que vienen aquí fundamentalmente los fines de semana. Como pueblo no tiene nada destacable, solamente la playa y la cantidad de chiringuitos que hay. Aquí, en este pueblo y en esta playa vi por primera vez al grupo Maná y du; Ratabdo el sol cuando en España no se había dado todavía a conocer. También recuerdo que me atracaron una noche en la playa, pero ese recuerdo pasó mejor vida. Hoy había quedado con una chica, señora más bien, que trabajaba en un chiringuito de comidas a las 5 y media de la tarde. Con extraordinario sentido de la orientación, (y empieza a ser preocupante), no he sido capaz de encontrar el chiringuito y me he quedado paseando solo. En esas me han asaltado, es un decir, los del Decameron Resort y me han invitado a ir mañana a ver su hotel, recibir una charla chapa de 45 minutos y poder disfrutar de todo el resort de Decameron, gratis, excepto las bebidas alcohólicas.
En uno de los chiringuitos he trabado conversación con una chica que estaba bailando muy bien. En el transcurso de la conversación me ha comentado que es enfermera, me ha enseñado fotos, y también prostituta, no me ha enseñado fotos. Esto para la coletilla de todas las enfermeras....El caso es que a lo del Decameron puedo ir acompañado de esposa, pareja o quien quiera. Le he dicho a ella a ver si quería venir y me ha dicho que sí. No las tengo todas conmigo, si aparece bien y si no me iré solo. Mañana os contaré el desenlace. Agur. Daniel.
SORPRENDENTE ATACAMES
Crónica: 7 de marzo de 2023
Ha crecido mucho desde la última vez que estuve aquí, pero Atacames sigue teniendo su identidad particular.
Aquí hace unos años me atracaron con un cuchillo rocoso. No fue mucho y todo fue bien. Ayer también fui atracado, de otra manera. Fue con Merci, una chica negra atacameña a la que conocí en la playa. Fuimos a cenar a Súa y yo pedí una cerveza. Ella, como vengadores del hombre blanco, pidió mariscada que me costó 40 dólares. A mí, que andaba mirando hasta los centavos de dólar. No le quise dar las vueltas, pero me dolió.
He estado bien aquí, en el residencial La Aldea, con salida a la playa y piscina, que esta vez si he utilizado. La gente, aunque salga lloviznando, va a la playa y se baña en el mar. Yo solo paseé, y así estoy ahora, con todo el pecho quemado, rojo rojo, como los ingleses cuando van a Benidorm. Otra situación curiosa y que me llevó a tiempos pretéritos es que aquí, a las 9 de la noche, comienza el toque de queda y las calles se quedan desiertas y los negocios cerrados. A mí me pilló cerca del hotel y aún pude tomar mi café para poder dormir, porque si no me pongo nervioso al pensar que no he tomado café y no duermo. Por cierto, estuve tratando de ver, oír, o mejor, seguir el partido de Osasuna con el móvil. El móvil. ¡Cuántos cambios hice!Total para nada.
Ahora me dispongo a ir a Guayaquil y, como en los viejos tiempos, en un autobús de dos pisos y arriba en primer asiento en la cristalera, para poder ver todo.
En Guayaquil me esperan. Va a ser la primera vez que me esperan en este viaje. Estaré dos días y luego para Quito . Ya contaremos más. Agur. Daniel
QUITO
Crónica: 9 de marzo de 2023
Son las 7 y media de la tarde y me encuentro en un"campero", esperando mi porción de pollo, con lo poco que me gustan a mi estos sitios. Pero es que...para las 6 y media de la tarde todo está cerrado. Ayer estuve haciendo noche en Guayaquil, en casa de los amigos de una amiga. Un desastre total. Yo fui desde Atacames hasta Guayaquil en bus, 10 horas, para saludar a la amiga Antonia, a la que había conocido en el 92. Guayaquil me recibió con lluvia. Antonia y su compañero vinieron a buscarme a la terminal de buses que, como en todas las ciudades grandes, está legísimos del centro. Bueno, el caso es que me recogieron y fuimos a una especie de Mac Donals, donde se encontraban tres amigas de Antonia. Hablar y más hablar y eran ya mas de las 9, allí seguíamos, yo sin cenar nada y todo cerrado. Por fin a eso de las 9 y media nos levantamos y fuimos a la calle principal donde están todos los bares y restaurantes. Todo cerrado, claro, menos un puesto de sanwuich y hamburguesas. Una hamburguesa y al coche para ir a casa de un amigo que me iba a hospedar. Si Quevedo, en el Buscón, decía...entré en casa del hambre viva, yo entré en casa de psicosis. Había dos amigos. Otra vez charla y por fin uno se fue, así como Antonia y su compañero. Me quedé con Javier, que era el que me hospedada en su casa. Paso a contar sin exagerar. Me dio un vuelto sucio y vacío. Echó al suelo un colchón mugriento, con una cubrecamas del mismo género y allí me dejó. Afortunadamente tenía mi saco sábana, lo tendí en ese colchón y allí me dispuse a dormir. En el baño no iba el water, ni la luz, ni la ducha. Justo un poco el lavabo. Encima del lavabo una pequeña repisa de cristal tan mal puesta que me pegué en la frente con ella y me hice una pequeña herida. Sorprendentemente dormí.
A las 6 me desperté. Recogí mi séquito, me hice un lavado de gato. no había ni toalla, cogí mi mochila y...me fui. Agarré un taxi y a la terminal. A las 7 y 20 salía un bus para Quito. Lo cogí y sin más contratiempos llegué a la ciudad. Frío y lluvia me recibieron. Bueno, voy a comer el pollo que se enfría. Mañana más. Agur. Daniel
LATACUNGA
Crónica: 10 de marzo de 2023
Este móvil es nuevo y tendría que tener yo los deditos de un bebé para darle correctamente a las teclas.
Me
levanté y la señora me invitó a café y tostadas. El día está
nublado, pero en estos momentos no llueve. Aprovecharé para ir a
recoger la ropa de la lavandería y enterarme como están las
excursiones al Cotopaxi o a Quilotoa. Recorreré el pueblo, porque a
mí lo que me gusta es andar. También he pensado que el día 23 que
pensaba hacer moche en Quito, porque vuelvo el 24, no lo haré. Haré
noche aquí porque estamos a menos de dos horas de Quito y aquí me
encuentro muy bien. Lástima que no pueda ver a Osasuna, y eso que en
esta tele se ven antena 3 y tve, lo seguiremos por el móvil. Echo en
falta un poco más de ropa de abrigo, sobre todo calzado, pues voy
con las playeras y, para seco bien, pero para lluvia... Nos
apañaremos. Voy a remolonear un poco más en la cama y me pongo
activo.
Ayer día 10 llegué a Latacunga. Quería huir de Quito y de el mal rollo que me ocasionó el robo del móvil y de parte del dinero. No me gusta revivir ese recuerdo y ese momento. En una hora y media me presenté en Latacunga. Vine a un hotel formidable: El hotel Central, al lado de la plaza, y en una habitación espaciosa con un gran ventanal. Me lo dejó en 15 dólares el día. Estoy rodeado de volcanes, el Cotopaxi el mas famoso, al cual iré hoy o mañana, aunque no se puede subir mucho porque está en erupción. La otra excursión es al cráter o laguna de Quilotoa. También la haré. Aquí lo único malo es la lluvia. Ya os iré contando lo que hago. Daniel
QUILOTOA
Crónica: 13 de marzo de 2023
Este es mi tercer día en Latacunga y me ha pasado de todo. Desde perder el móvil, no sé dónde , hasta quedar con una chica que conocí en Atacames que me parecía maja y formal y... no aparecer. Estoy en un hotel que es lo mejor. Trabaja un chico, llamado Brayan, que domina las nuevas tecnologías cosa fina. Todos los días le pido ayuda sobre el manejo del móvil y él pacientemente me da una charla de media hora en la que yo hasta cojo apuntes. Hoy es el primer día que no llueve y aprovecho para ir al volcán. Haré fotos y mandaré algunas. Mañana tengo intención de ir al Cotopaxi . No se hasta donde me dejaran subir, pues está en erupción. Aquí amanece para las 6 y media, pero hasta las 10 no abren nada. Por la tarde para las 6 cierran todo. Hoy domingo, todo cerrado. Parece una ciudad fantasma.
El viaje al volcán estuvo muy bien. Fui en bus local y es sorprendente con qué bultos monta el personal. El conductor baja y acomoda los fajos o la enorme carga. Hoy el compañero de asiento se ha dormido y, cuando ha despertado se había pasado su destino.
Por ser domingo, las mujeres iban impecablemente vestidas: blusa con falda y un sombrero bonito, y todas con zapatos de tacón. Elegantes todas, ninguna con pantalones. Luego me las he visto y deseado para poder comer algo. Una ensalada de frutas con crema en una heladería pizzeria ha sido mi alimento. Voy a volver fino
Vale pues, os dejo que mañana quiero ir al Cotopaxi. Se me olvidaba deciros que caminar por los alrededores del Quilotoa suponía esfuerzo, paciencia y tranquilidad, pues estábamos a 3850m de altitud. No me afecta mucho, como a una chica que se ha desmayado subiendo de la laguna, pero también noto sus efectos. Los mas falsos, suben en burros que se alquilan.
Hubiera sido una experiencia divertida pues desde crio no monto en burro. Mañana veremos si llego hasta el refugio o hasta el glaciar. Ya os contaré. Agur. Daniel
COTOPAXI
Crónica: 14 de marzo de 2023
Hoy día 13 de marzo podemos decir que el día ha salido bien. A eso de las 10 me fui a la terminal de buses y agarré uno que iba a Quito, diciéndole que me parase en el cruce del camino a Cotopaxi. Así lo hizo, parándome en el cruce. Aquí había varias camionetas todo terreno dispuestas a llevarte. Como voy solo, es más complicado ajustar el precio, pues la última vez que subimos hasta el volcán éramos cuatro. Tras un corto regateo lo dejamos en 25 dólares. Me pedían 40 y yo contraofertaba con 20.
El trayecto hasta el aparcadero es como una hora y en el trayecto hemos visto un venado y un zorro del páramo. Una vez llegado al aparcadero, el chófer se ha quedado allí y yo he comenzado la ascensión. Comencé muy despacio por dos causa, por la altura y porque el camino es de lava volcánica y te resbalas. Subía y subía, pero mi cuerpo funcionaba bien. Se echó la niebla y también nevó pequeños copos. Tenía miedo a perderme, pero seguía la huella de algún otro que subió antes que yo. Nadie mas subía ni bajaba. Seguí lentamente por un camino que se llama zig zag. Pasado casi una hora, atisvé el refugio José Rivas y me sentí tremendamente contento. Lo había conseguido, había llegado a los 4864 m. yo solito. En el refugio tomé un mate de coca y descansé un poco. La cima del Cotopaxi no se veía por la niebla. Esto era un pequeño homenaje a mis dos amigos fallecidos: Ángel Huarte y Javier Casajús, con los que tuve la gran suerte de subir hasta aquí hace unos años. Juan también venía, por supuesto. En aquel año dormimos en el refugio y al día siguiente Juan y Javier emprendieron el ascenso. Javier casi llega a la cima, se queda 150 metros, pero porque el guía no podía subir más, él sí podía, por eso su rabia. Juan llegó hasta el glaciar, yo me quedé en el refugio con dolor de cabeza por la altura, y el amigo Ángel juraba y perjuraba porque veía la cumbre y no podía subir, porque la altura le había afectado fuertemente. Hoy no ha habido problema, la subida estaba prohibida porque el volcán estaba en erupción. Después de pasar media hora en este refugio comencé la bajada. Entre el mate de coca y lo conseguido iba más contento que unas pascuas. Ahora sí me crucé con mucha gente que subía. Algunos daban pena, yo creo que no llegarían pues iban con cara descompuesta, blancos y arrastrando los pies. Yo seguí bajando y pensando en ellos diciéndome: pobres lo que os queda todavía. Llego al aparcamiento y la niebla comenzó a disiparse. Me llevó hasta el cruce de la general. Allí hice bus stop y un bus que iba a Ambato me recogió llevándome cerca de Latacunga. Aquí otro bus y hasta la terminal. Ya no me quedó más que volver al hotel que...lo hice andando. Descanso, siesta y hasta otra. Agur. Daniel.
CHIMBORAZO
Crónica: 18 de marzo de 2023
Ayer día 17 viernes abandoné Cuenca para ir a Riobamba. Mi objetivo era llegar a esta ciudad con el propósito de ver el Chimborazo, un coloso volcán de 6310m que le hacen ser la montaña mas alta del país y...lo vi
El día no amaneció bien porque, aunque tenía comprado el boleto con la empresa de transportes Patria, ésta no salía. Nos dijeron que había derrumbe en la carretera y no viajaban. Me devolvieron el dinero y ...a buscarse la vida. Una empresa que estaba al lado sí viajaba, aunque lo haría por el desvío y sin entrar en la terminal de Riobamba.
El viaje fue precioso todo el rato por volcanes y quebradas. Las carreteras las han abierto a media ladera y...al ser tierra volcánica, unas veces se producen derrumbes de la carretera para abajo, creando precipicios y pasos estrechísimos, y otras, cuando el derrumbe viene de arriba, se corta el paso y hay que esperar que intervengan las máquinas excavadoras para abrirlo. Pueden llegar a tardar semanas en limpiar. El caso es que nosotros fuimos por el desvío, siendo la única empresa que lo hizo. Precioso pero acojona. Yo iba en el lado contrario al corte y no me atrevía ni a mirar ni a sacar fotos
El caso es que con una precaución máxima, nosotros pasamos y logramos llegar a la carretera general. Habíamos dejado atrás Cañar y Azogues y emprendíamos a toda velocidad nuestra marcha hacia Riobamba. Poco antes de llegar ya se podía ver al "coloso", aunque entre nubes y en la lejanía. Pese a todo aún logré alguna foto desde el interior del bus. Este me dejó en la entrada al pueblo y apáñatelas como puedas para llegar a tu destino. Una especie de villavesa, circulaba por allí y me monté. Es un rollo ir con una mochila a la espalda, un bolso adelante y el forro polar donde puedas. El caso es que llegué a la terminal. Me enteré de los horarios de buses para Quito y en un taxi, me vine al Hotel Libertador. Llevar la ropa a una lavandería y a patear la ciudad. Logré sacar unas fotos al volcán y después de comprar unos pantalones vaqueros largos por 10 euros, una cena de brocheta con ensalada y...al hotel.
Esta es una ciudad eminentemente comercial, con tiendas de todo tipo entre las que proliferan las de móviles, claro está, y buscando bien, buenos restaurantes y cafeterías. Hoy sábado, trataré de acercarme al Chimborazo para fotografiarlo e ir a desayunar a la cafetería París, que es una maravilla.
El último día en Cuenca, también me dediqué a turistear. Me monté en un autobús turístico de dos pisos que recorren la ciudad y también subí a la torre de la catedral. Pagué la mitad por mayor de 60 y lo mismo me ocurre en los buses. En los restaurantes, no cuela. Hoy sábado me quedaré aquí en Riobamba descansando, leyendo y viendo la tele. En este hotel se capta la tve. También iré a una farmacia porque tengo la garganta echa polvo por haber bebido una caipiriña con mucho hielo picado. Os dejo, mañana tendré ruta viajera de un montón de horas, pues pienso ir a Quito y, sin salir de la terminal, agarrar un bus que me lleve a Atacames, donde estaré los cuatro últimos días que me quedan, sin el trajín de acarrear la mochila de un lado para otro. Agur. Daniel
ATACAMES
Crónica: 20 de marzo de 2023
Estamos a lunes 20 y ya en la recta final. Ayer me encontraba en Riobamba, un tanto obsesionado con fotografiar al Chimborazo. No es tan fácil, pues casi siempre está con nubes. Entre todas las que saqué, que fueron bastantes, alguna salió bien. Había en este pueblo un restaurante llamado La Navarra. Entré por curiosidad y allí estaba una foto impresionante del encierro, amén de los consabido pañuelos rojos. El tipo había estado viviendo 8 años en Estella y luego al montar el restaurante lo hizo con platos y decoración navarros
Se puede subir al Chimborazo, según me explicó él. Estando aquí también me sorprendió el terremoto de 6,5 grados. La verdad es que no me enteré. Estaba en una lavandería y se movieron unas medallas que estaban colgadas. El dueño me dijo que era un temblor y salimos a la calle como el resto de la gente.. Aquí había un famoso tren que en su recorrido por Alausí pasaba por la famosa nariz del diablo. Yo hice ese recorrido hace años, ahora ya no existe más que un viaje turístico en tren que vale un pastón.
El domingo 19 me fui a eso de las 7 de la mañana rumbo a Atacames. Todo iba normal en el bus pero el terremoto había producido derrumbes en la carretera. En uno de ellos tuvimos que estar 2 horas parados hasta que una excavadora despejó el terreno dando pasa alternativo en un sentido y en otro. Total, que llegamos a Esmeraldas muy tarde y el chófer tenía otro viaje y no nos quería llevar hasta Atacames, aunque así figuraba en el boleto. Éramos tres pasajeros los que nos encontrábamos en esa situación y... finalmente nos pusieron un busito pequeño y nos trajeron hasta Atacames. Aquí me encuentro después de haber pasado mi primera noche en el hotel La Aldea, que había reservado, y está muy bien, con piscina que aprovecharé porque para las 10 de la mañana hace un calor espantoso. Para rematar el domingo Osasuna perdió de manera escandalosa. Esperemos que el siguiente sea mejor, que yo ya estaré allí. Agur. Daniel
CASI FIN
Crónica: 22 de marzo de 2023
Me falta un día para terminar el viaje. La noche día 21 fue movida por varias circunstancias: el toque de queda debido a la delincuencia , que entra en vigor desde las 11 de la noche a las 6 de la mañana, la lluvia que no ha cesado en toda la noche y podía poner mi regreso a Quito en riesgo, y otras cosas más.
Total, que a la mañana aún fue peor , pues fui a sacar fondos y no tenía. Había calculado tan tan justo que me faltaba un día (supongo) para el cobro del mes y me quedé en blanco. Os imagináis en un país extranjero, solo sin conocer a nadie que te pueda ayudar, y sin dinero ? Pues eso es lo que me ha pasado. El director o uno de los cargos se ha portado y ha llamado a Caixabank a Sangüesa, pues yo al no tener saldo no podía ni efectuar llamada. Al final fue igual, pues en la Caixa, al ser más de las tres, no contestó nadie. Tampoco me podían hacer un bizum, ni un envío por wester union, porque según mi hija no es inmediato. No lo sé. Al final se resolvió y respiré de la forma mas sencilla, en vez de sacar de la cuenta corriente, se puede sacar de la línea de crédito, o por lo menos a mí es lo que me ha funcionario. El lunes o el martes, lo aclararé con mi asesor.
Resuelta la cuestión monetaria y dando un profundo respiro me fui a ja terminal de buses y cambié el billete que tenía para mañana por el de hoy por la noche. Por si hay derrumbes y cortes de carretera que me pillen lo más cerca posible de Quito y con tiempo para reaccionar. Hoy calma quietud y a la noche autobús, no como ayer...
Agur. Daniel
FIN DE VIAJE
Crónica: 24 de marzo de 2023
Ya estoy en el aeropuerto de Quito. El día 23 en un autobús nocturno me vine de Atacames. Quería asegurar el viaje y aunque no me gusta estar en Quito, tenía que venir. Estamos en una temporada de lluvias increíble. Guayaquil está inundado y las carreteras para llegar a Quito algunas cortadas por derrumbes. Por eso no quise apurar hasta el final.
En Atacames estaba muy bien en el hotel y en los chiringuitos plateros, además conocí gente muy interesante... Es lo que tiene estar varios días en un sitio. En Quito no salí de un círculo muy pequeño. Fui a ver la plaza grande y el palacio presidencial. Pero aquí o en gran parte de Ecuador, hay una sensación de inseguridad muy grande. La gente te va diciendo por la calle: cuidado no vayas por allá o no se te ocurra hablar con el móvil o cúbrete el reloj y cosas así. Si ves la tele todavía es peor. Todos son crímenes cometidos por sicarios o robos con violencia. Que además echan el reportaje.
Yo procuro huir de las ciudades grandes y estar en ellas lo simplemente necesario. Bueno, Ecuador está muy bien, pero flota en el aire una atmósfera de inseguridad. La gente mira y admira a Bakele el salvadoreño y su apuesta por acabar con todas las maras. Aquí es que en muchos casos la corrupción en la policía es evidente. Bueno que esto parece un mitin político
Ya comentaremos pormenores cuando nos veamos. Ahora me aburriré un poco más en el aeropuerto. Falta una hora para que abra Iberia. Gero Arte. Daniel.
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